Interior y Defensa chocan por las patrullas mixtas y el protagonismo de la UME

Mandos de Guardia Civil y Policía señalan al Ejército por “hacer la guerra por su cuenta” a la pandemia
Los portavoces de ambas carteras han negado en varias ocasiones que esas diferencias existan
Fue el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien anunció por primera vez la posibilidad de que efectivos del ejército y la Guardia Civil salieran a la calle de forma conjunta para controlar las medias de confinamiento tras la pandemia del covid-19. Después, los titulares de Interior y Defensa, Fernando Grande-Marlaska y Margarita Robles, lo han mantenido en diversas ocasiones. Pero tres semanas después y según confirman a NIUS fuentes conocedoras de estas fricciones, la planificación de estas patrullas y la proyección de los trabajos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en los medios de comunicación están suponiendo importantes fricciones entre ambos departamentos. Diferencias que tanto los ministros de ambas carteras como sus principales asesores niegan en público.
Según ha podido confirmar este diario, una de las principales críticas es el especial protagonismo que el Ejército ha cobrado en los medios de comunicación con sus trabajos de desinfección. Unas labores que en algunos casos son vistas con recelo bajo el prisma del ejercicio publicitario. Sobre el terreno, el ministerio de Margarita Robles ha aportado más de 4.600 militares desde que comenzó la pandemia.
Su labor ha sido la de desinfectar lugares públicos como aeropuertos y estaciones de tren, colaborar en el traslado de cuerpos a las morgues eventuales habilitadas o participar en el refuerzo de los dispositivos sobre fronteras. Incluso en lugares como Cataluña o el País Vasco, donde parecía que estaban vetados por las autoridades autonómicas y donde finalmente, ninguna ayuda sobra. Un trabajo encomiable, pero mucho menor en número al que realizan los 146.000 agentes de Policía y Guardia Civil que controla el Ministerio del Interior, que han visto cómo su papel ha quedado más diluido en los medios de comunicación.

Además, hay un elemento que ha sido muy criticado en los entornos policiales: la denuncia pública realizada por la ministra de Defensa sobre el abandono de cadáveres de ancianos en las residencias. Margarita Robles contó en El Programa de Ana Rosa que los efectivos de la UME se habían encontrado con escenas terroríficas de ancianos en abandono dentro de las residencias. En ese momento, tanto la denuncia general como los datos concretos eran desconocidos tanto por Policía y Guardia Civil como por la Fiscalía. Y eso que Interior forma parte también junto a Sanidad y Transporte de los cuatro ministerios que controlan el estado de emergencia sanitaria. Arrancaron las voces que en privado acusaban a Robles de hacer la guerra por su cuenta para agrandar la imagen de su ministerio. Y lo hicieron más cuando los fiscales decidieron archivar la causa general y trasladar los escasos datos a las Fiscalías de Valladolid y Barcelona para que revisaran si había cuerpo para abriera diligencias, al menos en dos casos concretos.
Patrullas mixtas
Y en ese clima, llegó el anuncio por parte del presidente del Gobierno de que el Ejército iba a participar junto a la Guardia Civil en patrullas mixtas para mejorar los controles sobre el confinamiento de la población durante la pandemia. Sin embargo, tres días después la idea se descartó. De forma oficial seguía sobre la mesa. Pero tal y como adelantó eldiario.es, había un motivo de fondo que hizo que estos dispositivos nunca se llevaran a cabo: la negativa de Defensa a que sus militares realizaran labores secundarias o de apoyo.
Con motivo de la crisis sanitaria, el Gobierno había facultado a los miembros del ejército como figuras de autoridad, a la par que Policía o Guardia Civil. Sin embargo, por norma general sus miembros no tienen formación sobre detenciones en vía pública u otros procedimientos policiales y judiciales en los que sí participan con asiduidad tanto las policías locales como los cuerpos dependientes del Ministerio del Interior. Procedimientos que afectan a derechos fundamentales de los ciudadanos y que si no se realizan de forma correcta pueden tener incluso consecuencias penales para los agentes.
Es por eso que el planteamiento inicial contaba con los militares para reforzar la seguridad de las patrullas de la Guardia Civil, sobre todo en demarcaciones donde las dotaciones del Instituto Armado son inferiores en número. De hecho, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Miguel Ángel Villanueva llegó a confirmar en rueda de prensa que las patrullas mixtas -de formas preferente con la Guardia Civil al contar también con corte militar- tendrían presencia en 87 localidades de siete provincias. No fue así. Por el momento nunca se han puesto en marcha ni parece que haya necesidad o voluntad de hacerlo.
De hecho, los roces entre ambos cuerpos se han mantenido en varios lugares de la geografía española que por demarcación son jurisdicción de la Guardia Civil y donde el Ejército ha montado sus operativo, según fuentes del Instituto Armado, sin coordinación alguna y sin consensuarlo con los agentes dependientes del Ministerio del Interior.