Orban quiere crear un nuevo grupo conservador en el Parlamento Europeo


El primer ministro húngaro quiere formar una formación a la derecha del Partido Popular Europeo
El primer ministro húngaro Viktor Orban sacó la semana pasada a sus 12 eurodiputados del Grupo Popular Europeo (el mismo del Partido Popular) después de que los eurodiputados populares votaran por gran mayoría (82% a favor) una reforma de sus estatutos para facilitar expulsiones. La norma no llevaba apellidos pero iba claramente dirigida a expulsar a los de Orban. Mejor una dimisión a tiempo que una vergonzosa expulsión.
Orban encuentra ahora que sus 12 eurodiputados figuran como “no inscritos”. Están en esa situación los pocos eurodiputados que ningún grupo acepta, como por ejemplo Carles Puigdemont y Toni Comín o algún ultraderechista tan radical que ni los grupos de ultraderecha lo quieren. También los italianos del M5E, un grupo inclasificable cuya evolución tras la formación del Gobierno de Mario Draghi podría llevarles al grupo socialdemócrata. El problema de los no inscritos es que pierden influencia, acceso a cargos y sobre todo financiación.
Ante esa situación, más que buscar acomodo en alguno de los dos grupos a la derecha de los populares, Orban parece aspirar a la creación de un nuevo grupo, para el que tendría que atraer a delegaciones nacionales ya establecidas en el ‘Grupo de los Conservadores y Reformistas’ (donde están los eurodiputados de VOX) o en el ‘Identidad y Democracia’, donde están los de Marine Le Pen, Matteo Salvini o el holandés Geert Wilders. Los dos grupos lucharán para no perder efectivos, que se traduce en pérdida de cargos y financiación.
Dice Orban que su nueva fuerza conservadora debe ser “para nuestro tipo de gente” (se refiere a blancos y heterosexuales), que “proteja a las familias y a la patria”, “que piense en ´términos de Estados-naciones trabajando juntos más que en términos de Imperio Europeo”. La derecha húngara lleva años acusando a las instituciones europeas de comportarse como el Kremlin se comportaba con sus países satélites de Europa del Este durante los años de la Guerra Fría.
Asegura Orban que ya tiene de dónde sacar eurodiputados (necesita que el nuevo grupo tenga al menos de siete países, según las normas de la Eurocámara) y que ya está “hablando con los polacos” (se refiere a los eurodiputados del ultranacionalista PIS) “y con Salvini”.
Orban podría buscar mover a los eurodiputados conservadores de los países del Grupo de Visegrado. Pero aunque las relaciones sean buenas, difícilmente eslovacos y checos abandonarán el Grupo Popular Europeo para unirse a una nueva formación liderada por los húngaros.
Según Orban, el Parlamento Europeo necesita otro grupo de derechas (que sería el cuarto si no termina por desmantelar alguno de los tres existentes) “para construir una derecha europea que ofrezca un lugar a los europeos que no quieren inmigrantes, que no quieren multiculturalismo, que no quieren lunáticos LGBTQ, que defiendan las tradiciones cristianas europeas, que respeten la soberanía de las naciones”.
Se olvidó decir que no le busquen las cosquillas cuando viole las directivas europeas, cuando imponga una ley de medios que prácticamente haya acabado con cualquier medio no pro-gubernamental en Hungría o que fuerce al exilio a la más prestigiosa universidad de Europa del este porque la financia el financiero y filántropo Georges Soros, a quien lleva años acusando de ser una especie de mano negra detrás de cada decisión europea que le disgusta.
Según contó el fin de semana en una entrevista en la radio pública húngara, esa nueva fuerza conservadora que liderarían los 12 eurodiputados de su partido, el Fidesz, “será decisiva en Europa”.
El Partido Popular Europeo ya suspendió la membresía del Fidesz en 2019 de forma temporal porque el partido de Orban lanzó una campaña –cuyos tintes antisemitas eran evidentes- contra el entonces presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker y contra Georges Soros, a quienes acusaban de haber puesto en marcha una estrategia para “inundar Europea de inmigrantes”. Los eurodiputados del Fidesz salieron del Grupo Popular Europeo la semana pasada pero el partido sigue siendo formalmente miembro del Partido Popular Europeo.