Fernández Díaz defiende su inocencia en el Congreso: niega tener conocimiento de la operación Kitchen

"Yo no acuso a nadie, estoy defendiéndome", responde sobre la posible implicación de Rajoy y Cospedal
Apunta al PP al señalar que Bárcenas "no es el tesorero del Ministerio del Interior"
El exministro del Interior dice que su exsecretario de Estado de Seguridad le "ha decepcionado profundamente"
El principal político imputado en el caso Kitchen, el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz, ha sido interrogado en la comisión Kitchen del Congreso. Ha sido uno de los platos fuertes antes de las comparecencias finales de María Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy. El exministro, que fue suspendido de militancia del PP de forma provisional tras ser procesado, ha defendido su inocencia. Ha negado cualquier relación con la operación Kitchen montada en Interior para espiar al extesorero del PP Luis Bárcenas para robarle pruebas que pudieran implicar a dirigentes del partido en casos de corrupción.
"Esa operación, con mi conocimiento no se ha hecho", ha proclamado el exministro que ha acudido a la comisión acompañado de su abogado. "A mí nadie me habló de esa operación ni nominalmente ni conceptualmente", ha añadido. "Saben que yo nunca hubiera dado luz verde nunca a una cosa de esas", ha insistido una y otra vez. Ha sido su estrategia ante los diputados que le han interrogado.
Si se hizo fue sin mi conocimiento porque saben que yo no hubiera dado luz verde nunca a una cosa de esas. ¿Está claro? (J. Fernández Díaz)
Fernández Díaz dice que no dio órdenes a su número dos, el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, para poner en marcha esa trama policial entre los años 2013 y 2015. "Ni al señor Martínez ni a nadie. Sé muy bien lo que significa obstruir la justicia", ha dicho el exresponsable de Interior que ha admitido que el secretario de Estado, el que fuera su hombre de máxima confianza, le "ha decepcionado profundamente".
Uno de los argumentos que ha esgrimido es que su agenda era "muy intensa" en un Ministerio con casi 200.000 personas y "muy jerarquizado". Como ejemplo, ha recordado que cuando la Policía Nacional registró la sede del PP de la calle Génova se le puso "cara de tonto" porque no sabía nada.
La implicación de Rajoy y Cospedal
Varios diputados han preguntado a Fernández Díaz sobre la posible implicación de Mariano Rajoy y otros miembros de la cúpula del PP. "Yo no acuso a nadie, estoy defendiéndome", ha enfatizado en varias ocasiones. Según él, ni Rajoy ni la exsecretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, le "hicieron referencia" a los asuntos de corrupción que afectaban al PP. Aunque eso sí, ha afirmado que Luis Bárcenas era el tesorero del PP, "no era el tesorero del Ministerio del Interior". Según él, el caso Kitchen no nació en el Ministerio como el "caso GAL o el caso Faisán".
La defensa del ministro, en su recurso, sí ha apuntado a Rajoy y a Cospedal al mencionarles en su recurso porque aparecen en la investigación en las grabaciones y agendas del excomisario José Manuel Villarejo que son la base de la causa. Sobre su relación con Villarejo, el exministro sostiene que "no ha despachado nunca" con él, que tan solo lo saludó en dos ocasiones "circunstancialmente" durante los cinco años como máximo responsable del Ministerio del Interior.
Yo he estado sentado delante de un juez, investigado. Y ante él y ante ustedes defiendo mi inocencia. ¿Está claro? (J. Fernández Díaz)
El juez de la Audiencia Nacional que ha instruido el caso, Manuel García Castellón, sostiene que el exministro es el cerebro de la trama policial que espió a Bárcenas para sustraerle información. Además, cree que abusó de sus funciones conociendo su "ilicitud" y pidió al que fuera su número dos, el secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez, poner en marcha la trama.
Las últimas palabras del exministro en la comisión han sido para proclamar que es inocente: "Yo he estado sentado delante de un juez, investigado. Y ante él y ante ustedes defiendo mi inocencia. ¿Está claro?". Unas palabras que no han convencido a los diputados. El portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, le ha dicho claramente que no se creía sus explicaciones y que era imposible que no conociese la trama de espionaje que había montada en su Ministerio.