De Oriente Medio a Asia: Bután, el quinto país en establecer lazos diplomáticos con Israel

El pequeño reino asiático, de mayoría budista, solo tiene lazos completos con 53 países
Emiratos, Bahréin, Sudán o Marruecos, países con acuerdos similares con Israel
Trump logra otro éxito diplomático a pocas semanas de dejar la presidencia de EE.UU
Tras el último jarro de agua fría recibido por Donald Trump, esta vez desde el Tribunal Supremo estadounidense desestimando la última querella presentada por uno de sus aliados para revocar el triunfo de Joe Biden, al presidente solo le quedan los éxitos que pueda seguir cosechando en política internacional antes de su salida de la Casablanca. Todos vinculados con Israel, su gran aliado en Oriente Medio.
En agosto Trump anunció la normalización de relaciones entre el Estado hebreo y Emiratos Árabes Unidos, en septiembre llegaría Bahréin - ambos países árabes formalizarían el día 15 los llamados Acuerdos de Abraham en Washington; en octubre le tocaría el turno a Sudán y en diciembre, a Marruecos. Cuatro países árabes que dejaron a un lado las hostilidades con Israel en menos de cuatro meses cuando habían pasado cuatro décadas desde el último gran tratado de paz, el que firmaron el presidente egipcio Anuar al Sadat y el primer ministro israelí Menachem Begin (1978).
Un último país, esta vez no árabe y en Asia del Sur, se ha sumado a la lista este fin de semana, aunque no por su vinculación con los pactos rubricados en Washington sino por los contactos bilaterales establecidos durante años entre sus gobiernos. Se trata del pequeño reino de Bután, de mayoría budista y situado a los pies del Himalaya, limitando con la India y la Región Autónoma del Tíbet.
Con una población de poco más de 770.000 habitantes, el reino ha querido mantenerse aislado del exterior para preservar su cultura y recursos naturales, manteniendo lazos diplomáticos con solo 53 países en todo el mundo, entre los que no están Estados Unidos, Francia, Reino Unido o Rusia. “Dejan que muy poca gente lo visite, aunque es muy atractivo, porque quieren preservar su historia, naturaleza y medio ambiente (…) Es un lugar muy especial, ni siquiera hay un semáforo. Es muy natural“, explicó el embajador israelí en India, Ron Malka, firmante del acuerdo, al diario hebreo The Jerusalem Post.
El reino de Bután, el último país firmante
El diplomático selló el pacto este pasado sábado en su residencia de Nueva Delhi junto a su homólogo butanés, Vetsop Namgyel, en una ceremonia ¨modesta, pero muy especial”, señaló Malka. Tras el evento el ministro de Exteriores de Israel, el ex-general Gabi Ashkenazi, dijo a través de un comunicado que con la rúbrica ¨el círculo de reconocimiento de Israel está creciendo y expandiéndose (…) y servirá como otro hito en la profundización de los lazos¨ de su país con el continente asiático.
El canciller mantuvo la semana pasada una conversación telefónica con su homólogo butanés, Tandy Dorji, para concretar una fecha para la rúbrica del acuerdo, así como un plan de trabajo conjunto para colaborar en áreas de gestión del agua, agricultura o salud. Asimismo, invitó a su contraparte a visitar pronto Jerusalén y se mostró confiado en poder recibir al Rey de Bután en 2021.
Por su parte, el primer ministro Benjamin Netanyahu elogió las nuevas relaciones y las calificó como "otro fruto de los acuerdos de paz”. Sin embargo, el establecimiento de lazos diplomáticos entre su país y el pequeño reino del sur de Asia es el fruto de ¨años de contactos secretos que han incluido visitas de delegaciones de Israel a Timbu (capital del reino) y de funcionarios de Bután a Israel¨, según rezaba un comunicado difundido por el ministerio de Exteriores israelí.
La ausencia de relaciones entre los países nunca estuvo relacionada con el conflicto israelo-palestino o con los posibles vínculos del reino con otros países árabes reacios durante décadas a reconocer a Israel. Más bien se explica por las políticas aislacionistas de los gobernantes butaneses, quienes solo en 2008 consintieron la celebración de sus primeras elecciones e instauraron una monarquía constitucional. Hasta ese año la monarquía absoluta había sido el sistema de gobierno que había regido el destino de los residentes de Bután.
Marruecos, el primer logro diplomático de la semana
El acuerdo de normalización de relaciones entre Israel y Marruecos, anunciado dos días antes por Trump desde la Casablanca, bien podría ser el último de los gestados para Oriente Medio por el yerno del presidente Jared Kushner y su antiguo asesor, el joven Avi Berkowitz, antes de la llegada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos.
Sellado en una llamada telefónica entre Donald Trump y el rey Mohamed VI de Marruecos, el pacto formaliza el establecimiento de relaciones diplomáticas plenas entre ambos países y supondrá la reanudación de los contactos oficiales con Israel. “Van a reabrir sus oficinas de enlace en Rabat y Tel Aviv de inmediato con la intención de abrir embajadas. Y van a promover la cooperación económica entre empresas israelíes y marroquíes ”, dijo Kushner a la agencia Reuters.
Como sucediera con los acuerdos firmados con Emiratos Árabes o Bahréin, el pacto auspiciado por la administración del republicano supuso un giro de 360 grados respecto de la que había sido la política exterior de Estados Unidos hasta la llegada del empresario. Esta vez Trump sí rompió con la antigua neutralidad de Washington y aceptó, a cambio del establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel, reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental.
Un anuncio que provocó el rechazo del Frente Polisario - movimiento de liberación nacional que trabaja para lograr la autodeterminación del pueblo saharaui - y el ¨sí¨ inmediato del reino alauí, incentivado además por el caramelo utilizado por el presidente norteamericano para conseguir la firma de todos los acuerdos recientes, la venta de armamento estadounidense, incluidos varios drones de precisión valorados en 1000 millones de dólares.
“El presidente ha sido mal asesorado por su equipo. Él podría haber hecho este trato sin negociar los derechos de un pueblo (el saharaui) sin voz ”, dijo el senador Jim Inhofe, el presidente del Comité de Servicios Armados del Senado de Estados Unidos, en un comunicado, donde además llamó a la celebración de un referéndum de autodeterminación para los saharauis, tal y como establece el mandato de la ONU.
Con o sin referéndum parece poco probable que la administración entrante de Joe Biden vaya a revertir la decisión de Trump una vez que el demócrata ya ha dicho que espera afianzar lo que su predecesor empezó con los llamados Acuerdos de Abraham, la paz entre Israel y las naciones árabes y musulmanas.
Arabia Saudí se resiste
Pero de momento, la más ansiada (a ojos de Washington) por Trump y su equipo de negociadores internacionales, Arabia Saudí, se le resiste al todavía presidente. Según han apuntado varios funcionarios estadounidenses, es posible que la monarquía de los Saud espere a la llegada de Joe Biden para utilizar el reconocimiento de Israel como moneda de cambio para mejorar su capacidad negociadora en futuros acuerdos de venta de armas que incluyan, por ejemplo, los ansiados cazas F-35 que Trump sí le ha vendido a los vecinos emiratíes.
Con ellos, además de con saudíes y bahreiníes, Kushner quiere gastar su última bala en la recámara de la política exterior: resolver la llamada Crisis del Golfo que desde 2017 enfrenta a Arabia Saudí, Emiratos y Bahréin con Qatar, un país demasiado independiente para sus vecinos del Golfo y demasiado cercano - y no solo geográficamente - a su gran rival regional, Irán.
Con él no solo comparte frontera, sino algo mucho más poderoso: el mayor depósito de gas natural licuado del mundo, lo que ha convirtiendo a Doha no solo en su mayor exportador, sino en la capital del país con el mayor PIB per cápita del planeta. Una abundancia que le ha permitido mantenerse fuera de la órbita saudí y sortear el atroz bloqueo impuesto por Riad y sus aliados en los últimos tres años.
A cinco semanas de su marcha, Jared Kushner quiere propiciar un acercamiento entre las partes con el objetivo ulterior de aislar cuanto sea posible a Irán y al parecer se han producido avances. Según informan medios locales, el pasado 4 de diciembre el ministro de Exteriores de Qatar, Mohammed al Thani, dijo: "Somos optimistas sobre una resolución a la crisis del Golfo, pero no podemos decir que todos los problemas se resolverán en un día”.