Los candidatos atacan los puntos débiles de sus rivales exhibidos en el debate

Sánchez acusó a Casado y Rivera de "callar y transigir" ante una "ultraderecha agresiva y envalentonada"
Para Pablo Casado, el debate demostró que Sánchez "volverá a pactar con los secesionistas"
Albert Rivera apenas hizo referencia al debate y Abascal estuvo "cómodo" y se mostró "muy satisfecho"
El día después del debate los candidatos volvieron a los mitines y se dedicaron a sacar pecho ante los suyos. Sus partidos les proclamaron a todos ganadores aunque todavía está por ver si alguno convenció a esa gran masa de indecisos que puede decidir el resultado final.
Para la mayoría el debate se convirtió en nueva artillería electoral, atacando los puntos débiles del contrario. Solo un candidato, Albert Rivera, lo obvió. Ejemplo de que la cita clave de la campaña no le salió del todo bien al líder de Ciudadanos, en caída libre en las encuestas.
Sáchez ataca a Rivera y Casado por su "silencio" ante las "barbaridades" de Abascal
Pedro Sánchez, en esa agenda frenética que le ha diseñado su Comité Electoral, participó en tres actos de campaña. Y en todos repitió el mismo mensaje. El debate, según él, dibujó a "una derecha achantada frente a una ultraderecha agresiva y envalentonada". Sánchez acusó a Pablo Casado y Albert Rivera de "callar y transigir" ante la "España en blanco y negro" que representa Santiago Abascal.
"El problema es que la ultraderecha ha lanzado una OPA al PP y a Ciudadanos", dijo Sánchez que calificó de "barbaridades" las propuestas de Abascal como suprimir las autonomías, derogar la Ley de violencia de género o ilegalizar el aborto y a algunos partidos independentistas. "Lo más grave fue escuchar un silencio en el PP y Ciudadanos", dijo el candidato socialista.
Cero complicidad entre PSOE y Unidas Podemos
Entre llamadas continuas a la movilización, Sánchez también tuvo palabras para Pablo Iglesias. Le recriminó que le acusase de querer pactar con el PP. "Yo le decía, que no señor Iglesias, que no, que no es verdad". Una de las evidencias después de tres horas de debate es que las relaciones entre el PSOE y Unidas Podemos siguen maltrechas tras el fracaso de la negociación para formar un Gobierno. No hubo ni un gesto de acercamiento, ni de complicidad entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias que augurase una salida del bloqueo.
Fuentes del PSOE se esforzaron en vender que Sanchez ganó el debate porque fue "el único candidato propositivo frente a una derecha bronca y sin proyecto y una izquierda perdida".
El líder de la formación morada no tuvo mitin este martes. Fue su número dos, Irene Montero, desde Pamplona, la que arremetió contra los anuncios que hizo Sánchez contra los independentistas. Le acusó de competir con PP, Ciudadanos y Vox "para ver quién hace una vuelta más fuerte al autoritarismo". Se refería Montero a la propuesta socialista para recuperar en el Código Penal el delito de convocatoria ilegal de un referéndum.
Tampoco le gustó a Podemos la idea de crear una vicepresidencia económica para Nadia Calviño. Para el partido de Iglesias ese nombramiento significará responder con "recortes, privatizaciones y privilegios" a la crisis económica que viene.
Casado acusa: "Sánchez volverá a pactar con los separatistas"
Pablo Casado utilizó los silencios de Sánchez a sus preguntas sobre si Cataluña es una nación o sobre si pactará con los independentistas para deducir que volverá a llegar a acuerdos con los separatistas. "Le pregunté hasta en 5 ocasiones si Cataluña es una nación y fue incapaz de contestar", dijo Casado. Hay "silencios atronadores" porque "quien calla otorga", según el líder del PP. Sánchez no respondió pero Casado concluye: "Él dijo muy claro que quiere volver a pactar con Junqueras, con Puigdemont y con quine haga falta con tal de seguir en La Moncloa".
También le quedó claro a Casado que "a Sánchez le da igual que pasa con los parados en España" porque no contestó a ninguno de sus interrogantes sobre economía y desempleo. En este punto, el líder popular acusó al Gobierno de no querer hacer el debate el martes 5 de noviembre, una vez conocidos los datos del paro. "Querían ocultar que hoy hay 100 mil españoles más en el paro, ¡qué desfachatez!", se quejó Casado.
Rivera obvia el debate en su mitin
Si la presencia del debate en los actos del día después es un reflejo de cómo lo vivieron los líderes, el ejemplo de Albert Rivera es sintomático. Solo una vez se refirió al debate a cinco desde Valencia. En caída libre en las encuestas, el líder de Ciudadanos se jugaba el todo o nada en un debate que, si miramos los medios de comunicación, no le salió bien. Nadie le da como ganador.
Rivera, en el día después, centró toda su intervención en la familia. Tan sólo dijo: "Ayer empecé mi bloque de economía hablando de mi hija..." A partir de ahí, el dirigente de la formación naranja defendió sus prioridades. "Una economía al servicio de los ciudadanos", aseguró Rivera que detalló su paquete de medidas en conciliación familiar, permisos de paternidad, autónomos o ley de gestación subrogada.
Ni una palabra de Cataluña, el asunto que más le ha ocupado en los últimos meses. Al finalizar el mitin, su equipo le acercó a Lucas, el cachorro que se hizo viral tras presentarlo en su cuenta de Instagram como "su arma secreta para ganar el debate".

Abascal, "muy satisfecho" con el debate
Pero sin duda, el candidato más eufórico fue Santiago Abascal. Desde Dos Hermanas, en Sevilla, el líder de Vox admitió ante su público que "el debate fue muy importante". "Por primera vez pudimos dirigirnos a compatriotas, contar nuestro proyecto político y presentarnos tal como somos", sostuvo Abascal.
Reconoció sus "nervios" pero se mostró "muy satisfecho". Incluso se dedicó a contar lo que él llamó la "trastienda del debate": que había mal sonido, que "algunos se pusieron muy nerviosos", que Sánchez "escribía y leía todo el rato" y que él se "sintió cómodo". Les explicó además una anécdota. "Pablo Iglesias y yo nos mirábamos y levantábamos las cejas" cada vez que Rivera sacaba "un conejo de la chistera o desplegaba su merchandising".
Quien no estuvo en el debate, porque no tiene representación parlamentaria, fue Íñigo Errejón, pero también habló de la cita televisiva. Lo calificó como un "espectáculo lamentable" y un "bochorno de Eurovisión". Desde Bilbao, donde aspira a conseguir un escaño y acompañado de Manuela Carmena, se dirigió a los españoles que se sintieron "huérfanos" y "defraudados" tras ver a los 5 candidatos.
Errejón criticó la actitud de Sánchez e Iglesias. Para él, quedó claro: "Si vuelve a depender de ellos dos, vamos a terceras elecciones". Fue muy crítico con las propuestas del candidato socialista, especialmente duro con la de dejar gobernar a la lista más votada. "Ésto es como decir, ya que no voy a ser capaz de acordar, me lo dais gratis", afirmó Errejón. Para él, esa fórmula sería en realidad "una repetición electoral aplazada" porque solo garantizaría la investidura, pero no la aprobación de los Presupuestos.