Díaz redobla la presión a ERC para salvar la reforma laboral

La vicepresidenta se reúne con los sindicatos y con Torrent en Barcelona, elogia a ERC y vende el incremento salarial
Sánchez hace un llamamiento a todos los grupos, incluido el PP: "Las negociaciones están en marcha, pero no contemplamos otro escenario que el de la convalidación"
El PNV se mantiene en el no y rechaza la vía del Estatuto de los Trabajadores para blindar los convenios autonómicos
A una semana exacta para que el Congreso de los Diputados vote la convalidación de la reforma laboral, el Gobierno sigue tocando todas las teclas para conseguir los apoyos necesarios que permitan sacar adelante uno de los proyectos estrella de Pedro Sánchez. El sector socialista del Ejecutivo, con el propio presidente al frente, se esfuerza en pedir el respaldo de todos los grupos, incluido el PP, para dar luz verde sin modificaciones al pacto alcanzado entre sindicatos y empresarios. El sector de Podemos, liderado por la vicepresidenta Yolanda Díaz, todavía tiene esperanzas en aprobar la reforma con los socios de la investidura y sacar de la ecuación a Ciudadanos. Toda la presión se ejerce ahora mismo sobre ERC.
Ese es el objetivo del desembarco de Díaz en Cataluña. La vicepresidenta segunda se ha reunido con el líder de UGT en la comunidad, ha participado en un acto de CC.OO y este jueves visitará la fábrica de Seat en Martorell. Un despliegue para vender las bondades de la reforma laboral que ella pactó durante nueve meses de complejas negociaciones con la CEOE y con los sindicatos. En su agenda oficial no figuraba ninguna cita con miembros de Esquerra, pero al final se entrevistó con el conseller de Empresa de la Generalitat, Roger Torrent.
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Los elogios a ERC
A pesar de que los republicanos están ahora mismo en el no, Díaz no tira la toalla. "Confío en la negociación con ERC", "vamos a seguir hasta el último minuto", reiteró a lo largo del día. La número tres del Ejecutivo ha elogiado la buena relación con Esquerra y su papel clave en leyes complejas que ha sacado adelante su Ministerio como la de los riders, los ERTE o el trabajo a distancia.
La vicepresidenta, en esa labor de pedagogía, quiere jugar la baza de los salarios para convencer tanto a ERC como a Bildu. "Vamos a seguir incrementando el salario mínimo interprofesional y la reforma laboral supone el incremento de todos salarios del conjunto de la población trabajadora", ha dicho Díaz que ya ha convocado para el 7 de febrero la mesa de diálogo social para aumentar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Vamos a seguir incrementando el salario mínimo interprofesional y la reforma laboral supone el incremento de todos los salarios de la población trabajadora (Yolanda Díaz)
Pone ejemplos con números por delante. Sostiene que una persona que trabaje en el sector de transportes de mercancías en Barcelona tendrá una subida salarial de 7.700 euros al año por la aplicación del convenio del sector. "Se va a votar mejorar la vida de la gente, no un proyecto político. Es la primera vez en 40 años que una reforma recupera derechos", ha enfatizado Díaz saliendo al paso de las acusaciones que le lanzó Gabriel Rufián cuando calificó la reforma como "un proyecto personal" de la vicepresidenta.
En Podemos creen que la ministra de Trabajo tiene margen suficiente para pactar con los aliados en materia laboral fuera de la reforma. "La agenda legislativa no se agota con este acuerdo y quedan dos años de legislatura", ha dicho Jaume Asens, el presidente del grupo parlamentario, que reclama la "autonomía" y la "agenda propia" de la vicepresidenta para llegar a acuerdos con Esquerra.
Para los morados, no hay alternativa viable a la mayoría de la investidura, "ni política ni numéricamente". Recuerdan que los votos de Ciudadanos no bastan para aprobar el decreto y serían necesarios todos los partidos minoritarios y regionalistas. Y aún así, las cuentas serían muy ajustadas para el Gobierno. El empeño de Podemos tiene como objetivo el largo plazo. Quedan dos años de legislatura y pretenden seguir avanzando con los socios que hicieron presidente a Sánchez.
PSOE: "Defender el acuerdo en su integridad"
Ante las dudas que genera lo que pueda ofrecer Díaz a los aliados, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, fue tajante: "Lo que va a hacer la vicepresidenta en estos días, como hacemos el resto del Gobierno, es defender el acuerdo en su integridad". Ese es el mantra.
Fuentes socialistas ya han dejado claro que la reforma laboral no se va a tocar, no se va a tramitar como proyecto de ley y no se van a ofrecer contrapartidas a los grupos que están en el no. Además, advierten que todo lo que ponga encima de la mesa Yolanda Díaz tiene que tener el visto bueno del PSOE, que es el partido mayoritario con 120 diputados.
Mientras la vicepresidenta cortejaba a ERC, Pedro Sánchez, desde el Palacio de la Moncloa, insistía en el llamamiento a todos los grupos. Aprovechaba incluso la llamada que le hizo Pablo Casado sobre la crisis de Ucrania para reclamarle que si no vota a favor, al menos se abstenga y facilite la convalidación.
El Gobierno no contempla otro escenario que no sea el de convalidar la reforma laboral (Pedro Sánchez)
"El Gobierno no contempla otro escenario que no sea el de convalidar la reforma laboral". Palabras de Sánchez que tira del principal argumento para no tocar el texto, que la reforma nace de un pacto con sindicatos y empresarios. Presume de que su Ejecutivo ha hecho los deberes al reconstruir el consenso en materia laboral y de pensiones a diferencia de lo ocurrido en 2012 y 2013 durante los mandatos del PP.
Las negociaciones están en marcha, subraya el presidente de cara al próximo jueves. Los tanteos con Ciudadanos ya han comenzado. Inés Arrimadas ha ofrecido desde el primer momento los nueve votos de su formación si la reforma laboral no se toca ni una coma en la misma línea que defiende la CEOE. Este mismo Arrimadas se reunió con Antonio Garamendi conformando otro frente de presión.
Y a todo esto, el PNV ha trasladado su "no rotundo" a la propuesta de que la prevalencia de los convenios autonómicos, -su única condición para votar a favor-, se aborde a través de la modificación del Estatuto de los Trabajadores. Los nacionalistas vascos exigen que ese blindaje se produzca "por ley y ahora". No les valen las "promesas ni los futuribles".