Los electores castigan a la izquierda, hunden a Cs y disparan a Vox


El PSOE gana las elecciones, pero pierde apoyos y tiene más complicado gobernar
El PP recupera 22 escaños, pero ahora tiene a Vox como tercera fuerza política
Derrumbe de Cs que pierde 47 escaños y se queda con tan solo 10 diputados
Lejos de aclarar el panorama, la repetición electoral sólo ha servido para ensombrecer aún más la gobernabilidad de España y, de paso, añadir más fragmentación y más extremismo en el Congreso de los Diputados.
El PSOE gana las elecciones, pero si quiere gobernar sin el respaldo independentista necesita que se den escenarios inverosímiles: o una combinación antinatura que incluya a Unidas Podemos, Más País, PNV, PRC y Ciudadanos o una abstención ‘patriótica’ del PP siempre que sumen PSOE, Ciudadanos y, digamos, PRC y Teruel Existe… O eso o aceptar los votos de ERC. En fin, todo muy complicado. En abril le bastaba el apoyo de Ciudadanos para sumar la ahora increíble cifra de 180 escaños, pero ni se planteó. Ahora más de uno lo echará de menos.
“El partido socialista ha ganado por tercera vez las elecciones este año”, ha dicho Pedro Sánchez. Cierto, pero si Sánchez esperaba mejorar con la repetición de los comicios, ha salido trasquilado. El CIS de Tezanos le daba entre 133 y 150 escaños y al final se ha quedado por debajo del resultado de abril. De 123 a 120.
Esta vez sí o sí vamos a conseguir un gobierno progresista (Pedro Sánchez)
Pero Sánchez ni se inmuta. Ha vuelto a llamar a todos los partidos para que desbloqueen la situación política y permitan “un gobierno progresista” liderado por el PSOE. Si hay un indicio de que el presidente y candidato socialista ha entendido que el bloqueo le ha pasado factura, hay que buscarlo en estas palabras: “Esta vez sí o sí vamos a conseguir un gobierno progresista”.
No sólo el PSOE, también el conjunto de la izquierda han pagado en las urnas el fracaso de la investidura. Las izquierdas pierden ocho escaños y las derechas suben tres. En porcentaje de voto, se mantiene el empate de abril entre los dos bloques.
La mayor novedad, el terremoto en la derecha: ascenso fulgurante de Vox y hundimiento de Ciudadanos. Todo un trasvase de votos y escaños. Las derechas repiten los mismos que consiguieron en abril, 149, muy lejos de cualquier posibilidad de gobernar.
Sólo hace 11 meses no teníamos representación en ninguna institución y hoy somos la tercera fuerza política de España (Santiago Abascal)
La extrema derecha dobla de largo sus resultados de abril. “Sólo hace 11 meses no teníamos representación en ninguna institución y hoy somos la tercera fuerza política de España”, ha dicho Santiago Abascal, el gran triunfador de la noche, desde un balcón ante centenares de seguidores enfervorecidos que agitaban decenas de banderas españolas. De 24 a 52 escaños. Un resultado extraordinario y muy repartido por todo el país. Destaca en Madrid, la España interior y el arco mediterráneo; desde el Guadalquivir hasta el Ebro e incluso más allá. Vox obtiene dos escaños en, ni más ni menos, que la Barcelona agitada por el independentismo.
Faltan datos para analizar las causas profundas y tiempo para calibrar las consecuencias. Los indicios apuntan algunas cosas. Un partido que parecía venido a menos después de abril ha resucitado avivado por las llamas de Cataluña, la exhumación de Franco y una patada al consenso imperante en 40 años de democracia. “Viva España unida”, “o autonomías o pensiones”, “fuera inmigrantes ilegales”; mensajes simples que han comprado tres millones y medio de españoles. “Hemos logrado abrir todos los debates prohibidos”, ha dicho Abascal. Salvini y Le Pen le saludan desde Europa.
Vamos a ver qué plantea ahora Pedro Sánchez y después ejerceremos nuestra responsabilidad porque España no puede seguir más tiempo bloqueada (Pablo Casado)
Vox hará muy difícil una abstención ‘patriótica’ de los populares. El PP sube 22 diputados, de 66 a 88; lejos de la barrera psicológica de los 100 con la que llegaron a soñar en la campaña. "El PP ha tenido un buen resultado electoral, pero España ha tenido un mal resultado para su gobernabilidad y su futuro", ha dicho Pablo Casado ante sus militantes.
Si en abril, Pablo Casado sintió el aliento de Rivera en la nuca, ahora le marca de cerca Santiago Abascal. “Somos la fuerza moderada”, ha dicho el líder del PP, pero le va a resultar muy difícil desprenderse de Vox si quiere tocar poder. "Vamos a ver qué plantea ahora Pedro Sánchez y después ejerceremos nuestra responsabilidad porque España no puede seguir más tiempo bloqueada". Casado ha destacado el terreno que ha recuperado su formación en sólo seis meses. Pero la reconstrucción del gran partido de la derecha española está aún lejos. Entre 2011 y 2019, el PP se ha dejado 6 millones de votos. Un tremendo castigo por la corrupción y las cicatrices que ha dejado la peor crisis económica sufrida por España en su historia reciente.
Creo que los líderes deben asumir en primera persona los malos resultados (Albert Rivera)
Ciudadanos cae de 57 a 10 diputados, por debajo de lo que les auguraban las peores encuestas. Algunas de las caras más visibles del partido -Villegas, Girauta, Edmundo Bal, Hervías, Carina Mejías...-quedan fuera del Congreso. Un derrumbe que confirma la desastrosa estrategia política de Albert Rivera en el último año. Quien podía estar hoy sentado en el Consejo de Ministros emprende ahora el camino hacia la irrelevancia política por empeñarse en su veto a Sánchez. “Creo que los líderes deben asumir en primera persona los malos resultados”, ha dicho Albert Rivera, pero si alguien esperaba su dimisión, tendrá que esperar. Ha anunciado un congreso extraordinario para que su partido “tome un nuevo rumbo”.
La paradoja de Ciudadanos es que no interpretó la prioridad de sus votantes. Se ve castigado por mantener su promesa electoral, no votar a Sánchez, en vez de contribuir a la estabilidad con un pacto con los socialistas que habría sumado 180 diputados sin Podemos ni independentistas. Lo dicho, ahora les debe parecer un sueño del que acaban de despertar bruscamente.
Unidas Podemos ha resistido la irrupción de Íñigo Errejón con Más País. Pero se deja por el camino siete escaños. Iglesias ha responsabilizado a Sánchez de haber propiciado con la repetición electoral “la presencia en el Congreso de una de las extremas derechas más fuertes de Europa”. Pese a todo, se ofrece para negociar de nuevo con los socialistas un gobierno de coalición que, si en abril “era una oportunidad histórica, ahora es una necesidad histórica”.
En abril, el gobierno de coalición con el PSOE era una oportunidad histórica, ahora es una necesidad histórica (Pablo Iglesias)
En Cataluña, el PSC no supera a ERC pese a que la formación de Junqueras ha perdido dos escaños. El partido de Puigdemont, sin embargo, vuelve a demostrar su resistencia y sube un escaño. Continúa, por tanto, la competencia por la hegemonía del independentismo que explica tanto de la dinámica del procés. La CUP, que se presentaba por primera vez, consigue dos escaños. Prometieron ir a Madrid “para hacer ingobernable el país”. El independentismo en conjunto mejora levemente su representación, pero no logra imponerse en votos a los no independentistas.
Cuatro elecciones generales en cuatro años y por primera vez dos elecciones en un mismo año, abril y noviembre de 2019. La fatiga del electorado se ha notado en la caída de seis puntos en la participación. El hartazgo con la política tradicional que viene registrando desde hace meses el CIS explica fenómenos como la irrupción de ¡Teruel Existe! El nuevo cantonalismo como respuesta al descontento con los partidos nacionales.
Al sistema político español le cuesta aún navegar el escenario multipartidista desatado por la combinación de las tres ‘Cs’: crisis, corrupción y Cataluña. Del turnismo entre socialistas y populares, España ha pasado a un multipartidismo a la italiana, “pero sin italianos”, como advirtió ya hace años el expresidente Felipe González. Que es tanto como decir fragmentación política por encima de la capacidad de los líderes para gestionarla.
El liderazgo se ha rejuvenecido súbitamente. Hemos saltado de los nacidos en la década de los 50 (Rajoy, Rubalcaba) a una nueva generación nacida en los 70 e incluso primeros 80 (Casado). Pero lo que no ha cambiado ha sido la cultura política: gobernar en coalición desde la Moncloa sigue apareciendo como un tabú insuperable. Veremos si esta vez cambia o vamos a terceras elecciones.