Ayuso irrita a todas las comunidades, incluidas las del PP, por "ir a su bola"


Feijóo dice que con su gestión "no se sentiría responsable" y Page lo califica de "obsceno"
El entorno de Ayuso la defiende: "Ella ha tomado medidas que otros no"
El pulso entre Feijóo y Ayuso pone en apuros a Casado que dice que ambos "actúan exactamente igual"
La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, lo ha vuelto a hacer. El resto de comunidades autónomas asisten atónitas a cómo la líder madrileña “va presumiendo” de relajar las medidas contra la tercera ola de la pandemia mientras ellos no hacen más que pedir nuevos sacrificios a sus vecinos y a los hosteleros. Esta vez el enfado es a derecha e izquierda y nadie disimula.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, no se cortaba y afeaba a Ayuso su gestión "no responsable" de la pandemia en una entrevista en La Voz de Galicia este fin de semana, y que luego ha matizado. “Madrid ha optado por una decisión por la que yo no me sentiría responsable si la tuviese que aplicar en Galicia y, por tanto, he optado por otra”. Galicia con 552 nuevos contagios en las últimas 24 horas y 67 fallecidos este fin de semana, ha decidido el cierre total de la hostelería durante tres semanas. Lo mismo han hecho Murcia, Andalucía, y Castilla y León, todas del PP. Madrid con 1.269 nuevos casos, 563 en las últimas horas y 61 fallecidos, no cierra los bares y establece medidas más laxas.
Desde el viernes la mascarilla será obligatoria en bares y restaurantes. Y la ventilación -preferentemente natural-, un derecho de los consumidores.
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) February 1, 2021
Pronto recuperamos las horas de los toques de queda. En terrazas las mesas vuelven a 6 comensales.
Al grito de “para arruinar a la hostelería, conmigo que no cuenten” Ayuso ha ido todavía más lejos. Mientras Sanidad reclama a las comunidades autónomas que sean más duras “todo lo posible”, ella amplía a seis personas las reuniones en terrazas, promete revertir el toque de queda a las doce de la noche en cuanto se pueda y dice que vacunará a los camareros, después de reunirse con propietarios de bares y restaurantes.
Esto ha sentado a cuerno quemado a las regiones limítrofes. El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, ya ha dicho que es “obsceno”. No ha mentado a Madrid, pero no ha hecho falta. Blanco y en botella. “Resulta obsceno que algunos en algunas regiones vayan presumiendo de ser generosos con no sé qué recortes y lo tengamos que pagar el resto. No es justo, ni serio, ni razonable en un país que se precie de ser un país”, se desahogaba el castellano manchego. Su comunidad es una de las que más incidencia de nuevos casos tiene y Page echa la culpa en parte al efecto frontera con Madrid.
Resulta obsceno que algunos en algunas regiones vayan presumiendo de ser generosos con no sé qué recortes y lo tengamos que pagar el resto. No es justo, ni serio, ni razonable (Emiliano García-Page)
En el entorno de la presidenta se defienden ante “los pulsos políticos” del resto de administraciones. “En Madrid, Díaz Ayuso ha tomado medidas que otros no: construir un hospital, abrir los colegios cuando nadie quería, abrir las universidades, mantener la hostelería abierta, pedir test en las farmacias y bajar los impuestos. Sí: Ayuso toma medidas que cree mejores para la sociedad”, presumen.
Díaz Ayuso ha tomado medidas que otros no: mantener la hostelería abierta, pedir test en las farmacias y bajar los impuestos. Sí: Ayuso toma medidas que cree mejores para la sociedad
El PP de Madrid ha entrado al trapo contra García Page. "¿Cuántos castellano-manchegos vienen cada día a Madrid a trabajar y a ser atendidos en nuestra excelente sanidad pública? A García Page le molesta. Para nosotros es un orgullo", respondían frente a lo que consideran un nuevo ataque de Page contra su presidenta. Pero el presidente castellano-manchego piensa todo lo contrario. Lamenta el efecto de "fuga sanitaria" que sobre su comunidad tiene "esa sexta provincia de La Mancha", en referencia clara a Madrid.
El pulso entre Ayuso y Feijóo pone en apuros a Casado
Su otro vecino, Castilla y León y su presidente, el popular Alfonso Fernández Mañueco, no quieren cargar las tintas ahora que está en juego el liderazgo de Pablo Casado en las elecciones catalanas, pero el malestar es evidente. Su vicepresidente, Francisco Igea, -la parte de Ciudadanos en el Ejecutivo de coalición, y por tanto no sujeto a esas lealtades-, reclamaba en las redes sociales “no aflojar, porque no es el momento”. Todo un toque de atención frente a la actitud más laxa de Ayuso.
Hace sólo tres meses, los presidentes de Castilla y León y Castilla-La Mancha no daban crédito cuando Ayuso se descolgó en sus mismas narices del acuerdo que habían sellado para cerrar las tres comunidades el puente de la Constitución. Isabel Díaz Ayuso se reunió con ellos, pactó con ellos, y minutos despúes, en directo en rueda de prensa, se descolgó del acuerdo. Desde entonces, no han vuelto a verse las caras los tres juntos, a pesar de que se habían comprometido a mantener reuniones periódicas y adoptar medidas conjuntas para hacer frente a la Covid.

Dirigentes populares consultados por NIUS reconocen que “no ayuda nada que Ayuso vaya a su bola”. Son conscientes de que los hosteleros en sus territorios “están que trinan” y que no terminan de entender por qué en Madrid los bares están abiertos y en sus comunidades no. “La gente sólo ve eso y no que las UCI están tensionadas”, lamentan. “Pero si incluso en Barcelona la han jaleado. Fíjate. ¡A una de Madrid!”.
Así es. “Ayuso ven aquí”, gritan megáfono los hosteleros del barrio de Gracia de Barcelona, el más independentista de la ciudad. Reconvertida en la santa patrona de los bares, restaurantes y terrazas, viajó a Barcelona para hacer campaña este fin de semana con la misión de amarrar los votos de ese colectivo frente a Vox. Y mientras firmaba autógrafos, daba lecciones de gestión. “Es un delito que con el clima que tenéis, tener todo cerrado, tener a la gente arruinada”, clamaba.
Una “decisión fácil” dice Ayuso y eso indigna al resto de líderes autonómicos, que ellos sí, han tenido que adelantar toques de queda, confinar pueblos y cerrar la hostelería con fuerte contestación del sector. No sólo eso. El pulso entre Díaz Ayuso y Feijóo pone en aprietos a su presidente Pablo Casado que presume de unidad de acción de sus barones territoriales frente al Gobierno ”cobarde” de Pedro Sánchez que “los deja abandonados”. Hasta el punto que Casado opta por no mojarse y en un difícil juego de equilibrios llega a decir que Ayuso y Feijóo actúan “exactamente igual” en su lucha contra la pandemia. Va a ser que no.