El nuevo Govern, más abierto a normalizar la presencia del rey en Cataluña


Felipe VI y Pere Aragonès han inaugurado el Mobile World Congress de Barcelona, tomándose una nueva foto juntos
El rey volverá a territorio catalán por tercera vez en poco más de dos semanas para los premios Princesa de Girona
Sus visitas han rebajado la agitación de la masa independentista: los CDR han 'pinchado' una vez más
La presencia del rey Felipe VI en Cataluña avanza hacia su normalización. El nuevo Govern de la Generalitat, encabezado por el president Pere Aragonès (ERC), ha demostrado no tener problemas en coincidir con el monarca, con quien ha inaugurado la nueva edición del Mobile World Congress de Barcelona.
Ambos han participado en los primeros actos de la feria de tecnología móvil, como la cena de bienvenida (con guiño del rey a Cataluña en su discurso) así como la presentación del evento en su primer día. No obstante, y aunque el president lo ha saludado y ha compartido mesa y conversación con él en varias ocasiones, no ha participado en su recibimiento ninguna vez.
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Este lunes se han tomado la tercera foto juntos. En ella, aparecen el monarca con Aragonès a su izquierda y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su derecha, entre 'stands' de las compañías presentes en el congreso de telefonía. Momentos antes, se han sentado manteniendo la distancia social en el mismo orden para escuchar las intervenciones de los empresarios asistentes.

El primero de los tres encuentros inmortalizados fue el 16 de junio, en el Círculo de Economía, donde formaron parte del mismo corrillo después de que el Govern hubiera descartado la asistencia del republicano en protesta por la posición del monarca tras el referéndum del 1 de octubre. Un boicot que la propia administración catalana acabó levantando, algo que no hizo, sin embargo, en su visita a la SEAT en marzo, cuando la Generalitat no asistió.
La segunda foto ha trascendido este domingo, sentados para cenar con Pedro Sánchez, Ada Colau y organizadores del congreso. De hecho, Felipe VI volverá esta misma semana a la capital catalana con motivo de la ceremonia de entrega de los premios de la Fundación Princesa de Girona el 1 de julio, donde no está prevista la asistencia de ningún representante de la Generalitat.
Aragonès contrasta con la oposición frontal de Torra
Este acercamiento entre el Jefe de Estado y el president contrasta con la oposición frontal de su antecesor, el expresident Quim Torra, mucho más explícito en su rechazo a la Casa Real. De hecho, durante su mandato, este le recomendó públicamente "evitar desplazamientos innecesarios" en uno de sus viajes, ironizando con las limitaciones en la movilidad por la covid-19. También aprovechó los escándalos en torno a la presunta corrupción de Juan Carlos I para exigirle la abdicación.
Precisamente, el propio Torra "marcó el criterio" de la administración catalana a la hora de asistir o no a actos con el rey. El actual vicepresident, que también estuvo en la cena de bienvenida del MWC, así lo ha explicado en Catalunya Ràdio: "El criterio fue no invitar a la Casa Real a ningún acto ni ir a ninguno organizado por ella". "Que venga el rey es noticia para muchos, pero lo importante de hoy es la cena con empresarios del sector tecnológico, donde Cataluña debe sestar representada", agregó.
Tres visitas en poco más de dos semanas
Tres visitas de la Casa Real en poco más de dos semanas y que coinciden con la apertura de una etapa diálogo entre el Gobierno de Sánchez y el Govern de Aragonès; ambos han protagonizado gestos de distensión que han culminado en la concesión de los indultos a los nueve presos del 'procés'. Asimismo, el socialista recibirá al republicano en la Moncloa este martes para celebrar una reunión previa a la mesa de diálogo.
La capacidad de movilización de los CDR ha decaído con cada visita real a Cataluña
En paralelo, la presencia de Felipe VI en territorio catalán ha rebajado la agitación que provocaba en otras ocasiones. La capacidad de movilización de las plataformas convocantes de las protestas (en su mayoría, CDR), ha decaído con cada visita real a Cataluña; antes de las ya mencionadas, ya fue a Barcelona en octubre y en Tarragona en julio del año pasado.
Esta vez, el número de indignados independentistas ha ascendido a un centenar, que ni siquiera pudieron ver al rey para abuchearlo en su llegada a la Fira de Barcelona el domingo.