Los turistas invaden el monte Uluru, la montaña sagrada de los aborígenes australianos

Los viajes a este lugar sagrado se han disparado antes de que entre en vigor en octubre la prohibición de visitarlo
Es una de las estampas más icónicas del planeta. El monte Uluru, una de las rocas más grandes del mundo clavada en el corazón de Australia —la montaña que se eleva 350 metros sobre el desierto es sólo una pequeña parte—, que se convierte en un gigante de color rojo brillante con el sol del atardecer.
No es extraño que haya sido desde tiempo inmemorial protagonista de relatos y leyendas, de creencias veneradas por los aborígenes, también de la curiosidad insaciable de los turistas.

El Gobierno Australiano va a preservarlo para respetar las creencias de la tribu anangu y a partir del 26 de octubre se van prohibir las visitar. Los turistas parece que se han puesto de acuerdo en aprovechar el tiempo que les queda.
This really is nuts.
— Rohan Barwick (@rohwick) 10 de julio de 2019
The #Uluru climb two days ago. It closes for good in October.
📷Glenn Minett/ABC Alice Springs pic.twitter.com/sAFdfvpKwz
Uno de los atractivos para los visitantes es el habitual de hacerse fotos para compartirlas en redes sociales. Gracias a eso se puede comprobar cómo han atestado este monumento natural.
Algunos excursionistas se muestran alarmados por la situación, cuentan que los coches aparcados hacen colas de un kilómetro, que hay gente acampando de manera ilegal y haciendo sus necesidades por cualquier parte, sin tener en cuenta que desde hace 34 años la montaña es propiedad de los aborígenes.
A friend of mine is down at Uluru at the moment & sent me this picture - saying it’s the busiest they’ve seen it, & there’s cars parked either side of the road for about 1km leading up to the car park at the base. pic.twitter.com/3cGQVUTYHd
— Katrina Beavan (@katrina_beavan) 10 de julio de 2019
Los responsables de los parques naturales australianos aseguran que la mayoría de los visitantes se limita a acceder a la zona de la montaña sin trepar por ella —que es lo que más molesta a los anangu—; pero reconocen que el número de turistas que acude al Uluru se ha incrementado en unas cien mil personas en el último año, lo que supone un incremento del 20 por ciento.
Además de la prohibición, otro de los factores clave en el incremento de visitantes es la apertura de nuevas rutas por parte de las aerolíneas que permiten acceder a esta zona del desierto australiano a precios asequibles.
El caso del Uluru no es único. El año pasado, Tailandia cerró la famosa playa de la isla Phi Phi Leh por culpa de la masificación turística. Y en mayo sorprendió una foto, muy similar a la tomada en Australia, que mostraba un atasco de alpinistas para subir al Everest.