Encadenar catorce 'domingos': la nueva estrategia contra el coronavirus

La ministra de Trabajo advierte que no admitirá "presiones" contra la nueva medida del Gobierno
Diversas patronales han recibido la medida con duras críticas: "improvisada", "irresponsable"...
El Gobierno se marca un nuevo objetivo en su lucha contra el coronavirus: hacer que todos los días sean domingo de aquí al doce de abril. Esto es, encadenar catorce ‘domingos’ consecutivos, con el fin de “dar un paso” más en la reducción de la movilidad en un intento “imprescindible”, ha dicho la ministra portavoz María Jesús Montero, de reducir infectados y dar margen al sistema sanitario para atender a los ciudadanos más vulnerables a la enfermedad.
El “paso más” es el decreto que paraliza toda la actividad no esencial, acompañado de un “permiso retribuido recuperable” para que, del 31 de marzo al 9 de abril, todos los trabajadores se quedan en casa. El ejecutivo subraya que se trata de una medida “inédita” en el mundo. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, pone el acento en que respeta los derechos de todos los afectados: las empresas abonarán el salario íntegro de estos días; los trabajadores tienen hasta el 31 de diciembre de este año para devolver esas horas no trabajadas de acuerdo a la negociación interna en cada compañía.
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El permiso tiene excepciones: no es para quieres estén teletrabajando; a los afectados por un ERTE; a quienes tengan incapacidad temporal o permisos de paternidad o maternidad, entre otros. El tiempo de aplicación es de 15 días, pero en realidad afecta a 8 días laborables ya que hay que descontar los de fin de semana y los festivos de la Semana Santa.
“No vamos a aceptar presiones para alterar este confinamiento. Ponemos el interés general por encima de los intereses particulares”, ha afirmado categórica la titular de Trabajo sugiriendo posibles resistencias a la aplicación de la medida (empresariales o de alguna comunidad, como Euskadi, donde la idea ha sido acogida con recelo), pero no ha especificado si esas presiones ya se han dado ni, sin las hay, de donde provienen.
La patronal acusa: "Improvisada", "irresponsable"...
La ministra (en línea con la postura del ejecutivo de eludir todo tipo de confrontación) ha obviado cualquier mención a la catarata de quejas de diversas organizaciones empresariales ( CEOE, Cepyme, Confebask,, Confemetal, Pimec… ) que han saludado el decreto con comentarios que evidencian su rechazo: improvisada, irresponsable, impacto sin precedentes… son algunos de ellos.
La patronal vasca, Confebask, considera que parar toda la actividad económica no esencial es un "comportamiento altamente irresponsable e irreflexivo que amenaza muy seriamente con provocar una crisis económica y social sin precedentes".
“La medida, que solo puede haberse tomado desde el desconocimiento del funcionamiento de una economía avanzada como la española, hará imposible mantener un nivel mínimo de actividad económica que garantice la eficiencia para enfrentarse a la crisis sanitaria", ha advertido Confemetal. Una confederación que agrupa a 80 organizaciones territoriales y sectoriales de la industria, el comercio y los servicios del sector del metal que, a su vez, representan a más de 220.000 empresas con 1,5 millones de trabajadores.
La patronal catalana Pimec ha tildado la medida de "improvisada, poco responsable y de nula sensibilidad empresarial". La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y la de las pequeñas y medianas empresas (CEPYME) ya alertó el sábado del "enorme impacto sin precedentes".
En fin, el empresariado es un clamor frente a la idea de enfrentarse al contagio haciendo de la primera quincena de abril un fin de semana continuo.
Reservas de varios presidentes autonómicos
A las críticas empresariales se suman las cautelas sobre la medida y sobre cómo se ha tomado por parte de algunos presidentes autonómicos. "La mayoría" de líderes autonómicos plantearon "cautelas" al respecto del decreto, ha confirmado el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, porque les "preocupa que dar al botón de pausa sea dar al botón de apagado" de algunas empresas y puestos de trabajo.
El lehendakari ïñigo Urkullu ha llegado a hablar de "imposición" y ha pedido que cada autonomía concrete las actividades y empresas que son auxiliares y necesarias para la actividad "crítica, previo conocimiento del Gobierno español". El valenciano Ximo Puig ha pedido "flexibilidad exigente que tenga en cuenta la diversidad productiva". Industrias como la cerámica, ha dicho, "no se pueden cerrar de un día para otro".
El caso es que, sin entrar en esa disputa, lo que sí ha dejado claro la ministra portavoz es que, “no tiene sentido hacer diferencias de medidas entre comunidades autónomas: los virus no entiende de fronteras, ni de autonomías, ni de niveles de renta. (…). Todas las medidas útiles las tomará el Gobierno. No tiene sentido aplicar medidas distintas porque no tendría utilidad para contener al virus”, ha afirmado. Para Montero, “la unidad de acción es fundamental”. “No es momento de división, sino de mandar mensaje único a los ciudadanos. Ya habrá tiempo para los reproches. Los ciudadanos no entenderían que no trabajemos unidos”, ha dicho.
¿Por qué ahora?
En la presentación del decreto no se ha hecho pública la lista de las actividades en concreto a las que afecta la prohibición, que entra en vigor este lunes. Con respecto a por qué ahora, a si se debe a un agravamiento de los datos el Gobierno tampoco ha dado una respuesta clara. La ministra portavoz se ha limitado a decir, una vez más, que se actúa de acuerdo al dictado de los expertos, y que este sábado entendieron “que había que llevar la movilidad a la de los fines de semana que hemos tenido en estos días de confinamiento”. Niega, en todo caso, que haya una "alarma añadida"
Según Montero, se ha entendido que “aunque las medidas de confinamiento están siendo elevadas y cuesta trabajo bajarlas” se podían “arañar” algo más y es lo que se ha hecho.
La comparecencia de las ministras tras un nuevo consejo extraordinario ha sacado a la luz, una vez más, el problema de abastecimiento de material. Montero ha admitido que “se ha hecho realmente complicado” acceder a los productos que se requieren en este momento de crisis, cuando todo el mundo busca lo mismo al mismo tiempo.
“El problema con el material no reside en la incapacidad de gestión, sino con la escasez en todo el mundo”, se ha excusado. Promete, en todo caso, que “el trabajo empieza a dar sus frutos” y que a partir de este fin de semana van a comenzar a llegar las compras, a las que ha puesto una nueva cifra: 628 millones de euros. Entre otras cosas dice que se han adquirido más de 1.500 equipos de respiración asistida, y que “la llegada está secuenciada para estas dos semanas, en las que se va a producir el pico más agudo de hospitalizaciones”, comentario que sigue anunciando días difíciles.