Una Tercera Guerra Mundial, ¿posible o imposible?

Este domingo se cumplen 80 años del inicio de la Segunda Guerra Mundial
Los historiadores coinciden: “es algo impensable en estos momentos”
Seis años de cruentas batallas, 60 millones de vidas perdidas y buena parte del mundo destrozado. Es el breve y crudo resumen de una II Guerra Mundial que comenzó hace ahora justo 80 años. Un motivo más que justificado para plantearnos si la humanidad tal y como la conocemos en la actualidad podría volver a vivir una terrible experiencia como aquella, repitiéndose otro gran conflicto bélico a nivel internacional.
Fue un 1 de septiembre de 1939 cuando estalló la más horrenda de las barbaridades que recuerda la raza humana. Hoy en día, no dejan de surgir focos más o menos calientes. Asusta, por ejemplo, ver el rumbo vertiginoso de las relaciones bilaterales entre EEUU y China, con una guerra comercial apaciguada en los últimos días pese a alimentarlas, y mucho, Donald Trump y Xi Jinping (subida de aranceles de por medio). Tampoco hay que perder de vista las amenazas provenientes del Extremo y Próximo Oriente, ni las casi siempre turbulentas decisiones de Vladimir Putin dirigidas a todo país que perturbe su férreo mandato. Ni, por supuesto, el oscuro régimen del autoritario Kim Jong-un en Corea del Norte.
En cualquier caso, tanto punto negro cercano a explotar no es motivo suficiente para que se produzca otra guerra mundial ocho décadas después, ni nada parecido. Así lo atestiguan la mayoría de los historiadores que han centrado sus estudios y publicaciones desde entonces a la época contemporánea. "Las circunstancias son muy diferentes a las de los años 30 o a las de antes de la Primera Guerra Mundial. Está claro que una declaración de guerra total o la invasión de un territorio es impensable en estos momentos”, afirma a NIUS el periodista e historiador Jesús Hernández, autor de gran cantidad de publicaciones sobre el horror desatado por Hitler, como ‘Grandes atrocidades de la Segunda Guerra Mundial’ o ‘Eso no estaba en mi libro de la Segunda Guerra Mundial’.
“En cambio, sí creo que puede haber una guerra de perfil bajo, como la que pudo darse durante la Guerra Fría en escenarios concretos -precisa Hernández-. Eso se puede trasladar por ejemplo a la guerra económica de estos momentos entre EEUU y China, con posibilidad de recrudecerse originando focos de tensión muy importantes".
Otro tipo de guerra
De la misma opinión es Encarnación Barranquero, profesora de Historia Contemporánea. Ella incide en que “una guerra ahora como la que comenzó en 1939 y acabó el 8 de mayo del 1945, tras la firma de la capitulación germana, no sería posible porque los actuantes son otros. Hablaríamos ahora quizás más una guerra de tipo económico que de una como la que se desencadenó entonces. No es comparable la situación actual con aquella”.
Precisamente la docente de la Universidad de Málaga destaca una de las claves para ahuyentar los miedos: “ahora mismo no estarían nada claras las alianzas”. Algo que, en cambio, sí que ocurría en los meses anteriores a que estallara el 1 de septiembre la II Guerra Mundial. El ‘fuego’ prendió una jornada antes con el asesinato de un nacionalista polaco a manos de oficiales de las SS (el cuerpo de combate de élite del nazismo), lo que originó la posterior invasión de Polonia ordenada por Hitler.
A partir de ahí, el horror, los campos de concentración, las invasiones, los combates aéreos avanzados o el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki... Fue la terrible aparición del arma atómica con la que siguen coqueteando muchos países en conflicto. En cualquier caso, para Jesús Hernández “el arma nuclear se ha demostrado que es disuasoria. Pakistán lo tiene, India lo tiene, Corea del Norte y los americanos, también. A no ser que haya un accidente, no veo el peligro nuclear, no lo considero”. Es decir, no provocaría una tercera guerra. “Sólo se usa para meter presión al contrario”, especifica el escritor barcelonés.
"Es muy difícil vislumbrar lo que puede pasar en el futuro. Por ejemplo, en el verano de 1914, incluso después de que asesinaran al Archiduque de Austria-Hungría (un joven nacionalista serbio mató a Francisco Fernando en Sarajevo), a nadie se le ocurría que pudiera estallar una guerra mundial. Parecía que había simplemente una escalada de la tensión. Con lo que tampoco es descartable que ahora pudiera darse un conflicto, no a gran escala o nuclear ni mucho menos, pero sí grave. Sobre todo, si se ven encajonados y atacados China y Rusia pueden responder de una manera más o menos fuerte”, reflexiona Jesús Hernández.
El hecho de que a comienzos de la década de los 90 del siglo pasado se desintegrara la URSS es, para Encarnación Barranquero, clave para que no hayan vuelto a haber más amenazas de graves enfrentamientos internacionales: “La Unión Soviética sí que hubiera provocado una guerra en el periodo de la Guerra Fría mucho más clara que el conflicto que pueda tener ahora Rusia con los EEUU, que tiene otros contenidos, otros actuantes, otra propaganda totalmente distinta".
Corea del Norte, Irán, Rusia...
Eso sí, tanto uno como otro historiador insisten: no hay que olvidar los focos calientes que acechan a distintos puntos del planeta, aunque no deben quedarse más que “en conflictos importantes”, destaca Hernández. "Está China, con la invasión en las islas del mar que lleva su nombre, o el control que ellos tienen sobre Corea del Norte para impedir que los americanos puedan avanzar neutralizando lo que es Corea. Hay otros conflictos entre India y Pakistán que se puede enquistar. O Rusia, sometiendo a un control muy cercano a los países bálticos, a Ucrania. Los países de la OTAN van a intentar el avance y control de esos países y Rusia va a hacer todo lo posible para no dejarse arrinconar”. Barranquero, por su parte, no quiere que caiga en el olvido "un punto en América Latina, el de Colombia-Venezuela, ni el Próximo Oriente, con Irán o Afganistán ".
Si hubiera que erradicar algo ya, por humanidad y por no revivir lo que el pueblo judío sufrió por orden de Hitler, son “los microgenocidios que estamos viviendo en muchas partes del mundo”, alerta Jesús Hernández. “A escala industrial, como hicieron los nazis, es impensable que se vuelvan a producir. Pero sí hay genocidios cada dos por tres: en Birmania, Nigeria, Irán, Irak, genocidios de grupos islamistas radicales contra cristianos y contra otros musulmanes...”. Es otro de los tristes ejemplos de la irracionalidad humana, que hace ya 80 años originó una nueva guerra mundial que, por suerte, parece más lejana que nunca en nuestros tiempos.