"Si yo puedo puedo ponerme una mascarilla, tú también puedes". Con este lema, sencillo pero contundente, el atleta paralímpico israelí Noam Gershony ha impulsado una campaña en la que varias personas discapacitadas se ponen -con mayor o menor dificultad- una mascarilla.
Personas amputadas, ciegas o con prótesis nos enseñan cómo se ponen esta protección contra el coronavirus, incuso aunque les falten las manos o los brazos.
Gershony, exmilitar israelí, sufrió un accidente de helicóptero que le causó severas heridas en sus dos piernas y sus dos brazos, que lo postraron en una silla de ruedas. Pese a ello, en 2012 consiguió la medalla de oro en los Juegos Paralímpicos de Londres, un éxito que le llevó a ser el abanderado de la delegación olímpica israelí en la ceremonia de clausura de los Juegos.
Israel vive un rebrote de contagios de la covid-19, una enfermedad que ha causado 307 muertos en el país. Las autoridades preparan a la población ante el temor de una segunda oleada de contagios. El gobierno israelí ha elevado de 52 a 130 euros la multa por o llevar mascarillas en espacios públicos.