Australia pide perdón por silenciar casos de abusos sexuales en la sede del Parlamento

El primer ministro ha reconocido que muchas denuncias fueron silenciadas por miedo a consecuencias electorales
Una exasesora del Partido Liberal fue la primera mujer en denunciar haber sido violada en la sede del Parlamento; después, tres más
La investigación independiente fue ordenada en marzo pasado por el Gobierno de Morrison
El primer ministro australiano, Scott Morrison, ha pedido perdón a las víctimas de acoso, maltratos y agresiones sexuales en el Parlamento y reconoció que muchas denuncias fueron silenciadas por el miedo a las consecuencias electorales.
En un discurso en el Parlamento, Morrison expresó sus disculpas en presencia de Brittany Higgings, la exasesora del Partido Liberal que denunció el año pasado haber sido violada en la sede del Parlamento, lo que provocó que otras mujeres se atrevieran también a presentar más denuncias. "(...) ella tuvo el valor de hablar, y por eso estamos aquí. Lamentamos todas estas cosas, y al hacerlo, cada uno de nosotros asume la responsabilidad de un cambio", dijo Morrison, del Partido Liberal.
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Las disculpas de Morrison, junto a las del líder de la oposición, el laborista Anthony Albanese, y ambas cámaras del Parlamento, se dan en respuesta a las 28 recomendaciones emitidas en noviembre pasado por la comisionada de Discriminación Sexual, Kate Jenkins, que lideró una investigación sobre la cultura laboral en la sede del Legislativo.
Cuatro denuncias
La investigación independiente fue ordenada en marzo pasado por el Gobierno de Morrison a raíz de la denuncia de Higgins sobre la violación que sufrió en 2019 por parte de un antiguo compañero de trabajo en la oficina de la entonces titular de Industrias de la Defensa, Linda Reynolds, en el Parlamento de Camberra.
La denuncia de Higgins, quien además se quejó de cómo sus empleadores abordaron su caso, motivó a otras tres mujeres a revelar que fueron víctimas de asaltos o tocamientos indebidos por parte del mismo hombre, quien actualmente es procesado por los presuntos delitos.
Higgins, quien se convirtió en un icono de las reinvidicaciones de las mujeres, formó parte de un reducido grupo que atendió la sesión parlamentaria se sentó en la galería del Parlamento de Camberra con restricciones por la covid-19. Además estuvo presente en la galería parlamentaria otra exasesora gubernamental, Rachelle Miller, quien asegura haber sido víctima de maltrato verbal y en una ocasión físico por parte del exministro de Educación Alan Tudge.
La investigación de Jenkins reveló la existencia de una cultura laboral tóxica en el Parlamento dominada por los hombres, así como sistemáticos abusos de poder, explotación, acoso y agresiones, incluidas sexuales, principalmente contra las mujeres.