Escrivá e Iglesias cronifican sus diferencias

La jubilación y el IMV generan nuevos roces del ministro de Seguridad Social con el vicepresidente Iglesias y la ministra de Trabajo
El 29 de mayo, en la sala de prensa de Moncloa, ya se vio que entre los dos políticos que flanqueaban a la ministra portavoz, María Jesús Montero, en aquella rueda de prensa había un mundo. El que habló primero cuajó su discurso de ideas y grandes conceptos; el otro se enfrascó en los números. Uno se manejó desenvuelto ante los medios, al otro se le notó menos suelto, casi incómodo. Aunque hablaban de lo mismo, se enfrentaban al asunto que les traía entre manos desde una distancia más allá de lo escenográfico.
Pablo Iglesias, vicepresidente segundo del Gobierno, y José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social, eran ellos dos, presentaban entonces, juntos, el Ingreso Mínimo Vital. Las diferencias que se apreciaban entrelíneas de aquella comparecencia, son una anécdota ante la distancia que, en lo político, han dejado traslucir durante este tiempo de coalición. Son, de alguna manera, vecinos de alas distintas del Gobierno en el que conviven.
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Decir que Escrivá e Iglesias (y, por extensión, Podemos) están permanentemente a la greña es mucho decir. Decir que el ministro de la Seguridad Social mantiene una relación difícil con los socios de coalición, con varios frentes abiertos, es un hecho. Ahora mismo, y sin ir más lejos, Escrivá está en pleno debate (público además, que siempre complica estas cosas) con su colega de Trabajo, Yolanda Díaz, a cuenta de la edad de jubilación. Él apuesta por incentivar el trabajo más allá de los 65. Ella cree que eso limita el espacio laboral a los más jóvenes, no le parece “el camino correcto”.
El debate es complejo y no se va a resolver ni hoy ni mañana. Para lo que nos ocupa, lo relevante es que Díaz le recrimina a Escrivá que apunta en mala dirección justo después de que Pablo Iglesias tachara de “inaceptable” el retraso en los pagos del Ingreso Mínimo Vital. Ése que presentaron juntos, y que es tarea del ministerio de Escrivá. Lo dicho, frentes múltiples.
"Un ministerio prudente"
Te suelta lo de “inaceptable” uno de la oposición y te enfadas. Pero te lo dice uno de tu mismo Gobierno… y tratas de hacer como que no se note. “Somos un ministerio prudente”, contestan fuentes del departamento de Seguridad Social (como si otros no lo fueran) cuando se intenta saber cómo ha encajado el ministro el calificativo usado por el vicepresidente en la entrevista que dio a La Vanguardia.
“El ministro anunció varios cambios en el Ingreso Mínimo Vital. Ha explicado esos cambios normativos y ha dado datos. No somos de darnos por aludidos, sino de ponernos a trabajar”, apuntan esas mismas fuentes intentando que el fuego no vaya a más. Son ya unos cuantos y no es la primera vez que la chispa salta desde el IMV. El ingreso nació dando guerra, entre Iglesias y Escrivá. Las prisas del primero chocaron entonces con la cautela que pedía el segundo para poner en marcha un mecanismo tan complejo.
Ha habido, pues, discrepancias por la puesta en marcha y por la aplicación. Y es que, obviamente, no es lo mismo estar en la sala de máquinas que en el puente de mando. El propio Escrivá se lo ha dado a entender a Iglesias con aquello de que “cualquiera que conozca bien la administración” pondría en valor la gestión realizada en el IMV.
Se diría que el ministro de Seguridad Social le reprende al vicepresidente su desconocimiento de las tripas del poder. Lo que, en la calle, se viene a llamar no quedarse con nada de nadie. Y de esas cosas proceden la mayoría de los cortocircuitos. Uno es más técnico, otro es más político. Uno está más en las letras, otro en los números. Iglesias a veces ni ha reparado en qué departamento se encarga de cada asunto, haciendo que su vicepresidencia, la de Trabajo de su compañera de partido y el ministerio de Seguridad Social de Escrivá formaran una especie de Triángulo de las Bermudas.
Lo que la coalición ha unido, que no lo separe el día a día.
Pasó en otra polémica reciente. Iglesias se lanzó a prometer la baja retribuida para los padres de escolares en baja preventiva, sin ser positivos de la covid. Aún hoy no está decidido. Pero no solo eso, sino que remó en favor de sus ministros señalando que la tal medida (muy popular) ya la estudiaba Trabajo. Y en Trabajo nadie sabía nada. Es cosa de Seguridad Social. De un Escrivá que, de nuevo a la defensiva, le recordaba a Iglesias en Onda Cero este lunes que el “ministro competente”… es él.
Es un episodio más de tantos. Escrivá se ha movido entre la banca y la administración. Iglesias entre la universidad y los medios. Escrivá llegó con fama de ortodoxo, encargado de domar la fiera de las pensiones. Iglesias tiene como enemigo el “austericidio” de la última crisis. Escrivá procede de la Airef, donde lo puso Rajoy. Iglesias, es el líder de Podemos.
Aun así, ahí están. Construyendo lo que llaman “el escudo social”, por encima de esas diferencias que les han convertido esta semana en noticia. Lo que la coalición ha unido, que no lo separe el día a día.