La mesa de diálogo del Gobierno con la Generalitat se reanudará la tercera semana de septiembre

El presidente del Gobierno recibe por primera vez en Moncloa al nuevo 'president' de la Generalitat
La mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat se reanudará en Barcelona, la tercera semana de septiembre. Es el gran acuerdo que deja la cita de este martes en Moncloa entre el presidente del Gobierno y el president de la Generalitat catalana.
Casi dos horas y media de conversación, la primera de este tipo desde que éste llegó al cargo. Ambas partes comienzan ya a trabajar para diseñar la metodología y perfilar el contenido de esa mesa. La Generalitat ya avanza que decidirá quienes son sus representantes, anticipándose a la polémica que puede suscitar si está o no está Oriol Junqueras entre ellos.
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El anuncio lo ha hecho Pere Aragonès, que ha comparecido tras verse con Sánchez en la librería Blanquerna, la sede oficiosa de la Generalitat en Madrid, al igual que antes han venido haciendo sus antecesores en el cargo: Artur Mas, Carles Puigdemont y Quim Torra. Una forma de marcar distancias con Moncloa, que habilita una sala a todos los presidentes de comunidades autónomas que son recibidos por el presidente del Gobierno.
El encuentro ha "constatado diferencias evidentes entre ambos gobiernos", ha dicho Aragonés que dice haber coincidido con Sánchez en certificar la existencia de un conflicto que "se debe resolver por el diálogo y la voluntad de acuerdo". "Y a través del voto", ha apostillado, haciendo ver en todo momento que el referéndum es una aspiración intocable.
El presidente catalán se ha felicitado de haber desencallado el foro de diálogo, la mesa, que según él debe traer la solución al conflicto. Hay acuerdo también en convocar, ya en julio, la comisión bilateral Estado-Generalitat, en la que se abordarán cuestiones como la gestión de los fondos europeos, las transferencias o las inversiones. Así pues, se perfila una doble vía de abordaje de los asuntos pendientes: una para la política, otra para el dinero. Mucha vocación de “diálogo”, al menos sobre el papel. Y poco acuerdo más.
Aragonés, de menos a más, ha puesto de hecho el acento en los asuntos que, para él, son esenciales y que están en el nudo del conflicto: la amnistía y la autodeterminación, para anunciar que los llevará a la mesa de diálogo. Y pretende lograr además que cualquier solución se resuelva en las urnas. Esto es, mediante referéndum.
"No vamos a renunciar"
“No será fácil porque no vamos a renunciar. Que nadie se equivoque”, advertía al ser preguntado sobre las posibilidades de acuerdo partiendo de premisas que, en principio, parecen finalistas. El remedio que propone es llenarse de “perseverancia y paciencia”. Para él, de hecho, la opción del referéndum es un camino intermedio porque “el máximo sería que se declarase mañana la independencia de Cataluña”.
Para defender su pretendida flexibilidad, Aragonés ha hecho esta comparativa: “La propuesta del Estado es mantener el status quo, que no es una solución porque no incluye a la totalidad de los catalanes. La nuestra es un procedimiento para que cada uno defienda su opción”, ha argumentado. Según el president, en sus casi tres horas con Sánchez no se ha planteado “ni un nuevo sistema de financiación ni un nuevo estatuto”. Aragonès entiende que el diálogo que se abre ahora es una oportunidad también para el Estado, y le pide eso: “Una propuesta de Estado”.
"El Gobierno no es ingenuo"
En nombre del Gobierno, la ministra portavoz se ha esforzado por sacar los brillos del encuentro hablando de “cordialidad”, de “recuperación de la normalidad”, recordando que llega en un momento delicado, la etapa pospandemia, que “debería invitara a estar unidos y a retomar ilusiones”.
Justo después de que hablara Aragonès, María Jesús Montero ha admitido que “el Gobierno no es ingenuo y sabe que no es un camino fácil”, por lo que propone “romper con la dinámica de confrontación” y pasar “al trabajo de la política”.
Montero se ha mostrado comprensiva con las reivindicaciones del president –“es su relato de los últimos años”- pero da por hecho que sabe cuál es el límite”. Según ella, Sánchez no ha entrado en las cuestiones como la amnistía o la autodeterminación en las que su interlocutor ha puesto “el acento”.
Moncloa coincide con Aragonés en que el diálogo “no es fácil”. “No hay recetas mágicas ni hay que tener la ansiedad que marca la actualidad política”, aconseja Montero, poniendo límites. Las soluciones tienen que estar “en el marco legal y democrático” y “no puede buscarla cada uno donde le parezca”.
De momento, y en lo concreto, el presidente del Gobierno ha sugerido a su interlocutor la conveniencia de que acuda a la próxima Conferencia de Presidentes, en la que se van a abordar asuntos concretos como el reparto de los fondos de recuperación o la marcha de la pandemia. Moncloa también ha pedido que, al igual que va a volver la mesa de diálogo entre gobiernos, se habilite un foro de catalanes para ahondar en la búsqueda de soluciones compartidas en la propia Cataluña.