Ayuso 'enreda' a Gabilondo con el cordón sanitario: "Si no quieren a Vox que me apoyen a mí"

Ayuso reta a Gabilondo a que la apoye si no quiere que esté Vox y Gabilondo responde: "Ni con Vox, ni con Ayuso"
El politólogo Pablo Simón que es muy complicado hacer un 'cordón sanitario' a la tercera fuerza del país
"Es más una estrategia de campaña que un giro estratégico", opina Simón sobre el 'cordón sanitario' con el que la izquierda presiona a Ayuso
La izquierda en bloque lleva 48 horas presionando a Isabel Díaz Ayuso para que se sume a un ‘cordón sanitario’ contra Vox. El socialista Ángel Gabilondo arrojó el guante a la cara de Isabel Díaz Ayuso al pedir que Madrid no se convierta “en la primera capital de Europa donde gobierne la ultraderecha”. 24 horas después Ayuso se la devuelve y reta a Gabilondo: “Si no quieren que esté Vox, que me apoyen y solucionado”.
Según todos los sondeos, el PP ganará en Madrid pero necesitará los votos de Vox para conseguir la investidura. La única manera de evitar que Vox sea decisivo es la izquierda apoye al vencedor de las elecciones, pero por ahí Gabilondo no pasa: "Ni con usted ni con Vox. En el Gobierno de Madrid no queremos ni a Vox ni las ideas de Vox que blanquea y extiende Ayuso. Debe abrirse la luz frente a la oscuridad. Debe vencer la esperanza”.
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¿Debería la izquierda apoyar a la candidata del PP para que revalide su Gobierno durante dos años más y así cortar el paso a Vox en las instituciones? Por raro que pueda sonar, es lo que ha sucedido en Francia con su propio ‘cordón sanitario’ frente a la extrema derecha de Le Pen. Los conservadores no pactan con la extrema derecha y la izquierda le respalda para evitar que los votos del Frente Nacional sean decisivos. Es lo que ocurrió en 2002 con Jacques Chirac y en 2017 con Emmanuel Macron. La izquierda les respaldó para cortar el paso a Jean Marie Le Pen y Marine Le Pen respectivamente.
Preguntamos al politólogo Pablo Simón si la experiencia francesa funcionaría en España: “Francia es un ejemplo peculiar porque es un sistema presidencial a dos vueltas, y los cordones sanitarios los terminan haciendo los votantes. No está del todo claro que el ‘cordón sanitario’ sea una estrategia exitosa. Es más fácil que funcione cuando el partido de extrema derecha es pequeño y hay consenso entre los principales actores en invisibilizar su impacto institucional. Más que achicar su espacio electoral, lo que buscas es que no sea decisivo en las políticas públicas”.
P.- En el caso de Madrid, ¿debería Gabilondo, facilitar la investidura de Ayuso?
R.- Gabilondo debería facilitar la investidura de Ayuso si lo que considera es que hay que evitar que Vox tenga mando en plaza en el Gobierno de Madrid. Pero esto contrasta con la política de bloques que está haciendo que Vox sea un puntal fundamental en Murcia o Andalucía. El principio de que la lista más votada sólo tenga validez cuando el PP es la lista más votada, no cuando lo son los otros. Si PSOE y Más Madrid sumaran más escaños que el PP, el PP debería dejar gobernar a estos dos partidos en lugar de gobernar ellos con el apoyo de Vox.
P.- ¿Es posible que un Gobierno así investido pueda sacar adelante un programa legislativo?
R.- Puede haber un pacto PSOE-PP en presupuestos, programa,… o incluso permitir que el Gobierno saliera pero luego dificultarle la gobernabilidad e intentar condicionarle.
P.- ¿Esta página ya ha pasado, una vez que el PP ya ha formado varios gobiernos autonómicos, entre ellos el madrileño, gracias a los votos de Vox? ¿O que en Madrid buena parte de la subida de Ayuso en las encuestas viene de los votantes de Vox?
R.- La respuesta es sí. La izquierda recurre a esta estrategia para intentar movilizar a sus votantes y darle la vuelta al marco de la campaña condicionando la situación de Vox, porque sabe que la posibilidad de que Vox entre en el Gobierno puede asustar y movilizar a los suyos. Esa estrategia tiene un recorrido muy limitado.
P.- ¿Se puede establecer un cordón sanitario al tercer partido más votado de España o ya es demasiado grande?
R.- Es mucho más complicado cuando Vox es ya la tercera fuerza en la cámara y condiciona varios gobiernos. Es más una estrategia de campaña retórica que un giro estratégico. Eso requeriría romper con la lógica de bloques. Aislar a Vox y optar por acuerdos que implicaran a los partidos de ambas orillas. Y esto en España nunca lo hemos visto”.
Pedro Sánchez le pidió lo mismo al PP de Pablo Casado en la investidura fallida de julio de 2019. Que se abstuviera “por el bien de España” y no tener que depender de los independentistas. Casado dijo que no
Tras las elecciones generales de abril de 2019, Pedro Sánchez le pidió exactamente lo mismo al PP de Pablo Casado. Que se abstuviera en su investidura “por el bien de España” y no tener que depender de los independentistas. Casado dijo que ni hablar, que él no “blanquearía” con su abstención “un Gobierno con los populistas de Iglesias, Esquerra y Bildu”. Lo que vino después ya es historia. Se repitieron los comicios, Sánchez empeoró sus resultados respecto a abril y armó un Gobierno de coalición con Pablo Iglesias apoyado en ERC, PNV y Bildu.
En la dinámica de bloques en la que está instalada la política española lo de intentar un ‘cordón sanitario’ para cortocircuitar a la extrema derecha no ha funcionado nunca. El Partido Popular gobierna en Andalucía y en el ayuntamiento de Madrid con el apoyo externo de Vox. En Murcia están instalados dentro del Ejecutivo, tras la moción de censura y “no ha pasado nada”, defiende el alcalde y portavoz nacional, José Luis Martínez-Almeida.