Los profesores de selectividad de Francia se niegan a dar las notas en protesta por la reforma del bachillerato

4 millones de estudiantes se han presentado a las pruebas
Los estudiantes afectados son 50.000, según el Ministerio de Educación
Alrededor de 700 profesores se han negado a entregar los resultados.
La capacidad de protestar que tienen los franceses no deja de sorprender. Creíamos haberlo visto todo con la crisis de los chalecos amarillos, pero este fin de curso ha sido la traca final. Una parte de los profesores-examinadores han decidido 'secuestrar' las notas del bacalauréat (selectividad). Han corregido los exámenes pero se niegan a entregar las notas. El motivo: no están de acuerdo con la reforma del bachillerato que el gobierno ha decidido emprender justo cuando se cumplen dos siglos de su instauración.
Si es de los que aún sufre esa pesadilla recurrente de volver a pasar la selectividad una y otra vez entenderá perfectamente la tortura a la que han sido sometidos millones de jóvenes franceses (y sus familias). Tres factores se han aliado para hacerles pasar un fin de curso infernal:
- Una ola de calor.
- Una huelga de vigilantes durante los exámenes que hizo peligrar las pruebas.
- La retención de los resultados por parte de cientos de profesores-examinadores que se han negado a entregar las notas en la fecha fijada.
Una parte importante de los docentes está radicalmente en contra de la reforma impuesta por el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer
Blanquer, que hasta hace poco era uno de los ministros mejor considerados del Gobierno de Macron, ha hecho frente, con más o menos acierto, a la peor crisis del temido bacalauréat (bachillerato) en sus doscientos años de existencia.
El bacalauréat o bac como se le conoce popularmente, es el conjunto de exámenes al que son sometidos todos los alumnos antes de acceder a los estudios superiores, o dar por terminada la escolaridad (entre los 16 y los 18 años). Sería algo así como nuestra selectividad.
En Francia no tener el bac cierra muchísimas puertas, más allá del acceso a la universidad.

El curso no ha sido fácil, sobre todo en los liceos públicos, debido a las protestas de estudiantes y profesores contra la polémica reforma del bachillerato. Manifestaciones y huelgas han sido una constante a lo largo de todo el año.
El conflicto en tres etapas
- Huelga de vigilantes. El primer día de exámenes, el 17 de junio, una huelga de vigilantes auguraba un mal comienzo. Pero el ministro ya había previsto los refuerzos necesarios para reemplazar a los huelguistas. Mal que bien los exámenes se han desarrollado sin incidentes.
- La entrega de las notas. Es ese momento inolvidable que todos los medios difunden en directo. Cientos de estudiantes en las puertas de sus liceos descubriendo si han aprobado o no y con qué nota. Este año, además de soportar los nervios, han tenido que enfrentarse a un caos inaudito.
- Órdago de los profesores. Los profesores huelguistas echaron un órdago que creyeron definitivo para doblegar al ministro y obligarle a anular la reforma: se negaron a entregar las notas de los exámenes.
La angustia de las familias ha sido espeluznante. La entrega de notas estaba prevista el viernes 5 de julio y el lunes 2 los profesores anunciaban que no entregarían los resultados. Jamás se había vivido una situación similar.
La solución del ministro
A lo largo de toda esta crisis sin precedentes el ministro siempre ha estado en la primera línea del frente. Dos días antes de la entrega de los resultados, prometió que independientemente de lo que hiciesen los profesores, todos los alumnos tendrían sus notas.
La solución que se ha encontrado es que los que no tengan el resultado del examen por culpa de la huelga, tendrán la nota media del curso como calificación provisional. Más adelante, y sí un día las notas de los exámenes llegan, servirán para aumentar la calificación final, nunca para bajarla.

Un conflicto que no ha acabado
La solución de urgencia del ministro, apoyada públicamente por Macrón, puede tener consecuencias sociales y jurídicas. El ministro ha cambiado las reglas del juego de las calificaciones in extremis, eso puede abrir la puerta a denuncias contra el gobierno y a un proceso judicial también sin precedentes. Por su parte los profesores huelguistas, que se enfrentan a suspensiones de salarios y sanciones disciplinarias, amenazan con nuevas movilizaciones.
Las cifras del conflicto
- 4 millones de estudiantes se han presentado a las pruebas del bacalauréat.
- 126.000 han sufrido la retención de sus notas, según los sindicatos.
- Los estudiantes afectados son apenas 50.000, según el ministerio.
- 175.000 profesores han sido convocados para corregir los exámenes.
- 700 profesores (3.000 según los sindicatos) se niegan a entregar los resultados.
- 77% es el porcentaje de aprobados, en 2018 fueron el 88 %