Líbano: se recrudece la violencia tras un intento de asalto al Parlamento

La ONU pide a Líbano que acelere la designación del primer ministro para evitar más violencia
Las sedes de los dos principales partidos políticos en Líbano han sido el último objetivo de la ira de los manifestantes, tras dos meses de protestas. La sede del Partido Futuro del primer ministro en funciones, Saad Hariri, ha sido atacada en Jaribet al Yindi y la del principal partido del Parlamento, el Movimiento Patriótico Libre del presidente libanés, Michel Aoun, en Yedidat al Yuma, otra localidad al norte del país.
Estos incidentes suceden después de los graves disturbios entre manifestantes y policías antidisturbios ocurridos el sábado en Beirut, cuando intentaron asaltar el Parlamento. Los agentes emplearon gases lacrimógenos, cañones de agua y balas de goma para dispersar a los manifestantes en el centro de la ciudad. Los enfrentamientos acabaron con más de 130 personas heridas.
Hariri, ¿nuevo primer minsitro?
La dimisión de Hariri, presentada en octubre, sólo se hará efectiva cuando el presidente del país, Michel Aoun, designe un sustituto para solucionar la parálisis reinante en Líbano, cuya economía atraviesa su peor momento desde el final de la guerra civil en 1990. Las demandas de un nuevo primer ministro independiente parece que no se van a cumplir. Todo apunta a que Hariri podría ser nombrado de nuevo primer ministro.
El enviado especial de la ONU para Líbano, Jan Kubis, ha pedido a las autoridades libanesas que formen cuanto antes un nuevo gobierno para superar la crisis política e impedir nuevos enfrentamientos como el ocurrido el sábado por la noche en la capital Beirut, en el que al menos 54 personas han resultado heridas.
La ministra del Interior, Raya Hafar al Hasán, ha ordenado abrir una investigación sobre estos disturbios y ha responsabilizado a individuos "infiltrados" de los estallidos de violencia.
El presidente libanés convocó para el 9 de diciembre una ronda de consultas parlamentarias para elegir al nuevo primer ministro, tras constatar ciertos avances sobre un acuerdo para un candidato de consenso, si bien fue aplazada a última hora hasta el 16 de diciembre.
Las protestas en Líbano comenzaron a principios de octubre después de una caída de la moneda local por primera vez en las últimas dos décadas, pero el descontento se arrastraba desde julio, cuando el Parlamento aprobó un presupuesto de austeridad para hacer frente al déficit.