Sánchez alega que no había visto las imágenes de la valla de Melilla cuando dijo que estaba "bien resuelto"

El presidente del Gobierno confirma que en el asalto del pasado viernes murieron también gendarmes marroquíes que repelieron el ataque
Sánchez no comparecerá en el Congreso de forma monográfica sobre el asunto y remite sus explicaciones al debate del estado de la nación
El ministro del Interior defiende al presidente en la sesión de control del Congreso, las actuaciones policiales en la valla y culpa a las mafias
Pedro Sánchez dijo que el asalto de la valla en Melilla el pasado viernes que acabó con decenas de migrantes muertos estaba "bien resuelto" por la gendarmería de Marruecos y las fuerzas de seguridad españolas sin haber visto todavía las duras imágenes de los fallecidos agolpados en Nador. "Yo conocí esas informaciones, las imágenes, después de hacer esa declaración", ha afirmado el presidente del Gobierno que ha lamentado esas muertes.
Esas palabras de justificación a la actuación policial le han perseguido desde entonces. Tanto PP como varios partidos de la izquierda han exigido una rectificación por esas declaraciones. Preguntado en la Cadena Ser sobre si los policías de Marruecos pudieron extralimitarse en el empleo de la fuerza, Sánchez se ha limitado a decir que hay que ponerse en la piel de todos y cada uno de los actores de la frontera en España.
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"En la piel" de los policías de la frontera
El presidente del Gobierno ha confirmado que en el ataque también fallecieron gendarmes marroquíes y más de cien resultaron heridos. En su opinión la tragedia en Nador es el "último acto de un drama que empieza mucho antes, a muchos kilómetros", en Sudán desde donde llegan muchos migrantes. Subraya la empatía con esos migrantes que han muerto y sus familiares pero ha repetido la idea de que hay que ponerse en "la piel y en los zapatos" de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que trabajan en la frontera.
En ese contexto ha reivindicado el derecho de los ciudadanos de Ceuta y Melilla a poder vivir con tranquilidad, tener una migración ordenada y no estar bajo la amenaza permanente de sufrir ataques violentos. En los últimos doce meses ha habido al menos ocho intentos de asalto, según el presidente, "organizados por mafias, con personas armadas, con garfios, con palos, con cuchillos, con hachas".
Salvaguardar la integridad territorial
El mensaje principal de Sánchez es que la obligación de España es la de salvaguardar su integridad territorial, la tranquilidad y la seguridad de los ciudadanos. Apuesta por ayudar a Marruecos a gestionar la lucha contra las mafias y controlar los flujos de migrantes que llegan a nuestras fronteras y trabajar con los países de tránsito. Ha recordado que España ha aumentado a 3.500 millones de euros el presupuesto para la cooperación al desarrollo en los países de origen y tránsito.
Sobre la petición que han realizado varios grupos parlamentarios, desde el PP hasta varios socios parlamentarios del Ejecutivo, solicitando su comparecencia en el Congreso para rendir cuentas sobre el salto a la valla, Sánchez se ha remitido al debate del estado de la nación durante la segunda semana de julio para ofrecer esas explicaciones. No habrá por lo tanto un pleno monográfico sobre el asunto.
Respecto a la "investigación independiente" que reclama Podemos, el presidente dice que ya hay tres investigaciones en marcha. Una en Marruecos, donde se ha imputado ya a 30 personas, otra abierta por la Fiscalía y una tercera del Defensor del Pueblo. Promete la total colaboración de las instituciones para esclarecer los hechos.
Marlaska defiende la actuación policial
El asunto ha estado presente este miércoles en la sesión de control al Gobierno con varias preguntas al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Ante las críticas del PP, PNV y de EH Bildu, Marlaska ha defendido el trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y su actuación el pasado viernes ante el "ataque violento". Ha negado que gendarmes marroquíes cruzaran al lado español para contener la entrada de subsaharianos y ha echado un cable a Sánchez: "El presidente del Gobierno en modo alguno ha justificado ninguna vulneración de los derechos humanos".
El ministro, que ha vuelto a insistir en la necesidad de luchar contra las mafias que trafican con seres humanos porque salva vidas, ha resaltado el principio de que un Estado democrático no puede admitir que sus fronteras sean atacadas de forma violenta. A partir de ahí, ha reivindicado de que la política migratoria del Gobierno respeta escrupulosamente los derechos humanos. No tiene "ningún complejo", ha firmado, ante los controles internos y externos que se han iniciado.