Los cambios de estrategia, los pactos tras el 4M y los impuestos lastran la campaña de Gabilondo

Las encuestas señalan una pérdida de votos del PSOE en favor de Más Madrid
"Soso, serio y formal". Esa fue la carta de presentación de Ángel Gabilondo como candidato a las elecciones en Madrid. "Yo no soy un político de marketing. Soy, lisa y llanamente, un profesor", dijo en el primer vídeo de campaña. Los estrategas de la campaña del PSOE decidieron exprimir ese perfil de hombre tranquilo y dialogante para captar voto moderado. Uno de los objetivos era pescar entre los votantes que iba a perder Ciudadanos. Por ahí fueron los primeros mensajes: el veto a pactar con Pablo Iglesias y su decisión de no subir los impuestos.
Pero la campaña madrileña se ha convertido en un escenario explosivo y polarizado, donde el ruido se ha hecho el dueño del tablero. Y ahí el perfil de Gabilondo no encaja. En el camino ha tenido que virar la estrategia y adaptar sus mensajes. "Bandazos" y "rectificaciones", atacan sus rivales. "Gabilondo es el único candidato que puede presidir un gobierno progresista, serio y honesto", defienden en su equipo, "la estrategia de mirar solo al centro y descuidar la izquierda ha sido un error", aseguran algunos analistas.
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Crecer por el centro
A cinco días de acudir a las urnas, la pregunta que se hacen muchos en la izquierda es "¿está funcionado la campaña?". El 4 de mayo se verá, pero de momento las encuestas señalan que el PSOE está perdiendo intención de voto. El último sondeo del CIS ya marcaba esa tendencia, la encuesta de este martes de Metroscopia para El País ha sido la puntilla. Gabilondo, que ganó las elecciones en 2019 con 37 escaños, se quedaría con 28. Sus votos se van a Más Madrid. Mónica García, la candidata más desconocida, obtiene 25 escaños. Es la que rentabiliza el fracaso del PSOE y acaricia el 'sorpasso'.
Paco Camas, analista de Metroscopia, considera que Gabilondo ha planteado una estrategia que "no ha encajado con el marco ni con la dinámica de la campaña". Sostiene que decidió volcarse en un votante de centro del que solo recibe el 4% de los votos mientras pierde un 23 % por su izquierda. Un 20% se va a Más Madrid y un 3% en dirección a Podemos. Ese plan de intentar captar al votante moderado del partido de Inés Arrimadas tiene dos claves fundamentales:
- "Con este Iglesias, no". Lo dijo en precampaña, el 22 de marzo. Gabilondo dio un portazo al líder de Podemos por su política de "confrontación y extremismo". Ahí estableció sus preferencias para pactar ras el 4M, Más Madrid y Ciudadanos.
- "Los madrileños no pagarán ni un euro más". Fue uno de sus primeros compromisos de campaña. Una propuesta que chocaba con el plan fiscal que anunció unas horas antes la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y que contemplaba una subida de impuestos. El propio Pedro Sánchez lo ratificó.
La mano tendida a Iglesias
El avance de la campaña y los sondeos que iban llegando a Ferraz evidenciaban que los votantes de Ciudadanos ya habían elegido y se estaban yendo al PP . En el único debate a 6 entre todos los candidatos, el 21 de abril, Gabilondo cambia el paso y tiende la mano a Iglesias.
- "Pablo, tenemos 12 días para ganar las elecciones". Esa frase se convirtió en el titular del debate. La estrategia cambió. Gabilondo hizo un llamamiento a toda la izquierda para "frenar un Gobierno de la foto de Colón".
- La justificación oficial es que empezaba "una nueva orientación propiciada por el no de Ciudadanos". Edmundo Bal ya había confirmado que prefería reeditar un Gobierno con Ayuso. Lo cierto es que en ningún momento fue posible una suma alternativa a la derecha sin contar con Podemos.
Nacho Corredor, socio-director de beBartlet lo tiene claro: "Ha habido dos campañas, la de no pactaré con Iglesias y la de Pablo, tenemos 12 días". Eso fue un miércoles, dos días después, el viernes a las 9 de la mañana, la campaña dio otro giro de guión y saltó por los aires. Las amenazas de muerte recibidas por Iglesias, la negativa de Vox a condenarlas, la decisión del líder de Podemos de levantarse del debate electoral de la SER y de no debatir más con Rocío Monasterio, ha arrastrado a todos los candidatos a un escenario de máxima tensión. La izquierda plantea el 4M como una elección entre "fascismo o libertad".
- Gabilondo cambia hasta el lema de campaña: "No sólo es Madrid. Es la democracia".
- Propone un "cordón sanitario" contra Vox para que el partido de Santiago Abascal no entre en el Gobierno de Madrid.
- Iglesias presume de que él fue el primero en hablar de "alerta antifascista" y considera que el PSOE se ha movido a sus posiciones.
Verónica Fumanal, presidenta de la Asociación de Comunicación Política, subraya que Gabilondo "no ha controlado la agenda" ni ha conseguido imponer un marco propio. En esta última parte de la campaña "el PSOE va a remolque de Iglesias", afirma la analista. "El marco de Ayuso es la economía, el de Mónica García es la sanidad, el de Iglesias es el antifascismo y ¿cuál es el de Gabilondo?", se pregunta.
Yo no soy Pedro Sánchez. Soy Ángel Gabilondo y a estas elecciones me presento yo
Ángel Gabilondo se ha defendido en varias ocasiones ante las acusaciones de sus rivales de que estaba "manejado" por Moncloa y "ninguneado" por Sánchez. "Yo no soy Pedro Sánchez. Soy Ángel Gabilondo y a estas elecciones me presento yo", lo ha proclamado en mítines y en el debate electoral.
Lo cierto es que el presidente del Gobierno ha participado solo en dos actos de campaña con el candidato. En el primero ni siquiera citó a Isabel Díaz Ayuso. La candidata del PP ha basado su política en una oposición frontal a Sánchez, ha buscado el cuerpo a cuerpo, pero el líder del PSOE no ha entrado al trapo y hasta ahora no ha tenido una presencia importante en la campaña.
"Yo ya no soy un chaval", proclama Gabilondo en sus actos electorales. Con sus 72 años y una larga trayectoria académica y política a sus espaldas, el adelanto electoral le pilló casi de salida camino del Defensor del Pueblo. En esta campaña reivindica su estilo: "Soy una persona de principios que no busca la fama".