Turquía y sus juegos de guerra en el Mediterráneo


La operación europea no consigue impedir que Turquía viole el embargo de armas a Libia
La Armada turca tendría en la zona hasta ocho navíos militares.
El Mediterráneo central se está convirtiendo en teatro de escaramuzas militares ante los intentos europeos de hacer cumplir la resolución de Naciones Unidas que aprobó un embargo de armas a las partes en conflicto en Libia. El último incidente, revelado por medios griegos este viernes, ocurrió el pasado miércoles. La Armada griega, participando en la operación europea ‘Irini’ encargada de aplicar ese embargo, detectó un carguero al suroeste de la isla de Creta mientras navegaba hacia Libia.
Una fragata griega, la ‘Spetsai’, era entonces el único buque militar europeo en la zona. Tras avisar a sus superiores, la fragata recibió la orden de enviar uno de sus helicópteros a comprobar qué llevaba el carguero, que resultó ser el ‘Cirkin’, un buque turco que navega bajo bandera de Tanzania.
Turquía militarmente, Qatar económicamente e Italia diplomáticamente apoyan al Gobierno del primer ministro Fayez Al Sarraj, reconocido internacionalmente. Se enfrenta al general Jalifa Haftar, quien tiene apoyo ruso, egipcio y emiratí y respaldo diplomático francés.
El papel de Turquía alteró una situación estancada porque permitió al Ejecutivo libio sostener la presión militar. Tras pasar unos meses asediado por la ofensiva de Haftar, Al Sarraj consiguió cambiar la situación sobre el terreno gracias al apoyo turco con hombres (muchos son sirios) y drones armados. Haftar cuenta con los mercenarios de la empresa rusa Wagner.
Un carguero turco con bandera tanzana
El ‘Cirkin’ había salido el día 2 de junio del puerto turco de Haydapasa, en el Bósforo, cerca de Estambul. La misión europea sospechaba que llevaba armas. No navegaba sólo. Para hacer aún más sospechosa su carga, el ‘Cirkin’ era escoltado por tres fragatas turcas.
El helicóptero del ‘Spetsai’ se acercó al carguero y contactó por radio, pero este siguió adelante. Respondieron las fragatas turcas para indicar al helicóptero griego que el carguero estaba bajo su protección y que no iba a detenerse. El helicóptero se retiró y volvió a su fragata, que se limitó a ver pasar al carguero, que llegó el jueves al puerto libio de Misrata.
La resolución de Naciones Unidas que impone el embargo de armas a Libia permite que la fragata griega hubiera forzado al carguero a detenerse, pero los griegos estaban solos contra tres fragatas turcas y decidieron no arriesgarse a un incidente armado. Las normas aprobadas por la Unión Europea para la misión ‘Irini’ prohíben que sus buques intercepten a cargueros que vayan escoltados por buques militares. Precisamente para evitar enfrentamientos militares.
Misión sin medios suficientes
La ‘Spetsai’ es ahora mismo el único buque europeo para controlar toda la costa Libia e imponer el embargo de armas. El italiano ‘San Giorgio’, un portaaeronaves que será el buque al mando de la operación, debe unírsele en semanas. La misión cuenta por ahora con tres naves de vigilancia aérea: una alemana, una luxemburguesa y una polaca. Los medios militares que participan en la operación ‘Irini’ cuentan con el apoyo del Centro de Satélites de la Unión Europea (SatCen).
La ‘Spetsai’ es una de las cuatro fragatas griegas de la clase Hydra, un buque de 117 metros de eslora que alcanza los 31 nudos. Lleva a bordo un equipo de operaciones especiales entrenado precisamente para la labor que tenía que haber hecho con el carguero turco de bandera tanzana: abordarlo y comprobar que su carga no era ilegal.
Javi López, eurodiputado socialista y uno de los dos únicos miembros españoles del subcomité de Seguridad y Defensa del Parlamento Europeo, explicó a ‘NIUS’ que en el caso de este incidente, “no corresponde a la UE explicar por qué dio cumplimiento a los protocolos establecidos”. López considera que es Turquía quien “debe explicar por qué no ha permitido la inspección de la carga del buque” y “por qué desoyó la llamada de la fragata griega”.
Fuerte despliegue naval turco
Según el diario griego ‘Kathimerini’, que cita fuentes de la Defensa helena, la Armada turca tendría en la zona hasta ocho navíos militares. Supuestamente protegiendo sus envíos de armas a Libia, contrarios a las resoluciones de Naciones Unidas.
El incidente muestra otra vez la incapacidad europea para imponer el embargo de armas a Libia, encargo que aceptó de Naciones Unidas. ‘Irini’ es una misión naval con más aviones que barcos, que no pueden interceptar a buques escoltados por navíos militares y que está en inferioridad numérica.
Fuentes diplomáticas en Bruselas reconocen que ‘Irini’ tiene menos buques de los necesarios porque muchos países europeos se niegan a poner sus buques en la zona porque estos tendrían que cumplir la ley del mar y rescatar a los refugiados que se encontraran en el mar. La misión, concede un diplomático comunitario, tiene los límites que le impusieron los Estados miembros. Participan en ella 23 de los 27 Estados miembros. Todos menos Bélgica, Dinamarca, Eslovaquia y España.