Claves electorales del 10-N: el sondeo del CIS infla a la izquierda, por Pablo Cabrera

La preocupación por la situación política y económica se dispara
La macroencuesta preelectoral del CIS llega tarde. Los datos, recogidos entre el 21 de septiembre y el 13 de octubre, no incluyen el impacto de la sentencia del procés
Eso sí, esta encuesta tiene una muestra enorme, más de 17.000 entrevistas frente a las 1.000 de las firmas privadas de sondeos, lo que permite desgranar los resultados por territorios y también ayuda a entender el contexto de la campaña y los movimientos iniciales al contener información que no es publicada por las empresas encuestadoras.
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La estimación de voto, lo menos importante
Como decíamos, la estimación de voto no incluye el posible efecto de Cataluña y Franco, pero llama la atención por el contraste con el reparto de voto entre bloques que vimos en las elecciones de abril y en otras estimaciones publicadas en las últimas semanas.
Según el CIS, el bloque de la izquierda sacaría 13 puntos al de la derecha, muy por encima de los resultados de abril y de otros sondeos recientes
Según el CIS, el bloque de la izquierda ―PSOE, Unidas Podemos y Más País― obtendría el 49,7% de los votos y la derecha ―PP, C’s y Vox― el 37%, una diferencia de 13 puntos que se sitúa muy lejos del promedio de dos puntos de ventaja de la izquierda al que apuntaban las encuestas hace dos semanas. Esta desviación y la fecha de la recogida de los datos hacen que la estimación tenga relativamente poco valor.
El contexto electoral marcado por la economía, la inestabilidad y Cataluña
Los españoles que piensan que la situación económica es mala o muy mala son ya el 60%, diez puntos más que hace un mes. La situación política, por otro lado, es valorada como mala o muy mala por el 79% de los encuestados, un valor similar al que se registró en septiembre (77%).
El malestar con la situación política se hace patente al analizar cuáles son las principales preocupaciones de los encuestados. Los políticos y los partidos preocupan al 38% de los encuestados y sólo es superada por el paro (56,9%).
Se dispara la preocupación por la situación política y económica
También crece la preocupación por la falta de acuerdos y la inestabilidad política, que pasa del 1% al 13% en cuestión de un mes, aunque este crecimiento repentino apunta a un cambio en la forma de codificar las respuestas en esta pregunta.
Cataluña, el otro gran tema de la precampaña, repuntó en octubre, pasando del 6% al 11% en el último mes. La proximidad de la sentencia seguramente influyó sobre el ‘procés’ influyó en este crecimiento.
La abstención lastra a Ciudadanos
Una de las mayores incógnitas del 10-N es cómo se va a comportar la participación. Las encuestas presentan problemas a la hora de estimar la participación electoral con precisión. Sin embargo, la comparación con otros estudios preelectorales puede arrojar alguna pista.
En abril la participación fue del 76%, el mismo porcentaje que en el estudio preelectoral del CIS declaró que iría a votar seguro. En esta ocasión ese porcentaje se ha hundido en nueve puntos, el 67% declara que está seguro de que acudirá a su colegio electoral.
La formación más afectada por la abstención es, sin lugar a dudas, la de Albert Rivera.
Pero la clave, más que en el dato bruto de participación, está en cómo se distribuye entre los votantes de los diferentes partidos. La formación más afectada por la abstención es, sin lugar a dudas, la de Albert Rivera. Un 20% de sus votantes el 28-A declaran que no acudirán a votar en las próximas elecciones. Este porcentaje se sitúa en el 12% en el caso de los socialistas y en el 11% en el de los votantes del PP. Los partidos que menos afectados por la abstención serían Vox (9%) y Unidas Podemos (8%).
El volumen de la abstención entre los votantes de cada partido se ha duplicado en el último mes. Esta desmovilización puede que haya aumentado en las últimas semanas. Una encuesta de Sociométrica apuntaba a problemas de movilización para C’s, el PSOE y UP, que tendrían a un cuarto de su electorado pensando abstenerse en este momento. Sin embargo, otra encuesta reciente, en este caso de Celeste Tel se acerca más a los datos del CIS e incluso rebaja las estimaciones de abstención.
Más voto decidido y similar al del 28-A
De entre los que van a votar, los que declaran que ya tienen decidido el voto (67%) son más que en el estudio preelectoral del 28-A (58%). De hecho, la distribución de las preferencias de los electores apenas se han alterado desde abril.
Si se observa el voto más simpatía, un indicador de voto directo que tiene en cuenta el partido que los electores sienten más cercano a sus ideas, las preferencias apenas han variado con respecto al estudio preelectoral del 28-A, excepto en el caso de C’s, que cae cuatro puntos. Más País, la nueva formación liderada por Íñigo Errejón, sólo cuenta con el 1,7% de las preferencias, lo que viene a confirmar el resto de encuestas que le sitúan lejos de los escaños en la mayoría de provincias donde se presenta.
Impacto limitado de Más País
Aunque las preferencias, como se ha señalado, se mantienen en niveles similares a los de abril, hay movimiento entre los votantes. Los partidos son conscientes de que la victoria el 10-N pasa por movilizar a sus votantes el 28-A.
Mientras que el PP, el PSOE y Vox mantienen una fidelidad de voto por encima del 70%, en el caso de Unidas Podemos se sitúa en el 67%, 14 puntos menos que en el barómetro de septiembre. Sin embargo, el mayor problema lo enfrenta C’s, ya que sólo la mitad de sus votantes (49%) de abril repetiría ahora su decisión, 17 puntos menos que en septiembre.
La fuga de C’s es, sobre todo, a la abstención (20%), pero también al PP (10%) y al PSOE (6%). En el caso de Unidas Podemos, un 7% de sus votantes de abril ahora optaría por el PSOE, mientras que otro 7% lo haría por Más País. El PSOE, por su parte, sólo cedería un 1% de sus votos a Más País.
Vox registra una pérdida significativa de votos (13%) hacia el PP, aunque algunos votantes del PP (3,8%) también optarían por Vox en las nuevas elecciones. En este intercambio el balance sería positivo para los populares.
Pablo Cabrera es investigador especializado en encuestas electorales (Departamento de Sociología-Universidad de Salamanca).