Los 27 aprueban las directrices para los acuerdos pos-Brexit

El mandato negociador prevé sanciones para forzar a Londres a mantener su normativa alineada a la europea
Los ministros o secretarios de Estado de Asuntos Europeos aprobaron esta martes en Bruselas el ‘mandato’ negociador que Michel Barnier, ex comisario europeo y ex ministro de Exteriores francés, deberá seguir a pies juntillas en sus conversaciones con el Gobierno británico para fijar los acuerdos que rijan la relación pos-Brexit entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE).
Los embajadores dieron ayer el visto bueno al texto de 46 páginas, que los ministros se limitaron a validar. El documento recoge las exigencias de los 27, es un texto técnico pero profundamente político porque deja a Barnier con poco margen e impone ya a Londres los contornos de la futura relación si quiere un acuerdo comercial.
Ni aranceles ni cuotas a cambio de alineamiento normativo
Ofrece un acuerdo de libre comercio sin aranceles ni cuotas siempre que las autoridades británicas mantengan su normativa alineada con la europea y no se dediquen a hacer dumping o competencia desleal en materias como regulaciones laborales, sociales, medioambientales o fiscales.
Con el visto bueno de los ministros, las negociaciones podrían empezar la próxima semana. Barnier y su equipo (en el que aparecen en puestos destacados dos españoles) tendrían 10 meses para cerrar un acuerdo que en principio debería ser mucho más ambicioso que el que la UE firmó con Canadá y que costó siete años de negociaciones. El negociador europeo dijo en varias ocasiones que es prácticamente imposible tener un acuerdo completo antes de finales de año.
El texto aprobado este martes por los ministros, tras días de negociaciones a nivel diplomático, refuerza la parte de las garantías que pide Bruselas para que Londres no se convierta en una plataforma de dumping a sus orillas. Así, lo que en inglés se ha llamado en las últimas semanas ‘level playing field’ (esas expresiones de inglés bruselense que tanto daño hacen a oídos de los propios ingleses y que podríamos traducir en bruto como ‘campo de juego nivelado’) cobra importancia para mantener alineada la normativa británica a la europea.
Posibilidad de aplicar sanciones
Pero el mandato va más allá. El texto asegura que los futuros acuerdos entre la UE y el Reino Unido deberán contar con cláusulas que permitan a Bruselas imponer sanciones a Londres si el Gobierno británico modifica a posteriori su normativa para alejarla de la europea. Y que si Londres no respeta la normativa europea en materia fiscal, medioambiental, laboral y social estará alejándose de la posibilidad de firmar un acuerdo comercial, imprescindible si no quiere provocar un accidente en la economía británica pues el 49% de sus exportaciones van a los 27 miembros de la UE.
Londres tendrá cierto margen. Esas cláusulas no le obligarían a tener que ir actualizando su legislación cada vez que se aprobara una nueva directiva europea como si fuera un Estado miembro, pero si no lo hiciera en materias en que Bruselas lo considerara imprescindible, provocando “disrupciones en las condiciones de competencia leal”, la UE podría aplicarle sanciones en forma de aranceles comerciales.
Respeto absoluto a la normativa europea en materia de ayudas de Estado
Bruselas también exigirá, como requisito a los acuerdos futuros, que el Reino Unido respete a pies juntillas toda la legislación europea en materia de ayudas de Estado y que la vaya cambiando según esta evolucione en la UE para que siempre se mantengan alineadas. La normativa europea en materia de ayudas de Estado limita estrictamente las condiciones en que los poderes públicos pueden ayudar económicamente a empresas concretas (públicas o privadas) o sectores enteros de la economía en aras de mantener la libre competencia.
Las negociaciones para los futuros acuerdos parecen ya dirigirse al mismo escenario que las de la salida. Bruselas dispone. Londres acepta o salta del barco sin acuerdos. Nadie en la ‘capital europea’ cree que sea posible ese salto. Varios gobiernos europeos, con el francés a la cabeza, llevan días advirtiendo a Londres de que no le funcionará la táctica de amenazar con romper las negociaciones y salir del bloque sin acuerdos.
Condicionantes al futuro acuerdo británico con Estados Unidos
Los 27 impondrán también a Londres limitaciones en los acuerdos que firme en el futuro con terceros Estados. El mandato incluye, entre otros requisitos imprescindibles para mantener un acuerdo de libre comercio con la UE:
- Que el Reino Unido siga prohibiendo la importación de carne de pollo clorada desde Estados Unidos.
- Que prohíba el uso de ciertos pesticidas o perturbadores endocrinos.
Estas limitaciones, además de impedir la entrada al mercado británico de un competidor como Estados Unidos, permitirán a la UE asegurar que Londres cumple su exigencia básica de mantenerse normativamente alineado al bloque.