Barómetro GAD3 para NIUS: Uno de cada cuatro votantes del PSOE rechaza la Ley de Memoria


En total, cuatro de cada diez encuestados hacen una "valoración negativa"
A la mayoría de votantes socialistas le es indiferente el pacto con Bildu, pero los que más lo apoyan son los de Unidas Podemos
El Congreso la aprobó este jueves, dividido, entre duros reproches por la utilización de las víctimas
Fue uno de los asuntos que más críticas le supuso al Gobierno durante, y después, del debate del estado de la nación. La Ley de Memoria Democrática se aprobó este jueves en un debate cargado de críticas y con reproches mutuos entre izquierda y derecha por la "utilización de las víctimas". Que a la derecha no le gustaba, quedó claro durante todo el debate, pero la encuesta de GAD3 para NIUS refleja que además, una cuarta parte de los votantes socialistas están descontentos con ella, y con el pacto con Bildu para poder aprobarla. Los satisfechos, un 32%, son más. La mayoría de esos votantes, el 36% han contestado que le es "indiferente".
Sin el apoyo de ERC a la norma, el PSOE de Pedro Sánchez tiró de los nacionalistas vascos. A cambio de su voto a favor, Bildu incluyó una enmienda, según la cual habrá una revisión de vulneraciones de derechos humanos en nuestro país hasta 1983. El barómetro realizado por la empresa GAD3 para NIUS ha preguntado a sus encuestados qué opinión les merece el pacto, y el resultado global es que un 41% por lo rechaza, frente a al 25% que lo apoya. El 36% responde que le es indiferente.

El gráfico es claro: con un 67%, son los votantes de Unidas Podemos los más favorables a ese acuerdo, que según la portavoz de Bildu, pone "en jaque la transición". La declaración de Mertxe Aizpurua, que sirvió para dar argumentos a la derecha, incomodó a buena parte del electorado socialista, pero no al de Unidas Podemos, que es uno de los que cuestionan esa transición.
Los nacionalistas se quedan muy lejos en su apoyo. Más de la mitad lo respaldan, y sólo seis de cada cien lo rechazan. La clave es que para partidos como ERC, esa ley se queda corta, por -entre otras cosas- no anular la Ley de Amnistía.
Rechazo frontal de Vox, PP y Cs
Igual que los líderes de Vox, PP y Cs, sus votantes dejan claro en el sondeo su oposición frontal al pacto. En el caso del PP, el mismo día que se aprobó, Alberto Núñez Feijóo reunió a varias asociaciones de víctimas y les prometió que si gobierna, la derogará. Eso sí, en el encuentro le dieron plantón la Fundación Víctimas del Terrorismo y COVITE, la principal agrupación de víctimas en Euskadi, lo que deslució un tanto la reunión.
En cualquier caso, no son los simpatizantes del PP los que ofrecen mayor resistencia a la ley. Los de Vox y Cs la rechazan con más fuerza.
El barómetro que publica NIUS refleja que al 84% de los votantes de Vox le parece mal; en el caso de Cs, esa el 81% es de esa misma opinión crítica; y en el del PP, son el 76%.
Durante el debate, Abascal acusó al PSOE de emular al "criminal Frente Popular"; mientras que Arrimadas se dirigió a Mertxe Azpurua para decirle que ella y "sus compañeros de Batasuna seguirán siendo siempre unos auténticos hijos de ETA" para la mayoría de los españoles.
Los recelos de socialistas históricos
Lo cierto es que la economía centró la mayor parte del debate, pero fue la Ley de Memoria la que supuso la bronca más grande, también el jueves, cuando se celebró el Pleno que la aprobó. El mensaje del PSOE diciendo que no se cuestionaba la transición no convenció a la derecha, ni tampoco a algunos dirigentes socialistas históricos, como Felipe González: "Sonarme, no me suena bien", aseveró el que era presidente del Gobierno en 1983, el año al que alcanzará la revisión de las torturas.
El que fuera su número dos, Alfonso Guerra, se planteaba otra cuestión: "¿Dónde acaba el Franquismo?". "Hay quien piensa que acabó en 1983 y es uno de los que jaleaba a los asesinos en el País Vasco, es muy difícil de entender", se respondía Guerra.
El contenido es una de las pegas a la Ley de Memoria Democática; que se apruebe pactando con Bildu es otra, y para terminar de aderezarlo, han estado las fechas. El debate del estado de la nación y la aprobación de la norma han tenido lugar en pleno aniversario rendondo -25 años- del asesinato de Miguel Ángel Blanco.
Venía la semana marcada por desencuentros entre la hermana del concejal asesinado, Mari Mar Blanco, y el alcalde socialista de Ermua y por las andanadas de los partidos de la derecha al Gobierno por tener como socio a Bildu. La izquierda la devolvía acusando a PP, Vox y Cs de "utilizar a las víctimas". Era prácticamente imposible que no se armara, y la que se armó fue tremenda.
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