BNG y Bildu: el auge de los nacionalistas que no consiguen gobernar

El BNG triplica sus resultados de 2016, supera al PSOE y barre a Podemos del mapa gallego
EH Bildu se reafirma como la segunda fuerza política del País Vasco
El resultado de las elecciones autonómicas en el País Vasco y Galicia han dejado dos ganadores claros, el PNV y el PP gallego, pero también una línea ascendente para dos marcadas fuerzas nacionalistas. Así, Bildu y el BNG se han confirmado como los principales partidos de la oposición tanto en el País Vasco como en la comunidad gallega, mejorando de forma clara sus resultados en las anteriores elecciones autonómicas.
En el caso del BNG, sus resultados triplican los obtenidos por la formación nacionalista en 2016 y confirman el sorpaso de la formación al PSOE en Galicia con 19 escaños frente a los solo seis conseguidos en las anteriores autonómicas. Sin embargo, los resultados tienen cierto sabor agridulce, sobre todo al contar que algunas estimaciones de voto les colocaban con la posibilidad de formar un gobierno de izquierdas que arrebatara la presidencia de Galicia Núñez Feijóo. Algo imposible según la aritmética del parlamento gallego, donde el PP vuelve a ganar las elecciones con 41 escaños.
En el caso del País Vasco, EH Bildu se ha consolidado en la cámara vasca con 21 diputados, colocándose de nuevo como la segunda fuerza política por encima de PSOE, PP, Ciudadanos y Podemos. En este caso el voto nacionalista copa como es tradicional las dos principales opciones políticas de la comunidad autónoma, ya que la suma de PNV y Bildu supera de forma amplia el 60% de los escaños que componen la Eusko Legebiltzarra.
En el caso de Galicia, el BNG se ha nutrido de forma principal de un traslado de votos de Podemos, que en las anteriores elecciones obtuvo 14 escaños con su coalición En Marea, pero que en las presentes elecciones no ha conseguido representación alguna, con un descalabro de 225.000 votos. En el País Vasco, la subida de HB Bildu ha sido más moderada, con un ascenso hasta los 21 escaños cuando en 2016 la formación abertzale consiguió colocarse ya como segunda fuerza en el Parlamento vasco con 18 representantes. El traslado de votos coincide de nuevo con la pérdida de representación de Podemos, que pasa de 11 a seis escaños, además de la entrada de Vox en el hemiciclo autonómico, gracias al escaño obtenido en Álava.