El G7, ocupado - y preocupado - en Alemania por la invasión rusa a Ucrania


Annalena Baerbock reúne en Alemania a los ministros de Asuntos Exteriores del G7 en una cita donde escuchar a los representantes de Ucrania y Moldavia, invitados en circunstancias excepcionales por el belicismo ruso.
En Moldavia, se teme que los 2.000 soldados que se estima hay Transnistria se acaben convirtiendo en otro foco de inestabilidad en Europa
Se estima que hasta 25 millones de toneladas de cereales ucranianos no pueden salir del país
Es una crisis global. La ilegal guerra de Rusia contra Ucrania ha dejado de ser un conflicto con efectos nocivos sólo para el continente europeo. Camino de cumplirse el tercer mes del inicio de la invasión rusa, la situación en el país vecino de la UE plantea ya inquietudes que transcienden el 'viejo continente'.
Esto mismo es lo que se extraía este viernes de la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores que se celebraba en Weißenhaus (norte alemán), al norte de Alemania, bajo el liderazgo de Annalena Baerbock, jefa de la diplomacia germana.
Alemania detenta actualmente la presidencia rotatoria de la G7, el grupo de países más poderosos del planeta. Por eso Baerbock ejercía en la cita de maestra de ceremonias este viernes. Ella era también quien llevaba la voz cantante en una reunión a la que estaban invitados representantes de Ucrania y Moldavia. Al G7 pertenecen Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. En sus reuniones también participa la Unión Europea (UE).
Welcome to Weissenhaus!
— Außenministerin Annalena Baerbock (@ABaerbock) 12 de mayo de 2022
Never since the end of the Cold War have we G7 partners been more profoundly challenged. Never before have we stood more united. Our common values are our strength. #G7GER pic.twitter.com/zGjILb3EVN
La presencia en Weißenhaus de representantes ucranianos y moldavos de alto nivel se explica por la invasión rusa contra Ucrania lanzada el pasado mes de no febrero. En Moldavia, se teme que los 2.000 soldados que se estima hay Transnistria se acaben convirtiendo en otro foco de inestabilidad en Europa. Tansnistria es un enclave separatista prorruso del este moldavo con unos 300 kilómetros de frontera con Ucrania.
Tanto el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, como su homólogo moldavo, Nicu Popescu, seguramente constataron lo muy en serio se toma el G7 la situación desencadenada por la Rusia de Vladimir Putin. Según Baerbock, la guerra de Rusia contra Ucrania ya es una “crisis global”. Así lo decía este jueves la responsable alemana en el marco de la reunión de los jefes de la diplomacia de los países del G7.
Baerbock quería este viernes enviar una señal de esos países al resto del mundo, especialmente a las 141 naciones que habían condenado en Naciones Unidas la agresión rusa. Entre esos países se encuentran, entre otras, naciones africanas y de Oriente Medio ahora amenazados por la inseguridad alimentaria que genera la guerra en Ucrania.
Hasta 25 millones de toneladas de cereales ucranianos inmovilizados
Se estima que hasta 25 millones de toneladas de cereales ucranianos no pueden salir del país por sus vías marítimas abiertas antes de la guerra dado que el Ejército ruso bloquea actualmente el tráfico en el Mar Negro. La cita de Weißenhaus también estaba dedicada al estudio de otras posibles vías con las que poner en circulación esas materias primas.
Ucrania es uno de los grandes productores cereales a nivel mundial. Precisamente junto al país de Vladimir Putin, a la nación de Volodímir Zelenski se la considera una de las “grandes despensas mundiales de cereales”. Gran parte de los cereales ucranianos llegan a otras partes del mundo por mar.
Ahora, a los ministros del G7 les toca estudiar alternativas para poner en circulación los productos agrícolas de Ucrania, ya sea por carretera, vía férrea o con transporte fluvial. Este análisis de los países más poderosos de la comunidad internacional llega en un momento en el que desde Ucrania se denuncia que en las zonas ucranianas ocupadas por Rusia se han producido robos de cereales “a nivel industrial”, según recogía en la tarde de este viernes el influyente diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung.
En dicho diario se apuntaban las cuentas del Ministerio de Agricultura de Ucrania, según el cual no menos de medio millón de toneladas de cereales habrían sido sustraídas de las reservas de cereales ucranianas por los invasores rusos.
La guerra en Ucrania, por encima de la pandemia y el cambio climático
El ministro de agricultura de Ucrania, Mykola Solskyj, recibía este viernes en Stuttgart el compromiso de su homólogo alemán, Cem Özdemir, y el del resto de países del G-7 a la hora de apoyar al sector agrícola del país invadido por Rusia. Para Kiev, tan urgente - o más - que encontrar una solución a los problemas agrícolas surgidos por la agresión rusa resulta la necesidad de satisfacer el esfuerzo de guerra Ucraniano.
De hecho, Kuleba también dedicó los encuentros que tuvo con los jefes de la diplomacia de los países del G7 para recordar que su país sigue necesitando armas, según trascendía en la crónica alemana a cuenta del encuentro de Weißenhaus. Se supone que otros temas, como la pandemia el cambio climático también iban a ocupar a los ministro del G7.
Sin embargo, para el ministro ucraniano, hay obviamente otras prioridades. El jueves, estando de visita en Berlín, Kuleba hablaba de la necesidad de su país de sistemas de defensa anti-aéreos y aviones de guerra con los que seguir disputando la soberanía aérea contra el Ejército ruso.
“Delicados” deseos militares ucranianos
Esos son “deseos delicados”, según los términos que empleaba en su crónica internacional el no menos influyente diario muniqués Süddeutsche Zeitung.
La oferta de Polonia de enviar casi una treintena de aviones de guerra para la defensa aérea de Ucrania ante la invasión rusa es desechada por Estados Unidos, donde se juzga la idea “insostenible”https://t.co/Ojm5feF4YZ
— NIUS (@NiusDiario) 10 de marzo de 2022
Hasta ahora han fracasado todos los intentos de hacer llegar aviones de guerra procedentes de otros países hasta Ucrania. Polonia fue uno de los primeros países con una iniciativa para apoyar en este sentido al país de Zelenski. La idea polaca no funcionó el pasado mes de marzo por las reticencias de Estados Unidos – implicado en la idea de las autoridades polacas. Esas reticencias las comparten también, por ejemplo, las autoridades de Alemania.
Sistemas de defensa anti-aéreos y aviones de guerra figuran entre la logística bélica que en Kiev se considera necesaria para doblegar al invasor. Sin embargo, tanto en Washington como en Berlín, por citar sólo dos importantes capitales de países del G7, no parecen dispuestos a cambiar de postura. Sobre un “cierre del espacio aéreo a Rusia y material aéreo”, ya hay “una posición clara”, dejaba dicho este viernes Baerbock.
Following @ZelenskyyUa’s talks with G7 leaders, today I asked G7 to seize Russian sovereign assets and give them to Ukraine for rebuilding our country. Russia must pay. Politically, economically, and financially. I appreciate the positive reaction of G7 countries to our request. pic.twitter.com/DpUoanoEtW
— Dmytro Kuleba (@DmytroKuleba) 13 de mayo de 2022
Con todo, el balance que hacía Kuleba de su paso por Weißenhaus parecía positivo al final de la jornada. “Pedí al G7 que se incautara activos soberanos rusos para dárselos a Ucrania para reconstruir nuestro país. Rusia debe pagar. Política, económica y financieramente. Aprecio la reacción positiva de los países del G7 ante nuestra solicitud”, señalaba Kuleba.
Concretamente, este viernes, además de esa "reacción positiva", Kuleba salió de Weißenhaus con un compromiso de ayuda financiera de la UE para uso militar valorado en 500 millones de euros. La ayuda militar de la UE a Ucrania desde que comenzó la invasión alcanza ya los 2.000 millones de euros.