El batacazo del PSOE el 4M abre en canal al partido en Madrid y desata la batalla en Andalucía

Ábalos admite fallos de comunicación, pero dice que la derrota no va a "condicionar" la política del Gobierno
José Manuel Franco dimite como líder del PSOE en Madrid y Gabilondo no recogerá su acta de diputado en la Asamblea
El 4M desencadena el adelanto de las primarias en Andalucía: Susana Díaz y Juan Espadas se enfrentarán
El hundimiento del PSOE en las elecciones del 4 de mayo ha provocado una onda expansiva en el partido. La renovación en Madrid y Andalucía se pone en marcha. La federación madrileña está abierta en canal y una gestora la dirigirá hasta el congreso ordinario de final de año. Los acontecimientos se precipitaron tras la dimisión del secretario general, José Manuel Franco, y la decisión del candidato Ángel Gabilondo de no recoger su acta de diputado en la Asamblea.
En Andalucía, la federación más poderosa del PSOE y una comunidad clave en términos electorales, la batalla interna ha comenzado. El 13 de junio los militantes andaluces elegirán en primarias al candidato a la presidencia de la Junta, entre Susana Díaz y Juan Espadas, el alcalde de Sevilla. La expresidenta andaluza se ha visto forzada a aceptar el adelanto del proceso ante el golpe de mano de Pedro Sánchez para cambiar el liderazgo. El argumento de Ferraz es que hay que estar preparados por si el presidente de la Junta, el popular Juanma Moreno, decide apretar el botón de adelanto electoral aprovechando el efecto Ayuso. Las viejas heridas entre Sánchez y Díaz se reabren.
Fallos de comunicación y desconexión con los madrileños
Son las consecuencias directas de la severa derrota en Madrid que todavía intentan digerir los socialistas. La ejecutiva del partido, con Pedro Sánchez al frente, ha hecho su primer análisis de los peores resultados de su historia en la Comunidad: la pérdida de 13 escaños, de 274.000 votos y el 'sorpasso' de Más Madrid en la Asamblea. En el PSOE dicen que no ponen "paños calientes" a la derrota, pero insisten en que no se pueden extrapolar los resultados de Madrid al resto de España.
Ante eso, el mensaje que ha trasladado Sánchez a los suyos es que la legislatura sigue y que entre sus planes no está el adelanto de las elecciones generales. El número 3 del partido, José Luis Ábalos, lo ha hecho público: los malos resultados "no van a condicionar la política del Gobierno de España", que seguirá centrado en la reactivación económica y en luchar contra los últimos coletazos de la pandemia.
No hemos sabido conectar con el estado de ánimo de la ciudadanía (J.L. Ábalos)
En su diagnóstico de las razones del desastre citan el clima de crispación sin precedentes y las propias singularidades de Madrid "acostumbrada al bullicio" y al ocio. Por primera vez reconocen errores. "No hemos sabido conectar con ese estado de ánimo de la ciudadanía", ha reconocido Ábalos que admite fallos en la comunicación: "No hemos conseguido centrar nuestro mensaje".
El secretario de Organización ha repetido en varias ocasiones que la responsabilidad del resultado en Madrid "es compartida" porque la cultura del partido es asumir "colectivamente" las responsabilidades. Aunque lo cierto es que solo José Manuel Franco ha presentado su dimisión como líder de los socialistas madrileños y Ángel Gabilondo ha decidido renunciar a ser diputado en la Asamblea. El candidato, por cierto, ha sido ingresado en un hospital de Madrid por una arritmia leve.
La presión sobre Franco y Gabilondo
La presión sobre Franco ha ido en aumento en los últimos días. En la ejecutiva regional del miércoles, varios miembros, entre ellos los alcaldes de San Fernando de Henares o Alcorcón, reclamaron la dimisión en bloque de la cúpula del partido. El secretario regional resistió, se reafirmó en su cargo y apostó por "una transición ordenada" cuando llegase el congreso ordinario.
En la nota oficial remitida por el PSOE de Madrid señala que se va para evitar que se utilice el mal resultado "para atacar al PSOE y al Gobierno de España". En ese mismo cónclave se reclamó que el candidato no tomase posesión de su escaño ni fuese el portavoz del grupo parlamentario.
Ábalos ha querido agradecer tanto a Franco como a Gabilondo su compromiso y su trabajo. Del primero ha dicho que hay una "deuda contraída con él", ha destacado los "vínculos afectivos" que les unen y ha recordado que forma parte del Gobierno porque Franco es secretario de Estado para el Deporte. Se va, a su juicio, porque no quiere condicionar el tiempo nuevo que se abre en Madrid. De Gabilondo ha resaltado su "calidad y dignidad", que ganó las elecciones en 2019 pero no le dejaron gobernar y ha defendido su forma de hacer una oposición moderada y leal a Ayuso a pesar de los reproches de un sector del partido. El tipo de oposición que Sánchez reclamaba al PP y a Pablo Casado.
Franco no ha sido la persona que ha diseñado ni dirigido la campaña de Gabilondo. La estrategia la ha marcado el equipo de asesores del presidente del Gobierno, con Iván Redondo al frente. Las mayores críticas en la ejecutiva madrileña del miércoles estuvieron relacionadas con las injerencias de Moncloa en los procesos internos del partido. En Madrid no hubo primarias con la justificación de falta de tiempo ante el movimiento de Ayuso de adelantar las elecciones.
La batalla interna en Andalucía
Esa también ha sido la excusa para meter mano en Andalucía, la posibilidad de que el presidente Juanma Moreno siga el ejemplo de Ayuso y convoque elecciones para prescindir de Ciudadanos, su socio de coalición. Las tensiones entre Ferraz y Susana Díaz siempre han estado latentes y ahora vuelven a aflorar. Díaz dará la batalla y se enfrentará con Juan Espadas, alcalde de Sevilla, el candidato que cuenta con el apoyo de los críticos andaluces y la dirección federal. Espadas era una de las voces que llevaba semanas reclamando un adelanto de las primarias.
La expresidenta ha dejado algunos recados a Sánchez en su comparecencia de prensa. Según ella, el "ruido interno" provocado por ese debate estaba "erosionando" al partido. Ha pedido que el proceso donde tienen que votar 44.000 afiliados sea "transparente", "sin empujones" y con "garantías". La expresidenta andaluza, que perdió el poder en 2018 a pesar de haber ganado las elecciones, ha revelado que se enteró por los medios de que Ferraz iba a convocar las primarias, que no ha hablado todavía con Pedro Sánchez al que había mandado un mensaje y que Ábalos no le informó de las intenciones del partido en una llamada telefónica que mantuvieron.
"Si ha habido algún malentendido, lo siento", ha asegurado Ábalos claramente molesto, que justifica esa llamada por la necesidad de saber las intenciones de Susana Díaz y su dirección. Él, sostiene, no cuenta sus conversaciones privadas. Sobre la decisión de presentarse a las primarias, considera que está en su derecho: "Ella ha dicho muchas veces que tenía esa ambición que respetamos y amparamos".