La fuerte abstención determinará el resultado de las elecciones catalanas y los constitucionalistas van perdiendo


El voto por correo no compensaría la caída de la participación que puede que no supere el 60%
Narciso Michavila, presidente de GAD3: “La clave no está en los indecisos, la clave es la abstención”
Gutiérrez-Rubí, asesor de comunicación: “El Gobierno será legítimo pero con esta abstención difícilmente podrá proponer la independencia”
En estas elecciones extrañas, -de todas las celebradas en la era Covid son las que peor situación de pandemia van a tener-, el ganador se decidirá por un puñado de votos entre ERC, Junts per Catalunya (JXCat) y el PSC, según indican todas las encuestas. En este contexto es importante analizar cómo afectará el voto por correo que ya se ha triplicado respecto a los comicios de 2017, la abstención, –que amenaza con ser de récord-, y cómo se decantará el 30% de catalanes que aún no han decidido el sentido de su voto según afirma el CIS de Tezanos (aunque no todos los sociólogos creen que esa bolsa de indecisos sea tan numerosa). Aun así, esos tres factores componen un cóctel que promete una noche electoral de infarto.
El ‘procés’ ya no actúa como elemento catalizador para movilizar el voto a favor o en contra como en los comicios de 2017, tras el 1-O y el 155. En aquel momento hubo una participación histórica cercana al 80%, sobre todo en el área metropolitana de Barcelona y en la provincia de Tarragona que votó masivamente a Ciudadanos y a su candidata, Inés Arrimadas, vencedora de aquellos comicios, aunque no consiguió formar Gobierno. Ahora, por contra, lo que puede ser histórico es la abstención.
MÁS
“La clave no está en los indecisos, la clave es la abstención”, sentencia el presidente de GAD3, Narciso Michavila.
Una abstención de récord
La altísima participación fue clave el 21 de diciembre de 2017 en un clima de polarización extrema y benefició al bloque constitucionalista. Los comicios del 14F con una menor tensión independentista: “Hay menos tensión emocional colectiva sí, que haya menos tensión independentista está por ver”, puntualiza el asesor de comunicación Antoni Gutiérrez-Rubí; y el miedo a contagiarse de los electores, pueden derivar en una abstención masiva, por debajo del 60%.
- Fuerte abstención: Michavila, vaticina que en esta ocasión la participación no va a llegar al 60%, “y frente a lo que la gente cree, se abstiene más el joven que el mayor”. Hay que remontarse 30 años atrás, hasta 1992, para encontrar una participación tan baja. Entonces cayó hasta el 55%. Será determinante para ver de qué lado se inclina el fiel de la balanza. Si del lado constitucionalista o del secesionista.
- A quién beneficia una alta abstención: Cuando baja la participación quien aguanta mejor es el votante nacionalista y aleja toda opción del constitucionalismo de arrebatar la mayoría al independentismo. “Los partidos nacionalistas tienen mayoría absoluta en escaños seguro. En estos momentos los más predispuestos en ir a votar es el votante nacionalista”, augura Michavila que cree que los otros beneficiados serán Vox, la CUP, y el PDeCAT porque “tienen menos nicho de electores pero a cambio son más fieles”.
- El PSC va de menos a más y ERC tiene la llave: “Illa le da un pequeño plus pero no se puede hablar de un efecto Illa”, opina Michavila al calor de los números que maneja. “La llave la tiene ERC gane quien gane. Es el único partido que está en las dos coaliciones que pueden sumar: en la de ahora independentista, o en un tripartito de izquierda”.
- Ciudadanos, los ganadores de las catalanas de 2017, ahora son los más vulnerables. Su fidelidad y recuerdo de voto es muy frágil.
- Las causas: “Es una abstención que tiene varios nutrientes: el cansancio en Cataluña, que los indecisos finalmente se queden en casa porque creen que no es útil ni sirve su voto, tercero la pandemia, cuarto una campaña que habla más de la política partidaria que de los problemas de los catalanes. Todos los partidos están hablando de sus pactos sobre un resultado que no conocemos. Todo eso desincentiva la movilización y muchos no saldrán de su casa porque no se sienten concernidos por una campaña en la que los partidos hablan de ellos y entre ellos y no para los electores”, explica el asesor de comunicación Gutiérrez-Rubí.
El voto por correo se triplica
El miedo al contagio triplica las peticiones de voto por correo y podría actuar como factor corrector de ese alto porcentaje de votantes que se espera se queden en su casa. En los cinco primeros días de campaña, los catalanes que lo habían solicitado superaban ya en un 180%, -183.000 personas-, respecto a las 65.339 que lo pidieron en 2017 en el mismo período. Certifican el fenómeno las largas colas en las oficinas de correos, que han ampliado horarios y reforzado plantillas. Catalanes enfadados que en muchos casos todavía no entienden porqué se les obliga a votar el 14F en contra del criterio de la comunidad científica.
Ese voto será importante en estas elecciones pero pocos son los que se atreve a aventurar qué partidos se beneficiarán de este nuevo fenómeno. Son votos, unos 200.000 calculan los sociólogos y politólogos consultados, que se introducirán en la urna a las ocho de la noche, en cuanto se cierren los colegios electorales y que según Michavila están muy repartidos entre los dos bloques.
El voto por correo fue determinante en la victoria de Biden sobre Trump. En España eso no va a pasar. Se incorpora a la urna y se cuenta con todos los demás. No va a haber vuelcos de última hora. Cataluña no es Estados Unidos (Narciso Michavila)
Esa es la razón por la que todos los candidatos de todos los partidos interpelan directamente a ese ciudadano que hace cola resignado en Correos para votar. Especialmente vehementes los socialistas catalanes, Ciudadanos y el Partido Popular. Su candidato, Alejandro Fernández, lo sabe de primera mano. Entró por los pelos en 2017 en el Parlament, cuando los populares consiguieron sumar in extremis un cuarto diputado, que arrebató a C’s, gracias en su caso, no al voto por correo sino al voto en el extranjero.
“Quien tenga reservas para votar el 14F que solicite ya el voto por correo. Es muy sencillo y seguro. El voto por correo ha sido en Estados Unidos la palanca del cambio y puede serlo también en Cataluña”, pide el candidato socialista, el exministro Salvador Illa.
“Entre los que son indecisos y los que dicen que no creen que vayan a votar, arrasan en Cataluña. La clave de estas elecciones va a ser la movilización. Si nos quedamos en casa tendremos 4 años más de procés”, insiste Inés Arrimadas.
En Estados Unidos ese voto por correo fue determinante en la victoria del demócrata Joe Biden frente a Donald Trump. En España eso no va a pasar. “No va a cambiar nada después porque se incorpora a la urna. Se contabiliza con el resto. No va a haber vuelcos de última hora. Cataluña no es Estados Unidos ni Austria”.
Gutiérrez-Rubí tampoco cree que el voto por correo vaya a ser determinante, pero sí significativo. “Las dos horquillas, tanto la de Gobierno de izquierdas como la de Gobierno ‘indepe’, van a estar por encima de los 70 escaños. Aunque el voto por correo mueva uno o dos, no parece que vaya a ser determinante”.
La tercera incógnita: los indecisos
El CIS preelectoral asegura que el 30% de los catalanes aún no ha decidido el sentido de su voto. Son ciudadanos a los que ilusionar resulta esta vez una misión casi imposible. Una campaña telemática, mítines gélidos, con aforos reducidos… el pulso de la calle, como las noches en los bares, se ha perdido.
“Aquí lo más preocupante es que los indecisos dudan de por qué y para qué votar. Esto es lo realmente nuevo. Sólo así se explicaría el volumen de indecisos. No es que tengan dudas sobre a quién votar porque sobre eso hay cada vez menos dubitativos. De hecho son unas elecciones muy polarizadas desde el punto de vista ideológico y todos los duros ya saben a quién votar. Es que los indecisos empiezan a tener dudas sobre la utilidad del voto, si resolverá sus problemas, y esto es dramático”, explica el asesor de comunicación Antoni Gutiérrez-Rubí.
Es imposible que gane el bloque constitucionalista. No ha pasado nunca. La ley electoral prima al voto nacionalista (Narciso Michavila)
Michavila no comparte las cifras de Tezanos. Está convencido de que los indecisos son menos que nunca, por debajo del 6%. “Hace tres años teníamos un cuarto de millón de indecisos. Votantes nacionalistas, a favor de la independencia pero que no sabían si coger la papeleta de ERC o de Junts. Esta vez tenemos menos indecisos que nunca y está muy repartido porque el indeciso esta vez dice: si no lo tengo muy claro me quedo en casa”.
A la abstención se añade que la Ley Electoral en Cataluña beneficia a los partidos independentistas con sobrerrepresentación del voto de las provincias más ‘indepes’, Lleida y Girona, frente al peso electoral del área metropolitana de Barcelona.
“Es imposible que gane el bloque constitucionalista. No ha pasado nunca. La ley electoral prima al voto nacionalista y encima ahora el constitucionalismo tiene otro jugador más que es Vox que fragmenta aún más al constitucionalismo”, afirma convencido el presidente de GAD3
La legitimidad de un resultado con escasa participación
Si finalmente ese escenario que vaticinan los sociólogos y politólogos se cumple: victoria del independentismo y altísima abstención, ¿los líderes secesionistas estarían legitimados para después proclamar que Cataluña ha votado independencia?
“En este escenario de crisis, de pandemia, no creo que vuelvan a reeditar el ‘procés’. ERC va a tener a distancia a Puigdemont y eso le va a dar más margen. Las elecciones legitimarán totalmente el Gobierno que salga porque todo el mundo ha tenido derecho a votar. El Gobierno que salga es legítimo, pero han votado para elegir Gobierno no para ver si sigues en este modelo u otro”, dice Michavila.
El Gobierno será legítimo sea cual sea el porcentaje de participación, pero con una abstención muy alta no te legitima para hacer o decir cualquier cosa. Sin mayorías reforzadas, profundas y amplias difícilmente se puede proponer (Antoni Gutiérrez-Rubí)
“El Gobierno será legítimo sea cual sea el porcentaje de participación, pero con una abstención muy alta no te legitima para hacer o decir cualquier cosa. Sin mayorías reforzadas, profundas y amplias difícilmente se puede proponer”, concluye Antoni Gutiérrez-Rubí.
En el horizonte, el peligro de repetir unas elecciones. Conformar Gobierno en Cataluña se antoja un sudoku imposible de resolver con una ensalada de siglas y partidos que alejan mayorías suficientes para armar una legislatura estable.