Dos activistas por el clima se pegan las manos al micrófono del Congreso de los Diputados


Dan un ultimátum al Gobierno y alertan que harán una escalada de protestas
Protestan por las subvenciones al sector cárnico
Fue el mismo grupo que se pegaron a los marcos de las "Majas de Goya" en el Museo del Prado
Dos jóvenes activistas han se han pegado a los micrófonos de la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados esta mañana. Las dos mujeres han accedido al hemiciclo gracias a una visita y cuando han llegado a la sala, se han subido al atril y han pegado sus manos con pegamento a los micrófonos.
Otro joven ha desplegado una bandera de "Futuro vegetal", la organización ecologista y en defensa del clima en la que los tres militan.
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"La población está en peligro y los poderosos solo piensan en sus beneficios. Escalaremos en disrupción hasta que se deje de subvencionar la ganadería", ha afirmado el grupo activista en sus redes sociales.
💥 ÚLTIMA HORA
— FuturoVegetal (@FuturoVegetal) 30 de enero de 2023
🔴Nos pegamos al atril del Congreso de los Diputados🔴
Decimos #BASTA!!!
Esto es una #EmergenciaClimática!!!
La población está en peligro y los poderosos solo piensan en sus beneficios.
Escalaremos en disrupción hasta que se deje de subvencionar la ganadería. pic.twitter.com/MMQBdLlEqM
Los jóvenes han sido desalojados por los servicios de la cámara. Este lunes no había actividad parlamentaria en la Cámara Baja y por ese motivo han podido acceder al hemiciclo en una visita.
No es la primera vez que este colectivo "Futuro vegetal" realiza una acción en Madrid. En Navidades rociaron de negro y rojo ( los colores representativos de su organización) la zona infantil de Cortylandia en el Corte Inglés de Preciados.
Ultimatum al Gobierno por las ayudas al sector cárnico
Futuro vegetal ha colgado en sus redes sus reivindicaciones. Exigen el fin de las subvenciones a la ganadería. Amenazan con estar en "constante disrupción" y afirman que "escalarán" en sus actos de reivindicación. "Ya lo avisamos, pero nuestra demanda todavía sigue siendo ignorada porque pone en jaque los intereses de la mafiosa industria cárnica.
Acusan al gobierno de "impedir que las pequeñas iniciativas ecológicas prosperen" y a cambio favorecen la "expansión de la industria ganadera en nuestro territorio, como si de un cáncer se tratara".