Casado compra tiempo con la venta de Génova,13 mientras el PP de Rajoy lo califica de "circo"


El abandono de la sede le sirve para romper con Rajoy y Aznar y eludir la autocrítica tras el fiasco de las catalanas
Casado inicia la operación de absorción de Ciudadanos y se aleja de Vox
García Egea seguirá adelante con la renovación territorial del PP para afianzar el liderazgo de Casado
Minuto doce del discurso más difícil que hasta ahora ha pronunciado Pablo Casado como líder del Partido Popular. Bombazo. Anuncia ante unos barones territoriales atónitos porque no sabían ni palabra y se estaban enterando en ese momento, que los populares se marchan de Génova, 13. La pregunta es ¿adónde? Casado no lo dice pero marca el rumbo. Al centro soltando lastre. Ni sede, ni Bárcenas. No piensa hablar más del extesorero que alcanza así la categoría de 'fantasma' vagando por los futuros despachos desiertos de la sede maldita, testigo mudo del supuesto intercambio de sobres con dinero en 'b'.
Una ruptura de cirugía mayor con Aznar, con Rajoy y con la corrupción con la esperanza de que cese la sangría de votos, se olviden pronto "los malos resultados" de las elecciones catalanas, y una maniobra para intentar zafarse del calvario judicial por el se que se va arrastrar la marca PP durante los próximos meses: Gürtel, Púnica, Lezo, Kitchen... "Las hipotecas en política no son hereditarias. No podemos seguir pagando facturas de cuestiones que ni conocemos, ni tienen que ver con un legado impecable", decía Casado en un discurso en abierto, no sólo dirigido a los suyos, sino también a los votantes que los populares aspiran a recuperar.
Las hipotecas en política no son hereditarias. No podemos seguir pagando facturas de cuestiones que ni conocemos (Pablo Casado)
Un inesperado giro de guión que ha enmudecido a unos dirigentes autonómicos que le escuchaban a kilómetros de distancia y que se habían plantado en el cónclave popular telemático, con la intención pedir muchas explicaciones por el desastre de las catalanas, exigir cambios y abrir "una reflexión profunda", como reclamó el más poderoso de todos ellos, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. De hecho los únicos que han tomado la palabra han sido la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el 'barón rojo' y líder del PP extremeño, José Antonio Monago. Ayuso, que es una de sus íntimas, reivindicaba el liderazgo de Pablo Casado, aplaudía la decisión de abandonar Génova y reclamaba "fusiones" para acoger a todo el centro derecha liberal. "Adiós Génova. Es el momento de nuevas ideas pero también, fusiones. Seamos la casa común de todos los que quieren vivir en paz y en Libertad en España", escribía después en las redes sociales.
El proyecto de @pablocasado_ nació de un duro congreso. Como lo es dirigir tamaño partido en las actuales circunstancias.
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) February 16, 2021
Adiós Génova. Es el momento de nuevas ideas pero también, fusiones. Seamos la casa común de todos los que quieren vivir en paz y en Libertad en España.
"Ahora ya sólo se habla de la sede y no del desastre de las catalanas. Había que hacerlo. Como se suele decir: tardes de expectación, tardes de decepción. Todo el mundo pensaba que la reunión iba a ser una merienda de negros y al final ha sido un paseo de rosas", explican fuentes presentes en el cónclave popular.
"Nos ha cogido por sorpresa total, pero es un acierto y un gran gesto. Nos servirá para pasar página de lo malo y quedarnos con lo bueno, aunque no creo que eso acabe con el calvario judicial porque Bárcenas ha hecho mucho daño", admite un barón regional presente en la reunión. Asegura que han salido contentos tras escuchar al presidente Casado comprometerse una vez más con "el centro derecha, moderado y transversal". "Tranquilidad", así describe otro dirigente autonómico el ambiente del cónclave popular.
Claro que no todos están conformes. El 'viejo' PP de Rajoy no daba crédito. Algún exministro confesaba a NIUS sentirse "aliviado" por "no ser partícipe en este circo" y los que directamente se declaraban tristes ante el abandona de una sede. Muchos recordaban que los "edificios no delinquen".
Casado se aleja de Vox e inicia la conquista de Ciudadanos
El líder del PP ha querido despejar cualquier duda y eso, tranquilizar a los suyos. Por mucho que apriete Vox, él piensa resistir la tentación de acercarse a la extrema derecha como le reclamaba Santiago Abascal en una entrevista en Telecinco con Ana Rosa. "El PP tendría que rectificar y Casado tendría que coger el teléfono", recetaba el presidente de Vox pero Pablo Casado, al menos de momento, no piensa aceptar esa invitación. Su hoja de ruta sigue siendo la marcada durante la moción de censura donde dinamitó todos los puentes con la formación de extrema derecha.
"Lo cómodo sería sumarse a las estrategias extremistas que están destruyendo nuestra convivencia y dar rienda suelta a la polarización y a la confrontación por un puñado de votos. Pero el Partido Popular no busca eso, no existimos contra ningún español, sino a favor de todos. Debemos mantener el rumbo. Las velas están bien orientadas", ese ha sido su compromiso ante unos dirigentes que aún estaban en shock.
Nada de volver a las andadas de la foto de la plaza de Colón, a un tiro de piedra de la sede de Génova, y sí a comenzar ya la operación de absorción de Ciudadanos, aprovechando su situación de debilidad. "La oportunidad la pintan calva y hay una oportunidad real y nos interesa a los dos. Es un 'shotgun marriage', un matrimonio a punta de pistola", reconoce un dirigente popular muy próximo a Casado.
Su discurso plagado de guiños a la formación naranja. Ha hablado de hacer "un esfuerzo de unidad electoral", de "albergar a más gente, vengan del proyecto político que vengan" y ha anunciado una convención nacional para otoño para "captar talento dentro y fuera del PP" y diseñar la estrategia política durante los dos próximos años antes de las siguientes elecciones.
Debemos ampliar nuestra base electoral en el centro para albergar a cuantos compartan nuestros principios y valores constitucionales y europeístas. Queremos unir para ganar, ganar para gobernar y gobernar para que España vuelva al camino del progreso, la libertad y la unidad. pic.twitter.com/hFxgqIABPl
— Pablo Casado Blanco (@pablocasado_) February 16, 2021
"Necesitamos unir para ganar, ganar para gobernar y gobernar para que España vuelva al camino del progreso y de la libertad", una frase que ya había pronunciado en alguna otra ocasión. Lo que no han escuchado los barones territoriales y esperaban hacerlo era algo de autocrítica. Nada. Cero.
Casado ha enganchado excusa tras excusa durante los diez primeros minutos de un discurso que ha durado en total veinte para justificar "unos malos resultados de los que toman nota". La "tormenta perfecta" de la abstención, Bárcenas, la según él "tergiversación" de sus palabras en Rac1 por criticar las cargas policiales el 1-O, la "estrategia de Ferraz de arrasar el centro derecha a costa de hinchar a los radicales de izquierda y derecha". De todo eso ha echado mano para eludir responsabilidad alguna de él y de su equipo en el fiasco de las catalanas.
Se vende Génova,13 (algo que Casado descartó cuando disputaba las primarias a Soraya Sáenz de Santamaría "porque el problema del PP no era la sede"), y se tira 'pa'lante'. Borrón y cuenta nueva. Pablo Casado gana tiempo con la tranquilidad de que no hay elecciones en los dos próximos años mientras su número dos, Tedoro García Egea, sigue adelante con la renovación territorial del partido, para afianzar así el liderazgo de Casado.
MÁS
Génova, 13, la sede que marcó la gloria y la bajada a los infiernos del Partido Popular y ahora vende Casado
El PP rompe con 38 años de historia en la sede de Génova, un edificio valorado en más de 50 millones
Los barones exigirán cambios a Casado pero "no suenan tambores de guerra porque no hay tamborileros"