Pablo Iglesias a dos diputadas de la derecha: “¿Pero ustedes saben leer?”

El debate sobre la gestión de las residencias de ancianos enturbia la Comisión de Derechos Sociales
El vicepresidente y el PP se acusan mutuamente de errores en la gestión que han provocados muchos muertos
Otra vez lo de las residencias de ancianos ha hecho estallar a Pablo Iglesias. Es el asunto más sensible en casi cada comparecencia del vicepresidente de Asuntos Sociales en sede parlamentaria. Y se ha vuelto a constatar este jueves en el Congreso, después de que la diputada del PP Alicia García lanzara duras acusaciones contra el trabajo desplegado por su departamento.
García le ha dicho que ha sido una gestión “de vuelo bajo”, que empezó “negando primero y no tomando medidas”, que fue “errónea e ineficaz”. Y luego se ha preguntado en alto: “¿Cuántos fallecidos estarían vivos sin tantos errores?”.
Al vicepresidente no le han sentado bien tales acusaciones y su intervención, hasta entonces en los más estrictos cauces de la corrección parlamentaria, ha ido subiendo de tono hasta llegar a un “¿Pero ustedes saben leer?’”, dedicado tanto a la diputada del PP como a la de Vox, Reyes Romero, que ha soliviantado a ambas. El resto de la intervención ha discurrido entre gestos airados y apelaciones mutuas a la vergüenza del contrario.
La referencia que ha hecho Iglesias a la lectura ha sido porque, en su defensa, ha sacado varios papeles. Primero, unas declaraciones del consejero de Políticas Sociales de Madrid, Alberto Reyero, de Ciudadanos, en las que afirma que la presidenta Isabel Díaz Ayuso, del PP, le ha quitado las competencias de las residencias; define de “casi ilegal” que se niegue la derivación de pacientes a los hospitales y que no se medicalizaran los centros de mayores.
Luego ha leído un informe del Hospital Infanta Cristina en el que dice: “No se permite ingreso de pacientes de residencias”. Más tarde, ha sacado una orden del Gobierno que arranca así: “Se faculta a la autoridad competente de la Comunidad Autónoma…”.
Y es ahí cuando ha soltado lo de “¿ustedes saben leer?” a las diputadas, al entender que los documentos prueban su versión de que la responsabilidad de lo ocurrido en las residencias es de Ayuso y no suya. “Lo que hicimos fue aumentar competencias de las autonomías y lo que hizo Madrid es negar los traslados. Y tienen la poca vergüenza de preguntarlo cuando su propio consejero dice lo que dice”, ha subrayado Iglesias. “Es verdad, lo de las residencias es un escándalo”, ha remachado en tono irónico. Su teoría es que el ejecutivo facilitó los medios… “¿Y qué hizo Ayuso? Probablemente una ilegalidad que ha costado muchas vidas”.
Para la diputada popular el argumento de Iglesias tiene trampa. “Cuando las residencia estaban colapsadas, usted dicta la orden que ahora lee…”, le ha dicho en el curso de un debate salpicado de duras acusaciones. “Si todo era de las comunidades ¿para qué vale el mando único?”, ha planteado. “Blindó su puesto en el CNI y se olvidó de blindar a los más pobres. Ni batas, ni EPI’s, la sanidad colapsada, las residencias sin medios… Resultado: 19.000 fallecidos”, ha dicho, preguntando a Iglesias si son los que reconoce, en referencia al baile de cifras que el PP reprocha al Gobierno.
Reyes Romero, la diputada de Vox, aunque el rifirafe no iba directamente con ella, ha querido también puntualizar: “Yo no defiendo a Ayuso”. Y, por lo que se ve sintiéndose aludida por las menciones de Iglesias a la corrupción y la propiedad de las residencias privadas, le ha dicho. ”Si quiere que hablemos de la Gürtel le puedo hablar de lo que se han gastado sus compañeros de Gobierno del dinero de los parados en drogas y prostitutas”. Hablaba del caso los ERE de Andalucía.
Iglesias ha querido introducir en la bronca una reflexión dirigida no solo al PP, sino “a la derecha”. “Reflexionen sobre su estrategia del ruido y la mentira”, les ha pedido. “Más allá de que no hayan mantenido decoro patriótico, que ya no espero, me conformaría con propuestas. Pero han decidido ser oposición de pancarta y cacerola porque son conscientes de que no van a sumar. Solo les queda ser la oposición de la pancarta y provocación”.
Él dice que muchas veces se ha equivocado “entrando al trapo” de esa provocación. Y en plan propósito de enmienda ha sentenciado: “Y no lo voy a hacer más”.
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