Feijóo endurece sus críticas a Casado y Génova responde que es el momento de una "nueva generación" de líderes


Casado y Feijóo se ven las caras en Génova para rebajar la tensión en una cita que no estaba programada
El presidente de la Xunta avisa: "Del pasado no se reniega, se aprende"
El todopoderoso presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, abandona Génova, la todavía sede del Partido Popular, a toda prisa. Se ha reunido durante más de una hora con el líder del PP, Pablo Casado y no hace declaraciones. Una cita ‘clandestina’ pero que una cámara de televisión indiscreta ha reventado. “Es un encuentro de lo más normal. Hablan frecuentemente”, asegura el núcleo duro de Casado intentando restarle importancia a las palabras del barón gallego. Pero Feijóo lleva los tres últimos días subiendo el tono de sus críticas. Primero dijo que de lo que se trataba era de “ganar elecciones” y no de vender sedes, después reprochaba el “doble mal resultado” de las elecciones catalanas y lo último es que “del pasado no se reniega, se aprende”, tras la huida hacia delante del presidente del PP rompiendo con Rajoy y Aznar.
Cada vez ‘menos gallego’, el barón Feijóo, ha dado un golpe en la mesa y exige un ejercicio de autocrítica y que se le consulte. A toro pasado, con la venta-alquiler de la sede de Génova. A futuro sobre todo, con la convención programada para otoño, cuando Casado pretende “unir a todo el espacio de centro” y activar de forma definitiva la operación de absorción de Ciudadanos, pero el dirigente gallego reprocha que no hayan sido capaces de rentabilizar la debacle de Ciudadanos. “Cuando hay otro partido que tenía 36 escaños, pierde 30 y nosotros no somos capaces de conseguir ninguno de esos 30 es un doble mal resultado”.
Casado y Feijóo se reúnen por sorpresa en Génova en uno de los momentos de mayor tensión entre ambos. Desde la dirección nacional restan importancia a las críticas del barón gallego y circunscriben el encuentro dentro de la "normalidad"
Convertido en portavoz del malestar de buena parte del poder territorial que aún le queda al PP, le ha hecho saber a Casado que no le ha gustado nada la huida de la sede de Génova, y le ha recordado que es algo que no puede hacer sin contar, o al menos informar antes, a los referentes y únicos dirigentes con poder real del partido. “Si cada vez que un partido tiene problemas con algunas personas de ese partido, se tiene que ir de donde está, igual aquí no quedaba ninguna sede”, ironizaba el dirigente gallego inusitadamente locuaz y directo en una entrevista en TVE. Ni él ni ningún líder territorial, salvo Isabel Díaz Ayuso, estaba al tanto de la ‘mudanza’ de Génova, 13 huyendo de los goterones de corrupción que pudren las siglas del Partido Popular.
“Es que lo de la sede es controvertido. Quiere que se escuche su opinión. Está marcando territorio como ‘reserva de autoridad moral’ del partido pero no creo que llegue la sangre al río
“Es que lo de la sede es controvertido. Quiere que se escuche su opinión. Está marcando territorio como ‘reserva de autoridad moral’ del partido pero no creo que llegue la sangre al río”, admite a NIUS un dirigente popular muy próximo a Pablo Casado.
Y tanto. Mientras la dirección nacional, y su secretario general, Teodoro García Egea, pilotan la ‘operación mudanza’ y se desgañitan intentando convencer al mundo entero que detrás no hay motivos económicos, va Feijóo y desmonta todo el plan. “Se debe un porrón de dinero”. Así, sin paños calientes, dejando en evidencia el relato algo más épico de Pablo Casado.
Una nueva generación de líderes
La escalada de declaraciones de Alberto Núñez Feijóo se ha entendido desde Génova como una andanada contra el liderazgo de Pablo Casado, así que se han decidido a repeler el ataque.
Si Feijóo deja caer que Casado ni gana elecciones, ni mejora resultados, ni consolida la marca PP después de estar dos años al frente del partido, Casado contraataca asegurando que es tiempo de “una nueva generación de líderes”. Exactamente el mismo argumento que ha utilizado una de sus dirigentes de confianza. Isabel Díaz Ayuso encargada una vez más, de amplificar un recado con un único destinatario, Alberto Núñez Feijóo, eterno candidato a hacerse con las riendas del PP. “Todos los partidos tienen sus etapas. Nosotros somos una nueva generación que ha dado un paso al frente en un Congreso, y lo que queremos hacer es seguir dirigiendo un proyecto que queremos que culmine en Moncloa”.
Todos los partidos tienen sus etapas. Nosotros somos una nueva generación que ha dado un paso al frente en un Congreso (Isabel Díaz Ayuso)
Ella tiene 42 años, Casado 40 recién cumplidos. Para el barón gallego, a punto de estrenar sesentena, once años al frente de la Xunta, un cuarto de siglo en política, habría pasado su tiempo según los jóvenes líderes del PP, en un intento de expulsarle definitivamente de la carrera por el liderazgo del Partido Popular.
“Lo de las críticas y el enfado de Feijóo hay que entenderlo como ejercer de padre de los niños”, explica una fuente muy cercana al presidente popular.
Lo de las críticas y el enfado de Feijóo hay que entenderlo como ejercer de padre de los niños
Pero a pesar de los intentos de Génova por afianzar a su líder en uno de sus momentos más delicados, con una nueva derrota electoral a su espalda y con el PSOE a unos kilométricos doce puntos de ventaja respecto al PP según el CIS, la sombra alargada de Feijóo siempre está ahí. Y la de la ‘joven’ Ayuso también. Y no hay forma de desembarazarse de ellos. Se dejan querer y presumen de logros y gestión al frente de sus feudos mientras Pablo Casado, sin poder real alguno, se desgasta.
Esta semana una fuente del entorno de Casado aseguraba que “no suenan tambores de guerra porque no hay tamborileros”. A ver si al final sí que los hay.