Aragonès desembarca en Madrid para relanzar el referéndum: "Difícilmente habrá otra oportunidad"

El President evita el debate de la fecha de la mesa de diálogo pero insta a Sánchez a "no jugar con los tiempos"
La Generalitat reta al Gobierno a "atreverse a ganar democráticamente" en una consulta
Ahora o nunca. No lo dijo así, pero casi. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se plantó este miércoles en Madrid para hace ver a Pedro Sánchez que la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat es quizás el último tren para alcanzar una solución al conflicto catalán. Una solución acordada, se sobreentiende, alternativa a la imposición o la ruptura.
En vísperas de una nueva cita de esa mesa -a la que Aragonès se resistió a poner fecha, por más que se lo preguntaron- el President defendió que ambas partes están ante una "oportunidad histórica" que no pueden desaprovechar. Y mencionando expresamente a PSOE y Podemos advirtió: "Deben tener muy presente que difícilmente habrá una segunda oportunidad si no hay capacidad de resolver ahora el conflicto político con Cataluña y resolverlo mediante las urnas". Lo dicho, ahora o nunca.
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El aviso lo lanzó desde la tribuna del Siglo XXI, un clásico entre los clásicos. Tanto como la costumbre de los presidentes catalanes de comparecer en la capital al menos una vez durante su mandato. El histórico de esas visitas es casi una radiografía de las relaciones Madrid-Cataluña. La etapa Pujol-Maragall-Montilla fue la de los pactos, el Estatut y la amenaza de "desafección". La secuencia Mas-Puigdemont-Torra, la del nacimiento, auge y caída del procès. A Aragonès le ha tocado protagonizar la fase postraumática.
Amnistía y autodeterminación
El partido del President, ERC, ejerce de hecho como socio preferente de la coalición que gobierna Moncloa. Representa la vuelta a una cierta normalidad tras lo de sus antecesores inmediatos. Se notó en todo. El lugar, un club del Madrid más añejo; en el público, con ministros incluidos, la portavoz Isabel Rodríguez y el de Universidades, Joan Subirats; y hasta en el tono distendido en el que pudo hablar de lo que había venido a hablar a Madrid: de su libro. Esto es, de su propuesta de amnistía y autodeterminación, y de la vía por la que aspiran a lograrlo, el referéndum.
“El ejercicio del derecho a decidir es inevitable”, concluyó el President tras una intervención dedicada en su mayor parte a justificar esa idea y a animar a Pedro Sánchez a ponerla en práctica cuanto antes. Pide "decidir sin miedo y en libertad", que es lo que, recordó, "hacen las democracias avanzadas" como Escocia.
A la luz de cómo han resultado los anteriores intentos unilaterales el President sugiere ahora ser "imaginativos" para hacerlo posible, y reta al Gobierno a exponerse. "El Estado se debe atrever a ganar democráticamente. La imposición no llevará a ninguna victoria. Atrévanse a ganar y atrévanse también a que pueden perder", dijo.
Aragonès, como tantas veces ha hecho, insistió en la idea de que en democracia todos los proyectos deben ser posibles. Y dio muestras de una cierta impaciencia sobre el modo en el que Sánchez está manejando el reloj de la negociación. "Jugar con el tiempo no es una opción", señaló diciendo que para él también son importantes otras cosas como hacer frente a la pandemia o gestionar la recuperación. Entiende, sin embargo, que lo que de verdad frena el avance del diálogo a estas alturas es que "no hay propuesta del Estado encima de la mesa".
"¿Qué propuesta tiene el Estado? ¿La tiene? Cuál es?", preguntó enfáticamente Aragonès, que dice no estar dispuesto a admitir tampoco que se use la amenaza de la ultraderecha para "bloquear la oportunidad de avanzar".
Villarejo y la transparencia
La intervención de Aragonés en el Siglo XXI tuvo como inesperado antecedente el revuelo causado por las declaraciones del excomisario José Villarejo, que atribuyó una cierta responsabilidad indirecta del CNI en los atentados del 17 de agosto de 2017 en Las Ramblas. Llegó a insinuar que el ex director de inteligencia, Félix Sanz Roldán, “calculó mal las consecuencias de dar un pequeño susto a Cataluña”, supuestamente encaminado a desactivar el referéndum ilegal del 1-0.
Aragonés, preguntado por el caso, se negó a entrar a especular sobre si hay o no pruebas de que sea cierto. En contra de lo que ha hecho un sector del independentismo, se resiste también a "hacer acusación alguna contra el Estado". Eso sí, confirmó que ha pedido a sus servicios jurídicos que estudien qué hacer "para conocer la verdad". En su opinión, para eliminar la dudas el caso exige la "máxima transparencia".