Pete Buttigieg, demócrata, gay y candidato a las primarias de Estados Unidos

De apellido impronunciable, joven, gay y alcalde de una pequeña ciudad del Medio Oeste, así es la sorpresa demócrata
Se pidió una excendencia como alcalde para irse a Afganistán como oficial de Inteligencia
Si Pete Buttigieg (pronunciese Butiyeg) llegara a convertirse en presidente de los Estados Unidos, lo más difícil no será pronunciar su nombre sino creer que un candidato con su perfil pudiera llegar a la Casa Blanca.
No sólo por su juventud -tiene 38 años-, también por haberse declarado abiertamente gay -está casado con un profesor de escuela- y porque sería la primera vez que alguien salta de la alcaldía de una oscura ciudad del Medio Oeste hasta la Casa Blanca. La biografía y no la ideología es lo que le distingue del resto de candidatos. Buttigieg se sitúa en el progresismo templado que desplegó Obama durante su presidencia (a favor de la sanidad pública, del aborto, del papel de EEUU en el mundo, en contra de la pena de muerte, del cambio climático, etc.).
Un candidato atípico
Es pronto para saber si su buen resultado en los caucus demócratas de Iowa no es más que el fogonazo de una estrella fugaz que atraviesa el cielo de las vastas llanuras de América en las que se sitúa este estado agrícola y poco representativo de la diversidad del país.
Pero no deja de ser sorprendente que este exalcalde, apenas conocido fuera de su ciudad, South Bend (Indiana), haya adelantado a figuras de proyección nacional como el senador Bernie Sanders y el exvicepresidente con Joe Biden, dos candidatos que podrían pasar por abuelos del joven Buttigieg.
Becado en Harvard y Oxford
No en vano, el cambio generacional es uno de los ejes de este joven candidato sobradamente preparado. Buttigieg se educó en las elitistas universidades de Harvard y después en Oxford gracias a una beca Rhodes, un mérito académico que le empareja con el expresidente Clinton. Trabajó durante tres años para la consultora McKinsey y posteriormente se enroló como oficial de inteligencia naval en la reserva.
En 2014, estuvo destinado durante siete meses en Afganistán. Para cumplir su misión tuvo que pedirse una excedencia puesto que ya entonces había sido elegido alcalde de su ‘pueblo’, South Bend (Indiana). Una localidad con 100.000 habitantes, de los que apenas 15.000 le votaron. Pero fue una cifra suficiente para culminar dos mandatos y lanzarse a la larga carrera presidencial de Estados Unidos.
Pidió una excedencia de siete meses como alcalde para irse a Afganistán como oficial de inteligencia
Buen recaudador de fondos
Llegue a donde llegue, muchos consideran ya al joven Buttigieg un candidato con futuro. Una opinión que viene avalada por las donaciones que ha conseguido para su campaña.
Buttigieg ha demostrado ser un buen recaudador de fondos. Un requisito imprescindible para cualquiera que sueñe con ocupar el Despacho Oval de la Casa Blanca. La victoria en Iowa, por poco que represente, insuflará aún más viento y una renovada atención a la candidatura del llamado ‘alcalde de América’.
“¡President Pete!”, gritan ya en New Hampshire, próxima cita en las primarias. Si hay algo que gusta en la narrativa política americana son las sorpresas.