Caso Vinícius: el debate sobre el racismo desvía la atención de la campaña electoral a cinco días del 28M

El Gobierno niega una crisis con Brasil y proclama que España es "antirracista" y que ese tipo de comportamientos se persiguen, se castigan y "no quedan impunes"
"España no es un país racista en ningún caso", dice Feijóo que critica que algunas personas intenten lanzar "una imagen distorsionada" de la ciudad de Valencia
La ministra de Podemos, Ione Belarra, ve "innegable" el racismo en nuestro país y pide valentía para actuar y acelerar la Ley contra el Racismo
Los insultos racistas a Vinícius en Mestalla el pasado domingo durante el partido entre el Valencia CF y el Real Madrid están acaparando todo el foco público desde entonces y han desplazado la atención de la campaña electoral justo cuando ha entrado en su recta final. El debate sobre el racismo en España ha obligado a todos los líderes políticos a pronunciarse sobre esos incidentes a cinco días de enfrentarse en las urnas.
Todos sin excepción condenan los insultos, pero a partir de ahí llegan los matices. El Gobierno pone el foco en que España es "antirracista" y ese tipo de comportamientos "no quedan impunes", Feijóo coincide en que nuestro país no es racista "en ningún caso", Podemos denuncia la normalización de los discursos de odio de la extrema derecha, la ministra Ione Belarra ve "innegable" el racismo y los políticos valencianos -que se juegan el poder en la batalla más encarnizada de estas elecciones- hacen equilibrios para defender a su afición y rechazar una acusación generalizada.
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Lo cierto es que los últimos mensajes de campaña han quedado sepultados por un asunto altamente sensible en el que ha habido detenciones, ha intervenido la Fiscalía de Valencia de oficio por un presunto delito de odio y hasta el mismísimo presidente brasileño, Lula da Silva, ha exigido acciones concretas para evitar que "el fascismo y el racismo dominen dentro de los estadios de fútbol". El Gobierno de Brasil ha denunciado la pasividad de España ante esos ataques.
El Gobierno: "Estos hechos en España se persiguen y se castigan"
No se habla de otra cosa. "Estos hechos en España se persiguen y se castigan", dijo la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, que salió al paso de las acusaciones de Brasil y lanzó un mensaje claro a la escena internacional subrayando que todos los órganos judiciales y policiales trabajan para perseguir ese tipo de actuaciones. Recuerda además que existe una ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte del año 2007 y no contempla de momento endurecer las sanciones.
El Ejecutivo pide no ser neutral ante los hechos y reprocha a los que defienden o justifican esos comportamientos. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, niega que exista una "crisis diplomática con Brasil" a raíz de esos incidentes. El líder de la diplomacia española tuvo un contacto con la embajadora en la que le trasladó la rapidez de las detenciones, la tolerancia cero con el racismo y que la sociedad española es plural, tolerante y diversa.
Podemos: "Es innegable" el racismo
Otra ministra del Gobierno, Ione Belarra, líder de Podemos, no comparte lo de "antirracista". Más bien al contrario. Para ella es "innegable" que en España hay racismo al igual que existe el machismo a los que pide enfrentarse con valentía y con medidas concretas. Exige impulsar de forma inmediata la Ley contra el Racismo como ya ha prometido el Ministerio de Igualdad y cambiar la política migratoria de España.
Varios dirigentes de Podemos han cargado desde el domingo contra la extrema derecha y su "discurso de odio" que fomentan, a su juicio, esas actitudes. Precisamente la polémica coincide con una campaña de Vox denunciando que las ayudas al alquiler no llegan a los madrileños porque están destinadas a inmigrantes. En varias estaciones de Metro del sur de Madrid aparece un cartel electoral con un listado de nombres árabes como los beneficiarios: "No se puede permitir que las ayudas al alquiler terminen en el bolsillo de los que vienen de fuera".
Sólo VOX dice lo que millones de españoles piensan.
— VOX 🇪🇸 (@vox_es) 23 de mayo de 2023
No se puede permitir que las ayudas al alquiler terminen en el bolsillo de los que vienen de fuera.
Nuestra prioridad: los jóvenes y trabajadores de España que se ven obligados a destinar la mayor parte de su sueldo a pagar un… pic.twitter.com/PdvOoJmPgR
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, aprovechó una charla con Toni Nadal para hablar de deporte, para enfatizar "de forma clara, contundente y sin ningún tipo de matiz" que el deporte y el racismo son incompatibles. "España no es un país racista en ningún caso y que el deporte es educación y la educación es lo contrario del racismo", afirmó del presidente de los populares que también criticó que algunas personas estén intentando lanzar "una imagen distorsionada" de la ciudad de Valencia.
El impacto en la campaña valenciana
Precisamente el caso Vinícius ha irrumpido en la campaña valenciana donde la situación está muy ajustada y cualquier polémica puede hacer inclinar la balanza hacia la izquierda o la derecha. El presidente Ximo Puig ha medido al milímetro sus palabras. El barón socialista exige no generalizar ni identificar a la afición valencianista con el racismo después de que el entrenador del equipo blanco, Carlo Anccelotti, denunció que "un estadio entero llama mono a un jugador y no pasa nada... ". Después pidió disculpas y precisó que no fueron 46.000 personas sino "un grupo que se portó muy mal".
Para Puig los gritos contra el jugador brasileño fueron "preocupantes" pero "en absoluto" el público de Mestalla es racista. El presidente valenciano lo ha vinculado al "caldo cultivo que genera la extrema derecha". La candidata del PSOE a la capital valenciana, Sandra Gómez, también rechazó el ataque generalizado a la afición y a la ciudad: "En los momentos difíciles hay que defender València y ahí es donde se ve quien da la cara".
Para el alcalde de la ciudad, Joan Ribó (Compromís), fue un auténtico "escándalo" y recordó que no es la única vez que se han escuchado en el campo ese tipo de gritos racistas. Vinícius, señaló, los recibió desde que bajó del autobús.