El viento priva al emérito de competir en la regata, en un día de vítores y protestas en Sanxenxo


"Muy buena. Ya lo veis, ya lo veis", ha descrito su estancia en Sanxenxo
Juan Carlos ha asistido al partido de balonmano de su nieto Pablo Urdangarin en Pontevedra
Los curiosos le han recibido este sábado entre vítores, aunque decenas de personas han protestado en la ciudad también por su regreso
El rey emérito se ha quedado este sábado sin competir a bordo del 'Bribón 500' en la segunda jornada de regatas del Trofeo Viajes InterRías a causa del cambiante viento que se ha registrado en Sanxenxo, donde está alojado en su regreso a España tras pasar cerca de dos años residiendo en Abu Dabi. Juan Carlos I sí ha podido acudir después al partido de balonmano que disputaba su nieto Pablo Urdangarin en Pontevedra.
En un día en el que ha vuelto a marcar la actualidad política en España, el rey emérito llegó en un coche conducido por su amigo y anfitrión, el empresario Pedro Campos, al Real Club Náutico de Sanxenxo minutos antes de las once de la mañana, donde le esperaba un nutrido grupo de periodistas, ante los que rehusó hacer declaraciones, y cerca de una veintena de simpatizantes, que le repartieron vítores y aplausos.
Juan Carlos I se subió a su embarcación, en la que incluso fue fotografiado besando a un perro de uno de los participantes en la regata, con la que, por primera vez en tres años, navegó por la ría de Pontevedra durante varias horas, a la espera de que diese inicio una competición que finalmente, y tras varias idas y venidas, ha tenido que ser suspendida por la inestabilidad del viento.
A su regreso a tierra, apenas superadas las cinco de la tarde, Juan Carlos sí quiso, aunque brevemente y solo a una de ellas, atender las preguntas de la prensa acerca de su estancia en España. "Muy buena. Ya lo veis, ya lo veis", ha dicho, desde el vehículo que lo llevaba de nuevo a Nanín, lugar cercano donde se halla el chalet de Campos.
Después, el rey emérito ha acudido a Pontevedra para asistir como espectador al partido que disputan en el pabellón municipal el Club Cisne Balommano y el Barça B, equipo en el que juega su nieto, Pablo Urdangarin, uno de los cuatro hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin.
El encuentro en el que participa su nieto forma parte de la penúltima jornada de la fase de ascenso a la Liga Asobal de balonmano, máxima competición a nivel nacional.

División entre los gallegos
El número de curiosos observando la escena era esta vez superior al de la mañana y, con ello, también han sido más intensos los vítores hacia el emérito, que incluyeron invitaciones a quedarse en Galicia.
No obstante, la interpretación pública del regreso de Juan Carlos I a España después de su salida, perseguido por sus controvertidos negocios en el extranjero y las posibles ilegalidades en los mismos, ha distado de la aislada y plácida postal del puerto de Sanxenxo.
Apenas unos metros más adelante, en la zona del paseo de la playa de Silgar, decenas de personas convocadas por colectivos nacionalistas se han manifestado esta mañana bajo el lema "Galiza non ten rei" (Galicia no tiene rey) y han criticado tanto su regreso como "la impunidad" con la que actúa y el trato que le han dispensado en estos días las autoridades locales.
Discrepancias entre los socios de Gobierno
También desde el Gobierno se han repetido esta sábado las críticas hacia su figura y especialmente duras han sido las del ministro de Consumo y coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, que se ha referido al rey emérito como "delincuente acreditado" y "ladrón". No obstante, ha querido quitarle hierro a las "diferencias" en el seno del Ejecutivo sobre este asunto y ha negado haber recibido alguna "observación crítica" por su postura.
El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, también ha hablado sobre este tema y ha asegurado que no se le ha "perdido nada" en Sanxenxo este fin de semana, además de lamentar que Juan Carlos haya vuelto a España "sin haber dado explicaciones" sobre sus negocios, que cree que "la ciudadanía merece".
Unas explicaciones que también le ha demandado la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, durante un acto en Oviedo, en el que ha salido en defensa del actual jefe de Estado, el rey Felipe VI, del que ha dicho que estar "muy orgulloso" por su "transparencia, ejemplaridad y rendición de cuentas". Lastra ha brindado su apoyo a la monarquía y ha recalcado que el regreso del emérito es una cuestión que "no le compete al Gobierno de España" y depende en exclusiva de la Casa Real.
Esta posición ha sido cuestionada por el principal socio de gobierno del PSOE, Podemos, cuya portavoz, Isa Serra, ha entendido como "un grave error" que los socialistas se posicionen "en defensa de la monarquía" en un momento en que "la ultraderecha orquesta una ofensiva monárquica" y ha criticado que se impida la apertura de una comisión de investigación en el Congreso de los Diputados sobre la corrupción en la corona.
También el líder de Más País, Íñigo Errejón, ha calificado de "humillación nacional" que el rey emérito siga sin dar explicaciones de sus negocios y que esté de vuelta en España para participar en una "pequeña fiesta privada" a costa del dinero de "todos" los españoles.
Fuerzas nacionalistas catalanas y gallegas también han cargado tintas contra Juan Carlos I. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha dicho ser "más del Barça que de los Borbones", en una respuesta irónica a preguntas sobre la estancia del emérito.
Por su parte, Ana Pontón, portavoz del BNG, ha censurado que las instituciones "intenten tapar" sus casos de corrupción y ha pedido "transparencia".