Todo menos recibir turistas : así es la vida en Nueva Zelanda tras el coronavirus


Es el primer país del mundo en declararse libre de la COVID-19
Nueva Zelanda ha registrado 1.154 casos de contagio y 22 muertos
Volver a la normalidad, no a la nueva sino a la de toda la vida, es algo tan lejano para nosotros como el primer país del mundo que ya disfruta de ello: Nueva Zelanda, declarada libre de coronavirus el pasado lunes. Así lo anunció el Gobierno de la primer ministra Jacinda Ardern tras confirmarse que ya no había ningún caso activo de la enfermedad, 17 días después de detectarse el último contagiado en el país.
Tras más de dos meses de confinamiento, los casi cinco millones de neozelandeses ya no mantienen el distanciamiento social. No hay límite de aforo en bares, centros comerciales, transporte público o gimnasios. En algunas oficinas y locales todavía tienen en la entrada desinfectantes para las manos, aunque ya no es obligatorio. Si mantiene las fronteras cerradas a los extranjeros, de manera indefinida, y los neozelandeses que regresen al país deberán pasar una cuarentena de 14 días.
Today we can announce that there are now no active cases of COVID-19 in New Zealand! Read our full update at https://t.co/YYbSSBzUJC pic.twitter.com/GEMQ1QghgA
— Ministry of Health - Manatū Hauora (@minhealthnz) June 8, 2020
Uno de los aspectos clave de la vuelta a la normalidad es el uso de un código QR que hay que escanear con el teléfono móvil a la entrada y salida de los negocios y que permite a las autoridades un rápido rastreo si surge un nuevo brote. Nueva Zelanda ha registrado durante la pademia 1.154 casos de contagio y 22 muertos.
Esta semana, de nuevo, bares y cafeterías llenas. Katy Ellis, directora general de la cadena Mojo Coffee, aplaude la vuelta a la rutina, sin mantener ninguna distancia física. "Eso nos permite tener mucha más gente en los locales y es genial el regreso del bullicio y recuperar ese sentimiento real de más normalidad ". Los clientes, entre cerveza y cerveza, coinciden en la buena gestión de las autoridades en la pandemia. "Creo que como país lo hemos hecho fenomenal para acabar con el virus".
Las claves del éxito
Nueva Zelanda tiene dos factores a su favor que han facilitado la contención del virus: es un país compuesto por dos islas, lo que ha facilitado el cierre, y tiene una población relativamente pequeña: menos de cinco millones de habitantes. Allí se han hecho casi 300.000 pruebas para detectar el coronavirus y los neozelandeses que regresen, además de cumplir la cuarentena, se les someterá a dos pruebas durante esas dos semanas.
"Esto es para asegurarnos en parte de que se reduzcan los riesgos a los menores niveles posibles de casos importados que potencialmente provoquen una infección dentro de nuestro territorio", ha precisado el director general de la Sanidad neozelandesa, Ashley Bloomfield, al asegurar que su país no bajará la guardia.

El éxito de Nueva Zelanda, un país aplaudido internacionalmente por su gestión de la pandemia, se atribuye a las medidas tempranas y una de las más estrictas del mundo para atajar el coronavirus. El pasado 25 de marzo, con 50 casos, la primer ministra neozelandesa ordenó la cuarentena obligatoria. Cerró todas las escuelas, comercios, excepto supermercados y farmacias, industrias y lugares de ocio. Y para dar ejemplo, Jacinda Ardern no dudó en bajarse el sueldo un 20 por ciento durante seis meses.
La vuelta a la normalidad le permitirá también ser el primer país en el mundo que abra sus estadios al público sin restricciones este sábado cuando los Highlanders reciban a los Chiefs, en el partido de la liga Super Rugby, la competición más importante del país.