Israel paga casi el doble que Europa a Pfizer para inmunizar los primeros a su población

El Estado pagó más de 660 millones de euros por las vacunas de Pfizer, Moderna y Astrazeneca
Cerca de 40 euros desembolsó por persona y para ambas dosis, en Europa la Comisión pagó 24€ por ambas dosis y persona
El director de Pfizer dijo que Netanyahu le llamó 30 veces para convencerle
¿Cuánto pagó Israel por las vacunas para recibir las dosis antes cualquier otro país? Esta pregunta fue durante meses la gran incógnita sin resolver dentro y fuera de las fronteras de Israel, si bien poco a poco se van conociendo más datos sobre el monto que el Estado hebreo desembolsó a las compañías norteamericanas Pfizer y Moderna así como a la británica AstraZeneca, aunque los inyectables de ésta última dejaron de aplicarse también en suelo israelí.
Durante una reunión de este martes de la comisión parlamentaria de Finanzas se difundió la cantidad pagada por el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu para la adquisición de todas las vacunas contra el coronavirus: unos 2.6 mil millones de shéquels (alrededor de 660 millones de euros) en total.
Según informaciones de la cadena pública KAN, la cifra fue revelada por un funcionario del Ministerio, Matan Mor, a petición del presidente de la comisión, el parlamentario Moshe Gafni, quien había convocado al grupo de trabajo para aprobar la transferencia del presupuesto destinado a la adquisición de las dosis. Durante la reunión también se dio a conocer que algunas de las vacunas compradas no se utilizarán, a pesar de lo cual el gobierno invertirá otros 2.500 millones de shéquels (637 millones de euros) más en la compra de futuras vacunas.
En enero, la emisora pública difundió que el gobierno de Israel había pagado a Pfizer y Moderna alrededor de mil millones de shéquels (unos 255 millones de euros) por la compra de dosis que irían destinadas a cinco millones de israelíes. De acuerdo a las últimas informaciones, el total de la cantidad desembolsada sería algo mayor, en cuanto que el Ejecutivo habría destinado 775 millones de shéquels (algo más de 197 mills. de euros) solo para comprar la vacuna de Pfizer y otros 320 millones de la moneda local (unos 81 millones de euros) para adquirir la de Moderna.
Conforme a estas cifras, cerca de 40 euros le habría costado al Estado hebreo inmunizar a cada uno de sus ciudadanos o residentes. Actualmente, en el mercado el costo de la vacuna de Pfizer es de aproximadamente de 20 dólares (unos 16 euros) mientras que el de la de Moderna, más cara, es de 27 euros. La vacuna AstraZeneca, por otro lado, cuesta alrededor de 3,3 euros por dosis. Europa ha pagado 12 euros por cada vacuna de Pfizer (24 € por la dos dosis por persona) según los datos revelados por la ministra belga de Presupuestos, Eva De Bleeker en un tuit y que luego borró.
La vacuna de Pfizer, la mejor
Respecto a las inmunizaciones, la campaña de vacunación continúa a buen ritmo en Israel. De acuerdo a los datos proporcionados por el ministerio de Sanidad, 5,2 millones de personas (el 55,9 por ciento de la población) ya han sido inoculadas con la primera dosis de la vacuna. De ellas casi 4,3 millones (el 46,1 por ciento) también habría recibido la segunda.
Por otro lado, los inyectables de Pfizer-BioNTech, los de mayor distribución en el país, serían los que más inmunidad proporcionan, según reveló un estudio reciente realizado por el proveedor de salud Clalit, uno de los cuatro que funcionan en Israel. La investigación muestra que la vacuna proporciona una protección muy alta contra enfermedades sintomáticas, enfermedades graves y la muerte, acercándose mucho al nivel de inmunidad que la compañía anunció en los ensayos clínicos de fase III.
¨Netanyahu me llamó 30 veces para convencerme¨
El tamaño relativamente pequeño de Israel - con poco más de 9 millones de habitantes -, su situación geográfica - que le proporciona una mayor facilidad para cerrar sus fronteras - los registros de salud electrónicos que cubren a más del 90% de sus residentes - adscritos a los cuatro proveedores de salud que operan en el país - o su experiencia en la gestión de crisis fueron varias de las razones por las que la compañía farmacéutica Pfizer escogió Israel como campo de pruebas para su vacuna.
Pero hubo una razón más, la obstinación de su primer ministro, Benjamín Netanyahu, quien llamó insistentemente al director ejecutivo de la compañía, Albert Bourla. “Me llamó 30 veces”, dijo el empresario, quien mencionó la palabra ¨obsesión durante una entrevista para el canal 12 israelí. “Me preguntaba sobre las variantes, qué datos tenemos. Y yo decía, 'Primer Ministro, son las tres en punto (de la mañana)’. Y él dijo: 'No, no, no te preocupes, dímelo'. O me llamaba para preguntarme por los niños: 'Necesito vacunar a las escuelas'. O preguntar sobre mujeres embarazadas. Así que me convenció, francamente”, añadió el ejecutivo, quien llenó las páginas de papel salmón en noviembre pasado al conocerse que vendió un paquete de sus acciones de la compañía, valorado en 5,5 millones de dólares (4,7 millones de euros) el mismo día en que Pfizer anunció la eficacia de su vacuna.

Al ser preguntado sobre la afirmación recurrente de Netanyahu de que solo él puede llevar la inmunidad a Israel, un mantra que repite incluso más según se acercan las elecciones legislativas del próximo 23 de marzo, Bourla señaló que su compañía firma contratos de suministro con estados, no con líderes individuales. “No estamos contratando con empresas u organizaciones individuales. Las vacunas se venderán a todos los países, independientemente de quién sea su líder”, dijo. En todo caso queda clara la preocupación de Netanyahu por la salud de sus conciudadanos y la obsesión por superar la pandemia lo antes posible y evitar fallecimientos.
Sin embargo, Bourla, que nació en Grecia y es hijo de supervivientes del Holocausto, incluso aceptó la invitación de Netanyahu para visitar Israel, recoger datos y observar de primera mano el desarrollo de la campaña de vacunación. La fecha prevista para la visita era el 8 de marzo, si bien finalmente el viaje no se realizó. Según la versión oficial la cancelación se debió a problemas logísticos: “fue bastante complicado como viaje, en medio de la pandemia la logística no siempre es perfecta, así que decidimos que me quedaría aquí”, comentó el ejecutivo durante la entrevista.
De forma extraoficial se especuló con que Bourla recibió presiones para no desplazarse al país por cuanto que su visita podría ser interpretada como un apoyo explícito al actual primer ministro a pocas semanas de los comicios generales. “Mi trabajo no es hacer política”, aseguró el director de Pfizer, quien agregó que tenía “cero intención” de interferir en las elecciones. No obstante, el ejecutivo sí confirmó haber recibido cartas en las que le pedían tanto que no visitara Israel antes de las elecciones como que siguiera adelante con el viaje.