La Diada de Cataluña cumple el protocolo anticovid y moviliza 60.000 personas


Se han convocado 131 concentraciones descentralizadas en más de 80 municipios catalanes
Las entidades sociales han denunciado la división y el tacticismo de los partidos independentistas
Sin mareas humanas, ni marchas, ni multitudes. La celebración de este año de la Diada deja una imagen muy distinta a la otros ediciones, cuando centenares de miles de personas se concentraban en las calles de Barcelona. El independentismo ha cumplido con todos los protocolos anticovid y ha movilizado 59.500 personas repartidas en los 131 actos descentralizados en más de 80 municipios catalanes.
Esta vez, por lo tanto, no se ha producido el debate de los últimos años sobre las cifras de asistentes y es que todo estaba muy acotado y controlado. Cada concentración permitía únicamente un aforo de 200 personas y solo podían acceder los previamente inscritos. Esto ha evitado las grandes aglomeraciones que cada año se producían por las calles de la capital catalana. De hecho, minutos antes de empezar los actos, los bares situados en las calles colindantes a las concentraciones estaban prácticamente vacíos, algo impensable en una Diada normal.
Pasadas las cuatro y media de la tarde la ANC ha empezado a activar cada acto y de forma escalonada los asistentes han ido entrando en los recintos preparados. Todas las personas han tenido que ponerse gel hidroalcohólico antes de entrar y colocarse en puestos ya programados. En el suelo, la organización ha pintado marcas para poder garantizar la distancia de seguridad, y es que todas las concentraciones han sido estáticas.
Sin representación del Govern en el acto central
Pese a las numerosas medidas que se han implantado, ningún miembro del Govern ha asistido al acto central que se ha realizado en la plaza Letamendi de Barcelona, justo enfrente de la sede central de Hacienda en la capital catalana. Consideran que el contexto actual de la pandemia no es favorable para realizar este tipo de actos y por eso no han participado.
En este acto central, la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie; el vicepresidente de Òmnium Cultural, Marcel Mauri; y el presidente de la AMI, Josep Maria Cervera, han sido las caras visibles de la movilización. Los tres han aprovechado para denunciar la división de los partidos independentistas y cargar contra la "disputa interna permanente".
"Exigimos una estrategia ya", ha resaltado Paluzie en su parlamento, además de mostrar el malestar contra la "táctica" de los partidos. Por su parte, Marcel Mauri, vicepresidente de Òmnium Cultural, ha pedido unidad y ha señalado que "ya basta de peleas y debates estériles". El dirigente de Òmnium ha alertado que si los partidos siguen "dejándose llevar por los intereses propios", la ciudadanía "se pondrá al frente".
El acto en la plaza Letamendi ha tenido otras 131 replicas repartidas por todo el territorio, la mayoría frente a edificios públicos de el Estado. Además, en paralelo a la preparación de cada acto, justo a las 17:14, la ANC ha hecho un llamamiento a los vecinos independentistas que no han podido asistir a concentraciones, para que salgan al balcón con 'estelades' y reivindiquen la independencia.
Una ofrenda floral de mínimos
Que esta Diada es diferente a las que se han celebrado antes era evidente antes incluso de que comenzaran los actos de este 11 de septiembre y la ofrenda floral ante el monumento de Rafael Casanova lo ha confirmado. Sin público, ni música y con un espacio muy limitado para la cobertura de medios, el primero de los festejos del día ha quedado deslucido por las medidas de seguridad y la poca participación de representantes políticos en el acto.
La representación del Govern también ha sido mínima. Solo han asistido president de la Generalitat, Quim Torra, el vicepresident, Pere Aragonès, y la consellera de Presidencia, Meritxell Budó. Otros partidos como JxCat, ERC, PDeCAT y PSC han ido pasado por al monumento de Rafael Casanova para realizar la ofrenda. Un acto simbólico tradicional que, esta vez no ha ido acompañado de la banda que cada año toca Els Segadors ni de la guardia de honor de los Mossos d'Esquadra. Tampoco ni rastros de los líderes del PPC y Ciudadanos, que han desistido asistir.

La ofrenda floral ha sido el único acto oficial que no ha sido suspendido por el coronavirus, pero a lo largo del día las distintas entidades soberanistas han hecho sus propias acciones reivindicativas. La primera ha sido la de Òmnium Cultural, que con el objetivo de homenajear a todos los "represaliados por el procés", ha colocado 2.850 sillas vacías en el Arc de Triomf de Barcelona.
El acto se ha celebrado sin público. Únicamente han asistido algunos miembros del Govern, de los partidos independentistas, y de varias entidades sociales. Todos han querido sumarse a la acción y de forma simbólica han desfilado por las filas de sillas poniendo un cartel con distintos nombres a cada una de ellas.
Arran quema una foto de la familia real
De forma paralela también se han ido organizando varias concentraciones ajenas. La izquierda radical independentista, liderada por la organización juvenil Arran, ha protagonizado la quema de una fotografía de la familia real en el paseo del Born de Barcelona, mientras participaban en la manifestación convocada. En la imagen que han prendido fuego, de grandes dimensiones, aparecían todos los integrantes de la monarquía, la princesa Leonor y la infanta Sofía.

Cerca de 200 personas han empezado la marcha en la calle Ferran, en el centro de Barcelona, y ha bajado por la Vía Laietana hasta acabar en el paseo del Born. Lo han hecho en filas de cuatro personas y manteniendo distancia entre los manifestantes.