Feijóo cambia el tono del PP y marca distancias con Vox

¡Sorpresa! Alberto Núñez Feijóo ha anunciado su candidatura para liderar el Partido Popular. El barón más deseado del PP ha abandonado su proverbial ambigüedad gallega y por fin ha dicho sí. A su manera, claro. En Galicia, y pidiendo permiso a los suyos. “Pido vuestra autorización para presentar mi candidatura al Partido Popular”, solicitaba emocionado mientras los suyos le respondían ‘sí’ en forma de gran ovación, y al grito de ¡Presidente!

Para muchos en el PP, la decisión de Feijóo se ha hecho esperar casi 4 años, después de que el 18 de junio de 2018 dijera ‘no’ ante el estupor de quienes estaban convencidos de que concurriría a las primarias como Soraya Sáenz de Santamaría, Dolores de Cospedal y Pablo Casado. El barón gallego dejó pasar entonces ese tren deshecho en lágrimas en el jardín soleado de un hotel de lujo. Ayer el escenario era muy distinto. Un pabellón multiusos en un día de lluvia.

¿Por qué entonces no y ahora sí? Ahora ‘sí’ porque quiere “ganar a Pedro Sánchez” y se ve ya de presidente del Gobierno, antes incluso de convertirse formalmente en presidente del PP. Lo del ‘no’ nunca lo ha terminado de aclarar.

Con una puesta en escena digna de un mitin de apertura de campaña electoral, Alberto Núñez Feijóo, se presentaba a sí mismo como garantía para ganar las próximas elecciones generales, con el aval de sus cuatro mayorías absolutas, y su gestión al frente de la Xunta. “Me siento en la obligación moral e institucional de ponerme a disposición de mi partido y de mi país para garantizar el Gobierno sereno, fiable y solvente que necesite España. Un Gobierno que gobierne”.

¿Cómo lo quiere hacer? Pues justo al revés que Pablo Casado, que en menos de un mes se convertirá en pasado del PP. Sin “insultar”, con una “alternativa madura” y que "diga no cuanto toque no, y diga sí cuando toque decir sí. Toda una enmienda a la totalidad al PP de Casado de estos tres años y medio y a su estilo bronco de confrontación total con Sánchez.

"En esta vida no se acierta siempre", apostillaba el líder gallego. No se sabe si con benevolencia. Entusiasmados, los barones del partido que se han lanzado a las redes a saludar con entusiasmo la nueva era Feijóo.

Horas antes de que Alberto Núñez Feijóo proclamara por fin su candidatura en Santiago, su hombre fuerte en Madrid, Esteban González Pons, fijaba ya criterio, y marcaba el terreno en el que quiere jugar este PP “reseteado”. Saben que el primer reto al que se enfrentan es establecer de saque un modelo de relación con Vox, y eso pasa por poner distancia con la marca de Santiago Abascal.

“Vox no es el PP, ni representa la ideología del PP. Vox es un partido de extrema derecha”, aseguraba González Pons en una entrevista en Telecinco. Problema: hay que entenderse con ellos para gobernar en Castilla y León. Es lo primero que ya hay en agenda. ¿Cómo solucionarlo? Descargando toda la presión en Alfonso Fernández Mañueco para que sea él quien decida sus futuras alianzas, en un modelo de partido en el que los territorios tendrán más autonomía respecto a Génova.

El segundo reto es restañar heridas dentro del partido. Isabel Díaz Ayuso sique clamando venganza, pero ya sabe que Feijóo no le va a dar la cabeza de Pablo Casado ni de Teodoro García Egea en una pica como pidió en la Junta Directiva Nacional de su partido. "Casado está en el futuro del PP sin ninguna duda” y "a García Egea le pediré que no deje la política”, ha sentenciado González Pons, que ya actúa más como secretario general ‘in pectore’ que como presidente del Comité Organizador del Congreso.

Por si alguien albergaba alguna duda, Feijóo en su discurso de candidato ya ha dejado claro que seguirá contando con el todavía presidente del PP.

“Creo que es posible ganar si todos vamos a una, si este congreso no va de vencernos los unos a los otros sino de que el partido salga recuperado y fortalecido”, advertía en un llamamiento a la unidad, y a que cese la guerra en el PP que les ha dejado al borde del colapso político.

No parece que la baronesa del PP más rebelde esté por la labor. Ayuso siempre se ha resistido a calificar a Vox de “extrema derecha”, y tampoco está dispuesta a ceder en su sed de venganza. Seguirá yendo por libre, acaparando todos los focos. Y manejar eso será otro gran reto para Feijóo.