Vuelta al cole: lo que nos enseñan los países que dieron un paso atrás


Evitar que las aulas se conviertan en focos de contagio es el objetivo
En este periodo estival atípico y cargado de incertidumbres en tiempos de pandemia, una duda -entre muchas otras- se cierne sobre el fin del verano: ¿cómo será la vuelta a las aulas de colegios y universidades? Evitar que los centros educativos se conviertan en foco de rebrotes del coronavirus es uno de los quebraderos de cabeza de las autoridades en todo el mundo.
Y, también, un asunto que ha generado no pocas controversias. Ha ocurrido, por ejemplo, en Israel. Algunas autoridades sanitarias culpan al Gobierno de reabrir los colegios de forma precipitada (a finales de mayo) tras dos meses de confinamiento. Atribuyen a esa decisión el resurgimiento de los casos de Covid-19.
Los contagios se dispararon allí tras el levantamiento de las restricciones. "La reapertura se hizo demasiado deprisa", dice el epidemiólogo Mohamed Khatib a The Conversation. "Se produjo tan rápido que provocó un pico muy agudo y la recuperación de medidas más conservadoras llegó demasiado tarde y de forma insuficiente", añade.
La directora de los Servicios de Salud Pública de Israel, Siegal Sadetski, dimitió a principios de este mes de julio porque, según argumentó, el ministerio de Sanidad ignoró sus advertencias sobre los riesgos de abrir los colegios y los negocios antes de tiempo. Actualmente, solo el 37% de los israelíes confía en la gestión del Gobierno liderado por Benjamin Netanyahu en la crisis del coronavirus, según una reciente encuesta publicada por N12 News.
Una lección para otros países
"La experiencia de Israel debería ser una lección para todos los países: no se puede pasar de un extremo a otro, del bloqueo total a una eliminación rápida y radical de las restricciones sin una planificación adecuada", ha dicho a la agencia Reuters el epidemiólogo Hagai Levine, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Hebrea-Hadasdah. "Tenemos que actuar en función de los datos y centrarnos en poblaciones de alto riesgo, epicentros y actividades específicas en las que el riesgo de contagio es alto. El coronavirus estará con nosotros durante mucho tiempo. Esto es una maratón, no un sprint", ha explicado el experto.
En Corea del Sur, más de 200 colegios se vieron obligados a cerrar de nuevo sus puertas a finales del mes de mayo, poco después de su reapertura. El repunte de casos de Covid-19 llevó a las autoridades a tomar esa decisión y a volver a las clases online en centros educativos de los alrededores de la capital, Seúl.
En Francia, los primeros colegios comenzaron a abrirse en la primera fase de desescalada que se inició el 11 de mayo. Tan solo una semana después, 70 centros de primaria tuvieron que dar un paso atrás y cesaron la actividad presencial tras detectarse nuevos casos de Covid-19.
Ante las críticas por parte de algunos sectores que consideraban que el regreso a las aulas se hacía de forma anticipada y sin las suficientes garantías, el ministro de Educación francés, Jean-Michel Blanquer, decía: "A veces se nos reprocha ser demasiado prudentes y otras, no serlo lo suficiente".
La falta de certezas sobre la vuelta a las aulas ha adquirido preocupaciones añadidas entre los universitarios internacionales en Estados Unidos. Las autoridades de inmigración de ese país anunciaban hace poco más de dos semanas una polémica decisión: no se concederán visados a estudiantes extranjeros cuyos cursos se desarrollen online durante el próximo semestre. Si no hay clases presenciales tendrán, por tanto, que abandonar el país o correrán el riesgo de ser deportados. Una intención que dejaría en el limbo a cientos de miles de estudiantes internacionales matriculados en universidades estadounidenses.