Reabren los colegios en el Reino Unido pese a los contagios por coronavirus


El gobierno se resiste a cerrar colegios e institutos pese a los informes que recomiendan su clausura
Los jefes de estudio inician acciones legales contra el gobierno y pide a los profesores que no vayan a clase este lunes
La oposición laborista reclama al gobierno que decrete de inmediato un tercer confinamiento por haber perdido el control del virus
Los niños de 5 a 11 años regresan hoy a los colegios en Inglaterra en medio del conflicto que mantienen profesores y gobierno por la conveniencia o no de reabrir los centros educativos. El motivo es la galopante propagación del virus. En la entrada encontrarán a militares que les realizarán tests. En Gales, Irlanda del Norte y Escocia esperarán una semana más. También se mantendrán cerradas las escuelas en el sudeste del país, epicentro de las infecciones.
No se sabe cuántos padres llevarán a sus hijos a clase. Se ha convertido en un dilema para ellos. El sindicato de profesores les pide que no vayan. Boris Johnson les pide que acudan. “Entiendo la ansiedad de la gente, pero no tengo la más mínima duda de que las escuelas son seguras y que la educación es una prioridad”, dijo Johnson.
Las escuelas son el último reducto de la lucha contra la covid. Boris Johnson ya dijo el pasado mes de septiembre que serían la última institución que cerraría si tuviera que volver a confinar a la población. Durante el primer confinamiento, el de primavera, las puertas de los colegios fueron las primeras en cerrar. Aunque no del todo porque siguieron yendo los hijos de trabajadores clave y de padres con pocos recursos. Durante el segundo confinamiento de noviembre las escuelas resistieron.
Ahora la variante del virus originada en el sudeste del país se está expandiendo como la pólvora por todo el territorio. Ya se superan los 55.000 contagios y las 800 muertes diarias de media. Johnson se vio obligado a cancelar las Navidades en el último minuto y creó un cuarto nivel de restricciones. Cerró todas las tiendas (menos las esenciales), los bares y los restaurantes, las instalaciones deportivas y las piscinas. Ya solo quedan las escuelas.
Más contagioso entre los adolescentes de 10 a 19 años
El gobierno ha reconocido que la nueva variante está descontrolada. Algunos hospitales han empezado a notar la presión con colas de ambulancias en las puertas de urgencias y escasez de camas. Hace unas semanas se filtró a la prensa un informe del grupo de asesores científicos del gobierno que decía que hasta que no se cerraran las escuelas no se podría contener la nueva cepa.
Científicos del Imperial College of London concluyeron que la nueva mutación del virus era un cincuenta por ciento más contagiosa entre los adolescentes de 10 a 19 años. Esto explicaría por qué apenas se pudieron rebajar los contagios más allá de un tercio durante el confinamiento de noviembre. Las escuelas se mantuvieron abiertas. En algunas zonas del sudeste, antes de vacaciones, el 60% de los alumnos estaban haciendo cuarentena por haber dado positivo o en contacto con un positivo.
Durante los últimos días se ha incrementado la presión sobre el ministro de Educación, Gavin Williamson, para que ordene el cierre definitivo de las escuelas. Williamson se negó al principio, pero este fin de semana accedió a no reabrir las escuelas de primaria de las zonas con más influencia del virus, principalmente las del sudeste, hasta el 18 de enero.
El pulso de los sindicatos
Pero esto no es suficiente para los sindicatos, que piden que se inicien las clases a distancia ya. El sindicato de jefes de estudios (NAHT, en inglés) y la asociación de colegios e institutos (ASCL) han iniciado acciones legales contra el gobierno porque consideran que es muy peligroso para los alumnos asistir a clase cuando hay informes que prueban que la nueva cepa se contagia más rápido en las escuelas.
Por su parte, el principal sindicato de maestros (NEU) ha avisado a sus 500.000 miembros del riesgo de ir a clase. Y van más lejos. Exigen que se suspendan otra vez este año los exámenes de secundaria (los GCSE), que realizan a los 16 años, y los equivalentes a la selectividad (A-Levels), a los 18. Esta es una de las razones por las que el gobierno quiere mantener abiertas las escuelas, porque estos exámenes son decisivos para el futuro de los estudiantes.
En plena lluvia de críticas, el primer ministro compareció en la BBC para explicar que prefería mantener las escuelas abiertas por el momento por considerar que el daño en los estudiantes podría ser mayor si se tuvieran quedar en casa. También el regulador de la educación dijo que no se puede confinar a los niños. Y Johnson pidió a los maestros que asistieran a clase este lunes y a los padres que no tuvieran miedo a llevar a sus hijos.
We are looking forward to welcoming all our children back to school on Monday 4th January. See you tomorrow. pic.twitter.com/KBIOZZmmBR
— Carfield Primary Sch (@CarfieldPrimary) January 3, 2021
También habló Williamson, quien suscribió el discurso de Johnson y ratificó la decisión de reabrir las escuelas. Este lunes vuelven a abrir las de primaria en aquellas zonas con menor incidencia del virus. Los cursos de secundaria que están preparando los exámenes volverán el 11 de enero y el resto, el 18. Habrá tests rápidos de antígenos en todos los centros y ha sido desplegado al Ejército para esta misión.
Las protestas del algoritmo clasista
Williamson ya fue muy criticado en agosto cuando decidió aplicar un algoritmo para sacar la nota de los exámenes de secundaria y de selectividad que no se hicieron. El curso académico fue suspendido en abril. Ese algoritmo consistía en aplicar la media de las escuelas a los exámenes de control de diciembre con lo que se discriminó a los estudiantes de las zonas con minorías étnicas y más pobres que no hacen selección de acceso. Y favoreció a las escuelas privadas.
We are looking forward to welcoming our children back to school on Tuesday 5th January. https://t.co/m4tZWJpvHD
— Gamston C of E Primary School (@GamstonCofE) January 3, 2021
Hasta 300.000 alumnos, un 40 por ciento del total, la mayoría de barrios bajos, vieron como sus notas eran rebajadas. Algunos aspiraban a conseguir matrícula o sobresaliente y habían sido preelegidos ya por las mejores universidades y vieron sus calificaciones se quedaban en notable. Su futuro había sido hecho pedazos. Las calles de Londres se llenaron de estudiantes de quince a dieciocho años que pedían a Williamson que rectificara. Le pedían que añadiera, a los exámenes de control, las previsiones de los profesores sobre cada alumno, en vez del algoritmo. Williamson hizo caso omiso a las reclamaciones. Las protestas se intensificaron. Hasta que no tuvo más remedio que rectificar y eliminar el injusto algoritmo. Se llegó a pedir su dimisión.
UNISON will be joining our sister unions in advising that only staff needed to look after vulnerable and children of key workers should return to schools in England on Monday, similar to the first lockdown. More detail on our position will follow shortly.
— UNISON - UK's largest union (@unisontheunion) January 2, 2021
Ahora se ha vuelto a tensar la cuerda y Williamson está en el disparadero. Este lunes los escolares de primaria vuelven a pisar las aulas. No se sabe aún cuántos profesores ni cuántos niños asistirán. La situación es grave. Los laboristas han exigido al gobierno que ordene un nuevo confinamiento en las próximas veinticuatro horas. Dicen que han perdido el control del virus. Johnson quiere evitarlo porque sería tremendamente impopular en una parte de su partido. Y se resiste al cierre de las escuelas, el último reducto de la covid.