El Gobierno reconoce y repara la memoria de "El Murallas" y otros tres perseguidos por el franquismo en la Guerra Civil

La vicepresidenta Calvo preside el acto en vísperas de llevar al Consejo de Ministros una reforma de la ley de Memoria Histórica
“Aquí estuvo Murallas”. En tiempos de la Guerra Civil, así decía la inscripción que hizo famoso a Florencio Moral Esteban. Murallas era él, y lo de “aquí estuvo…” era la forma de dejar su impronta tras las líneas enemigas. Burlar esas líneas era su especialidad.
Moral Esteban, nacido en Las Navas del Marqués, de familia humilde y formación escasa, desarrolló como combatiente republicano las cualidades que le atribuyen quienes han buceado en su biografía. Era hábil, inteligente y tenía gran memoria, cuenta de él Mariano Moral en elnaviero.com. Con esas armas se dedicó a tareas de espionaje y contraespionaje, sembrando el desconcierto del bando franquista. En el frente de Madrid, y alrededores, por donde se movía, le llegaron a considerar poco menos que un fantasma. Dicen que el eco de sus hazañas le llegó al propio Franco, que habría pedido verle muerto.
Lo del “Aquí estuvo Murallas” se había extendido por el frente. El bando republicano aprovechó la fama de Moral Esteban para firmar con su apodo el paso por algunos pueblos que iba ocupando. La firma del Murallas aparecía en un mismo día en lugares tan distantes que era imposible para él haber estado en ambos. Hay quien duda incluso que él la escribiera nunca, siendo como era analfabeto.
A Moral Esteban lo capturaron los franquistas en El Escorial y lo encerraron en el convento de las Carmelitas, de donde salió por última vez camino de la tapia del cementerio para ser fusilado tras un juicio sumarísimo. Aún entonces estuvo a punto de escapar. Dispararon mal y se dio a la fuga. Con una pierna herida apenas pudo alcanzar un puente donde fue localizado por los guardias que acabaron allí mismo con su vida.
Reparación y reconocimiento
Cuatro historias semejantes a la suya son las que se recordarán este miércoles, en Valladolid, en el acto de entrega de declaraciones de reparación y reconocimiento personal a víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista que presidirá la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo. Los cuatro sufrieron persecución por razones políticas e ideológicas. Como el Murallas, cada uno tiene su propia historia.
Calixto Carbonero Nieto. Viajante de comercio, fue condenado en noviembre de 1936 en Consejo de Guerra en Salamanca por el supuesto delito de rebelión militar a la pena de 30 años de reclusión mayor. En 1938 fue condenado a la pena capital por Consejo sumarísimo de guerra por su supuesta participación el 22 de mayo de 1938 en una sublevación de presos en el penal de la fortaleza de San Cristóbal. Fue fusilado en la Ciudadela de Pamplona tres meses después.
Aurelio García Valea. En el verano de 1936 ocupaba el cargo de gestor en el Ayuntamiento de Tordesillas (Valladolid) y al estallar la Guerra Civil hizo lo posible porque esa localidad se mantuviese fiel al orden constitucional. Fue condenado en un Consejo de Guerra en octubre de 1936 a la pena de muerte por un supuesto delito de rebelión militar. Esta pena fue conmutada a reclusión perpetua, pero falleció finalmente por una endocarditis en la prisión central de Burgos, el 15 de mayo de 1939.
Saturnino Bilbao de Prada. Fue juzgado y absuelto por un supuesto delito de rebelión militar en agosto de 1936 relacionado con la toma de la casa del pueblo de Valladolid, donde el afectado tenía el cargo de conserje y en la que se habían refugiado numerosos ciudadanos fieles al orden constitucional. Sin embargo, el 10 de abril de 1937 fue extraído de la "Cárcel de cocheras de tranvías" de Valladolid y ejecutado extrajudicialmente en el "pago del pescadero" en Laguna del Duero (Valladolid)”.
Nuevo proyecto Memoria Histórica
El acto en Valladolid llega justo antes de que Calvo lleve a la mesa del Consejo de Ministros un nuevo proyecto de ley de Memoria Histórica, este mismo mes de julio. La intención de la vicepresidenta es subrayar con su asistencia la importancia de la entrega de las declaraciones de reparación y reconocimiento personal creadas con la Ley de Memoria Histórica de 2007. Y que ahora se pretenden mejorar aprovechando la reforma.
A Calvo le acompañará el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, en la entrega de los certificados a los familiares de Calixto Carbonero Nieto, Aurelio García Valea, Florencio Moral Esteban y Saturnino Bilbao de Prada. Todos sufrieron "persecución por razones políticas e ideológicas durante la Guerra Civil", dice el comunicado del Ministerio, en el caso de Moral Esteban, también durante la dictadura.