El caso Gali, la peor pesadilla de Laya: de sacarla del Gobierno a llevarla ante el juez


La declaración del que fuera su número dos la coloca ante el juez quiere saber si ordenó gestionar la entrada de Gali con "total discreción", por qué y cómo
La entrada de Gali fue el detonante de una crisis con Marruecos que le costó el puesto de ministra de Exteriores
Gali declaró por delitos de genocidio en la Audiencia Nacional, pero el caso se archivó para él
Llegó al Ministerio de Exteriores con un currículum "apabullante" y con un perfil muy técnico, de esos que no vaticinan líos. Pero Arancha González Laya se encontró con Brahim Gali, el líder del Frente Polisario al que España acogió para recuperarse del coronavirus. La acogida enfureció a nuestro vecino más "delicado" y Laya acabó primero fuera del Gobierno y ahora tiene una cita ante el juez de Zaragoza, Rafael Lasala, que la acaba de citar como investigada, todavía sin fecha.
Laya ha sido subsecretaria general de la ONU, directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional, o directora del Gabinete del Director-General de la Organización Mundial del Comercio, entre otros cargos. Pero lo de Gali desencadenó una crisis de tal calibre, que cuando Sánchez decidió remodelar el Gobierno en Julio de 2021, nadie dudó de que ella sería una de las primeras en salir del Ejecutivo.
La acogida y el hecho de hacerlo de espaldas a Marruecos (y de acuerdo con Argelia) fueron los motivos de la crisis entre ambos países. Lo que investiga el juez Lasala es cómo entró por la base aérea de Zaragoza para ser ingresado en el hospital de Logroño con un nombre falso.
La crisis política
Si hay un asunto que siempre ha tensado las relaciones entre España y Marruecos, es la cuestión del Sahara Occidental. El caso es que el año 2020 terminaba con una cierta tensión entre ambos países. Estados Unidos firmó el reconocimiento de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental y España no hizo un solo gesto de apoyo.
Después, se fue retrasando la cumbre bilateral entre los dos países, oficialmente por la pandemia. Se había puesto como fecha el 17 de diciembre, pero el día del reconocimiento de la soberanía marroquí por parte de USA, se aplazó hasta "febrero o marzo".
Llegó abril, Gali entró en España y supuso la gota que colmó el vaso. A mediados de mayo, Marruecos decidió abrir la frontera que separa Ceuta del reino alauí y la avalancha sumió a la ciudad autónoma en un caos migratorio sin precedentes.
Para cuando llegaron los cambios en el Ejecutivo, Brahim Gali ya se había marchado de España, pero la huella fue profunda y Laya ya estaba en la plataforma de salida. Su sustituto, José Manuel Albares, que es un hombre de la máxima confianza de Pedro Sánchez, se ha estrenado en el cargo con incesantes mensajes de amistad hacia Marruecos.
El caso de Brahim Gali en la Audiencia Nacional
En lo judicial ha habido dos casos Gali. El primero fue el que tenía al líder polisario como investigado por genocidio y la Audiencia Nacional abierta en 2008.
Una asociación y un ciudadano saharaui lo acusaban de esos delitos y el juez Santiago Pedraz le tomó declaración dentro de esa investigación. Tras escucharle por videoconferencia, en la que Gali entró desde Logroño, el juez lo mantuvo en libertad y dos meses después, archivaba la causa para él.
Pedraz no dio por acreditado que Gali participara en torturas o asesinatos y además consideró que esos delitos estarían prescritos. Hasta tal punto está convencido el magistrado que ha decretado el "sobreseímiento libre", es decir, no se le puede volver a juzgar por los mismos hechos, se trata como si fuera "cosa juzgada".
El caso Gali que salpica a Laya
El otro caso Gali es el que ahora salpica a Arancha González Laya y que se abrió en un juzgado de Zaragoza el 31 de mayo, sólo 24 horas antes de la salida del líder polisario de España.
El abogado Antonio Urdiales presentó una querella por "prevaricación y encubrimiento". El juez la admitió a trámite y empezó a investigar las condiciones de la entrada en el país para saber con qué documentación accedió.
A principios de septiembre, Lasala llamó a declarar al que fuera número dos de Laya, Camilo Villarino, que explicó que la ministra le había pedido que gestionara la entrada en España de Gali "con total discreción" ya que terceros países (en referencia a Marruecos), no estaban al tanto.
Se escogió la base de Zaragoza porque está cerca de Logroño y permite la entrada diplomática, sin controles.
Durante su declaración, Villarino también manifestó que no cree que la decisión la tomara la ministra en solitario. En todo caso, de momento es el cargo más alto citado a declarar como investigada. Laya puede declarar en el juzgado ordinario porque ya no es miembro del Gobierno. Si el juez quisiera tomar declaración a algún miembro del ejecutivo que siguiera en él, tendría que enviar la causa al Supremo, que es el tribunal ante el que están aforados sus miembros.
Declaración sin fecha
Por el momento, el juzgado no ha puesto fecha a la declaración de Arancha González Laya. En la misma providencia, el juez cita como testigo a José María Muriel Palomino, ex Secretario General Técnico del Ministerio de Asuntos Exteriores, que tendrá que acudir al juzgado el día 4 de octubre.
Según fuentes jurídicas, también ha citado como testigo a la que fuera jefa del gabinete de Carmen Calvo, Isabel Valldecabres, aunque el TSJ de Aragón no ha confirmado esa comparecencia.