Ayuso y Feijóo confrontan sus dos estilos de hacer política en el Congreso de Madrid

Isabel Díaz Ayuso ya tiene el todo el poder en Madrid. Ayer su jefe, Alberto Núñez Feijóo, acudió al cónclave de su entronización a darle su bendición. "Sin tutelas" dejó claro la baronesa madrileña, cosa que agradece tras la relación convulsa con el PP de Casado. "Nada que ver", responden con satisfacción indisimulada desde su entorno.

"Verás qué ambientazo", prometía Ayuso a su nuevo jefe de filas antes de entrar en el plenario del cónclave popular. Y el espectáculo no ha decepcionado. Díaz Ayuso se ha dado un baño de felicitaciones de dirigentes de todo el mundo. "Una de las mejores líderes regionales en Europa", aseguraba uno de ellos, mientras la flamante baronesa del PP sacaba toda la artillería contra la izquierda y el Gobierno de Pedro Sánchez en su primera intervención, durísima, como presidenta del PP de Madrid.

Este sábado ha sido la primera vez en que ambos se han cogido la medida y han confrontado sus distintas visiones de hacer política. Feijóo quiere un PP centrado en la economía y la gestión y alejado de las "algaradas", las "cortinas de humo" y los "debates estériles". Ayuso pretende erigirse en la guardiana de las esencias ideológicas de los populares. Los dos con un mismo objetivo: desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa.

"El centro derecha no puede dejar que la izquierda colonice problemas y pervierta hasta las palabras y pasar después sólo a arreglar la economía. El PP ha de dejar su sello, el de sus convicciones e ideas", defiende Ayuso.

"A estas alturas de mi vida y de mi carrera política, con la situación económica, social e institucional del país, no quiero perder el tiempo en debates que no llevan a ningún sitio", replica el gallego.

Feijóo y Ayuso exhiben sintonía pero no ocultan sus diferencias. Fuentes muy cercanas a la presidenta madrileña aseguran que ella es así y no va a cambiar. Niegan que le haya "puesto deberes" o "pretenda enmendar la plana" al presidente nacional del PP. "Son visiones complementarias", insisten. "Son un buen tándem. Se ha demostrado la sintonía entre ambos", dicen desde el lado de Feijóo.

El presidente del PP ha entendido que Ayuso es un ciclón electoral que le permite intentar rescatar a los votantes que se fueron a Vox. Algo que ambiciona el gallego y que nunca han ocultado mientras él cultiva su perfil de moderado para seducir a los socialistas desencantados con Pedro Sánchez. Un reparto de papeles para ensanchar el partido, algo imprescindible para llegar a La Moncloa.

Así que ella seguirá marcando terreno en la política nacional. "¡Cómo no vamos a hablar de España desde Madrid! Somos un contrapeso", afirma convencida. Y a eso se entregó ayer. A atacar la izquierda "amiga de las narcodictaduras" y a un PSOE que "no funciona".

Contra ministra Irene Montero, "una señora que nos da lecciones de feminismo cuando su mayor éxito político es ser 'pareja de'; el aborto; el "franquismo, "de rabiosa actualidad mientras ETA es el pasado", y como no, el nacionalismo y la lengua española en Cataluña. "Se han inventado una nación. El nacionalismo es propio de las no naciones ". Eso después de que Feijóo defendiera e Barcelona la "nacionalidad catalana" hace unos días.

Cuba, Venezuela, la izquierda del "politono en el móvil de república bananera", los porros, nada se ha librado de los mandobles de Ayuso mientras su público aplaudía a rabiar. Ella no va a renunciar a ser ariete contra el Gobierno de Sánchez

Feijóo y Ayuso ayer enterraron definitivamente el 'casadismo' con la celebración del congreso del PP de Madrid. El mismo que se resistió a convocar Pablo Casado cuando estaba al frente de Génova, lo que desató una guerra fratricida que terminó con él en su casa. "Nos ha costado un pelín llegar hasta aquí", admitía la baronesa madrileña. Justo antes Feijóo le ha hecho entrega de todo el poder orgánico en la región. Algo impensable hace sólo unos meses.

"Desde hoy, Isabel y su equipo son más libres para conseguir un PP de Madrid más libre y un Madrid más libre", proclamaba solemnemente el líder del PP que ha dado orden de "no hablar más del pasado" porque "no interesa".

Los populares daban ayer el pistoletazo de salida a una muy larga campaña electoral con tres metas volantes. La primera a la vuelta de la esquina con las andaluzas. La segunda, el año que viene, con las elecciones autonómicas y municipales.

Feijóo le ha encomendado a Ayuso la misión de hacerse con una mayoría absoluta. "Hoy se pone la primera piedra", ha dicho. Eso y el espaldarazo público a José Luis Martínez-Almeida que quedó muy tocado tras la guerra total en el PP y que ahora está rendido a Ayuso. "Estoy absolutamente seguro de que seguirá siendo alcalde de Madrid", subrayaba el gallego.

A cambio Isabel Díaz Ayuso ha puesto al servicio de Feijóo la poderosa maquinaria del PP de Madrid y a sus "tabernarios" para ganar las elecciones generales cuando toquen. Esa es la meta final. Ella insiste en que no tiene más ambición que Madrid. También se lo aseguró a Pablo Casado, pero él no la creyó.