Verdades y mentiras sobre el lío entre España y Bolivia a cuenta de la embajada de México

Los agentes del GEO solo realizaban una escolta protocolaria a dos diplomáticos españoles
El Gobierno español no ha aclarado todavía a qué responde la visita de sus dos emisarios a la embajada de México en La Paz
El gobierno interino de Bolivia utiliza ese silencio para especular sobre una supuesta operación para obtener datos de Podemos
La visita se planeaba como una operación sencilla; una labor de escolta como la que cada día realizan los agentes de la Policía Nacional que custodian las embajadas españolas en todo el mundo. El operativo era tan sencillo como conducir coger dos coches, trasladar a dos funcionarios españoles hasta la casa de la embajadora de México en La Paz y recogerlos a la salida. Pan comido. Sin embargo, el dispositivo terminó convertido el pasado jueves en un conflicto diplomático entre España y Bolivia, cuando el Gobierno interino boliviano acusó al de Pedro Sánchez de facilitar la fuga de miembros del equipo de Evo Morales. Políticos asilados por México en su embajada y que el actual gobierno acusa de varios delitos vinculados con la corrupción.
- Entonces ¿Iban los agentes españoles a la embajada para facilitar su salida del país? No. El gobierno Boliviano sospecha que los coches con matrícula diplomática de la embajada española, que no pueden ser registrados según la legislación diplomática internacional, iban a servir de transporte para que hombres como Juan Ramón Quintana, exministro del Interior con Evo Morales, burlaran a la Justicia del país.
- Si no iban a servir de transporte para los asilados, ¿para qué estaban allí esos coches? Los vehículos salieron de la embajada española para transportar a dos miembros de la delegación diplomática: la encargada de negocios de España en Bolivia, Cristina Borreguero, y el cónsul de España en La Paz, Álvaro Fernández.
- ¿Y por qué están allí los cuatro agentes de los GEO? Es habitual que los miembros del Grupo Especial de Operaciones (GEO) se encargue de la custodia de las embajadas españolas en zonas de conflicto o con una situación política convulsa. En este caso, los cuatro agentes que formaban la escolta iban a ser reemplazados el pasado 29 de diciembre por otros cuatro policías, esta vez integrados en la Unidad de Intervención Policial (UIP). Para formar parte de esas labores, todos los agentes destinados a embajadas necesitan de un pasaporte diplomático, autorizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Ahora, Interior ha aplazado el regreso de los agentes por si en los próximos días tiene que prestar declaración o dar explicación alguna en suelo boliviano.
- Entonces ¿Por qué llevan la cara tapada? La visita de la delegación española se produjo cerca de las ocho de la mañana y se prologó durante 50 minutos. Parte de ese tiempo, los agentes lo pasaron dentro de sus coches, en una zona de acceso a la residencia de la embajadora de México a la espera de poder acceder para ir a buscar a los dos funcionarios y llevarlos de vuelta a la embajada española. Fue entonces cuando otros ciudadanos empezaron a increparles y a grabarles ante la sospecha de que estaban allí para ayudar a escapar a las 11 personas a las que México ha concedido asilo dentro de su embajada. Por eso, cuando los agentes salen del coche para recriminar la actitud de quienes les increpan y graban, salen del coche con la cara parcialmente tapada.
Así, la actuación de los agentes que participaron en el operativo es completamente habitual y dentro de los protocolos. Fuentes cercanas al dispositivo confirman que los cuatro GEO no recibieron nunca instrucción alguna de rescatar a nadie dentro del complejo y que abandonaron el lugar en sus dos vehículos al confirmar que los funcionarios españoles estaban también con su seguridad garantizada dentro de la embajada. Sin embargo, queda una gran pregunta sin contestar sobre el episodio:
- ¿A qué fueron a la residencia de la embajadora los funcionarios españoles? Esta misma mañana, el diario El País aseguraba que se trató de una visita de cortesía. Sin embargo, ni el Gobierno ni el Ministerio de Asuntos Exteriores han confirmado absolutamente nada sobre la visita. En otras ocasiones, como en la polémica de las cartas entre la Vicepresidencia española y la Santa Sede sobre la exhumación de Franco, el Ejecutivo español ha declinado hacer declaración alguna asegurando que las labores diplomáticas están dotadas de confidencialidad.
- Entonces ¿Qué pruebas tiene el Gobierno boliviano de que España quería ayudar a los miembros del antiguo Ejecutivo? Ninguna, más allá de una interpretación política: Pedro Sánchez quiere pactar una investidura con Podemos y miembros de Podemos, según el nuevo gobierno de Bolivia, participaron en el supuesto saqueo de las arcas del país por medio de una consultora. Es decir: sobre el episodio concreto de la embajada, nada.
- ¿Por qué señala el gobierno de Bolivia a Podemos en esta guerra dialéctica? Porque la formación morada, y sobre todo varios de sus dirigentes y portavoces, han apoyado siempre públicamente al Gobierno de Evo Morales, ahora exiliado. Además, el nuevo ejecutivo ha abierto una investigación por corrupción sobre los contratos de una consultora, una empresa llamada Neurona Consulting, una de las empresas de referencia de Podemos en sus campañas electorales. El diario VozPopuli publicaba hoy que los funcionarios españoles habrían visitado la residencia de la embajadora para hablar con el exministro del Interior de Evo Morales e intentar recabar información sobre la presunta financiación ilegal del partido. Algo que no han confirmado ni desmentido desde el Gobierno español, mientras la formación morada niega de nuevo cualquier operación de financiación ilegal en su partido.