El "no" de Ciudadanos a los Presupuestos deja a Sánchez a expensas de sus socios de investidura

Arrimadas se descuelga del acuerdo por las "concesiones intolerables" al nacionalismo
La decisión de Ciudadanos acaba con el tira y afloja entre PSOE y Podemos para buscar apoyos a las cuentas
Ciudadanos se queda definitivamente fuera. A Arrimadas se le ha hecho cuesta arriba el tramo final de la negociación de los Presupuestos. Si lo de Bildu ya era difcícil, la puntilla fue la incorporación ERC al acuerdo. "Las contrapartidas al nacionalismo son intolerables (..) Sánchez ha preferido la mano de Otegi y Juqueras antes que la de un partido moderado como Ciudadanos", ha dicho Arrimadas.
Es el fin. Incluso la geometría múltiple tiene sus límites. Arrimadas pone el foco en el presidente a la hora de señalar un culpable. Desde el principio, los vetos cruzados -entre Podemos y Ciudadanos y entre los independentistas y Ciudadanos- hacían casi imposible la foto final de unas cuentas transversales, la gran apuesta de Sánchez.
Lo ocurrido este jueves, el "no" de Arrimadas, reordena el escenario politico para un tiempo, además, que se prevé largo. El Presupuesto de 2021, aunque es para un año, abre un horizonte de cierta estabilidad ya que, los de Montoro lo han sido varias veces, se pueden prorrogar hasta el final de la legislatura en el peor de los casos.
Son tres años, por tanto, frente a los que la mayoría de la investidura adquiere cierto peso. Al final son esos partidos los que soportarán la aprobación de las cuentas. Para Arrimadas, Sánchez "nunca mas podrá decir que le han obligado o que no tenía otra opción. Ha preferido que se imponga la parte radical de su Gobierno en lugar de la moderada", ha dicho, dando a entender que lo ocurrido es decisión del presidente.
Aunque quizás no. Moncloa ha insitido hasta el final en que lo de sumar el "máximo apoyo posible" -Ciudadanos incluido- era una voluntad real debido a la importancia de las cuentas y el momento y no un movimiento tacticista, tendente a asegurarse para el medio palzo una mayoría alternativa. Llegados a este punto, ha resultado imposible.
La lectura rápida sugiere que Podemos ha impuesto sus tesis. No quería a Arrimadas en la foto y no va a estar. Pablo Iglesias no lo pudo dejar más claro cuando Otegi anunció el apoyo de Bildu: "Es nuestra obligación convertir la mayoría de la investidura en un bloque de legislatura y en un bloque de dirección de Estado". Luego, cuando la incorporación de ERC y el PNV insistió: "Los PGE serán históricos; la alianza aún más".
Era lo que quería el vicepresidente segundo y con lo que Sánchez, sin preferirlo, va a tener que manejarse en la gestión de la España pospandemia. En Podemos recuerdan ahora que todos los intentos que se han hecho para incorporar a la derecha ("a los partidos de la foto de Colón", los llaman) a distintos consensos han acabado igual: en fracaso.
Ciudadanos se descuelga como fin de una larga historia, que arranca en la negociación de los estados de alarma. Los apuros de Sánchez para aprobar las últimas prórrogas sacaron a luz a una Arrimadas empeñada en hacer ver que el suyo era un partido "útil", tras el estrepitoso fracaso de la estrategia del "no" de Rivera. Ciudadanos fue, con el Psoe y Podemos, el único partido que apoyó todas las prórrogas. Sánchez decidió dar un trato preferente a Arrimadas, ella aceptó. Aquel fue el germen de esa idea de mayoría a dos bandas que ha manejado Sánchez hasta ahora.
Ahora, que no ha poido ser, es cuestión de tiempo descubrir si Ciudadanos saca rendimiento de su estrategia de política útil, con la que buscaba, ya de paso, ocupar espacio de centro y alejarse de la derecha dura del PP y Vox. O si, por el contrario, le pasa factura. Arrimadas cubrió la retirada argumentando que el Presupuesto "no cumple para que lo pueda apoyar un partido de centro, liberal y moderado". Echa en falta medidas para las familias, lo autónomos y ls pymes. Presume. aun así, de haber introducido mejoras. Su mayor éxito, entre comillas, es la implantación de la tarjeta sanitaria única.
Entre las virtudes de lo ocurrido este jueves, una de ellas es haber despejado la incógnita de la ecuación más famosa de este tiempo político. Ciudadanos no estará. Se elimina, a la vez, un punto de fricción, ese tira y afloja contínuo entre Iglesias y Sánchez para ver a quién miraban para sacar adelante las cuentas. La coalición Psoe-Podemos ya tiene más claro en qué terreno se mueve, aunque sigue expuesta a todo tipo de incidencias. Pero, "hay que desdramatizar” y "naturalizar" que hay dos partidos que no siempre piensan lo mismo, insisten desde los dos sectores del ejecutivo.