Sánchez, investido por la mínima, presidirá el primer Gobierno de coalición de la democracia

Sánchez es presidente tras conseguir 167 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones
PSOE y Unidas Podemos exhiben unidad durante el pleno y se preparan para gobernar
España sale del bloqueo que ha protagonizado la vida política durante los últimos meses y entra en una nueva etapa incierta con el primer Gobierno de coalición de la democracia presidido por Pedro Sánchez. Nunca antes se había producido una victoria tan ajustada en una sesión de investidura. Sánchez se ha convertido en presidente del Gobierno por un estrecho margen de dos votos. Ha obtenido 167 votos a favor: los del PSOE, Unidas Podemos, Más País, Compromís, PNV, Nueva Canarias, Teruel Existe y BNG.
Victoria pírrica, agónica y quizás por eso, algunos la ha vivido con tintes épicos. Una alegría desbordante estalló en las bancadas de la izquierda cuando la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, anunció que Sánchez había obtenido la confianza de la Cámara y ese resultado se comunicaría al rey.
El guión se cumplió y nadie cambió su voto en el bloque del "sí". 167 votos a favor dieron la victoria a Sánchez por la mínima
Lágrimas en muchos diputados y gritos de "sí se puede" sonaron en el hemiciclo. Los socialistas respiraron tranquilos y se relajaron. Habían pasado unas horas al límite, muy tensas, de auténticos nervios por lo ajustado de la votación y por lo que han denunciado como una campaña de acoso e insultos para cambiar el sentido de su voto.
Nadie en el bloque del "sí" falló. Más bien al contrario, los socialistas, indignados por esos insultos, se rearmaron y la bancada de la izquierda se convirtió en un bloque monolítico y granítico. "Aquí hay 167 valientes, hay gente honrada, digna y honesta", proclamo la portavoz Adriana Lastra.
Los nervios vividos en las últimas horas en las filas socialistas provocaron un estallido de euforia en la izquierda tras la votación
Tras la victoria, los diputados de Unidas Podemos seguían gritando "sí se puede" mientras Sánchez saludaba uno a uno a todos sus diputados. Los de Unidas Podemos esperaron pacientemente para saludar también al presidente. El patio del Congreso se convirtió en territorio donde los diputados del PSOE mostraban su euforia.
Tampoco fallaron los 165 diputados del "no". Votaron en contra PP, Vox, Ciudadanos, Junts per Catalunya, Navarra Suma, Cup, Foro Asturias, PRC y Coalición Canaria. También fueron imprescindibles para Sánchez las 18 abstenciones de los diputados de ERC y Bildu.
La izquierda escenifica su unidad
El guión se cumplió en una sesión donde más que nunca se escenificó la unidad de la izquierda y el idilio que viven socialistas y Unidas Podemos, Sánchez e Iglesias. Una imagen resume esa sintonía, la de los diputados socialistas puestos en pie y aplaudiendo a Pablo Iglesias antes de que el líder de la formación morada subiese a la tribuna de oradores.
Fue un pleno con discursos cortos porque prácticamente ya quedó todo dicho en las dos primeras jornadas. La única novedad es que Pedro Sánchez propuso a todos los grupos parlamentarios buscar fórmulas para que en el futuro no vuelva a producirse una situación de bloqueo como la que se ha vivido. Mecanismos para facilitar una "mayoría de Gobierno frente a mayorías de bloqueo", dijo Sánchez.
O coalición progresista o más bloqueo para España (Pedro Sánchez)
El líder socialista volvió a defender que su Gobierno era la única opción posible después de 5 elecciones con el mismo resultado. "O coalición progresista o más bloqueo para España", volvió a repetir como principal argumento de su discurso. Pero sobre todo, lanzó un mensaje a la derecha, a PP, Vox y Ciudadanos. Les preguntó si "van a seguir indefinidamente en el berrinche" o van a aceptar el resultado electoral. Esa actitud de la derecha, la del "berrinche", según Sánchez, "daña la convivencia y contagia la crispación".
El candidato mostró su esperanza de que a partir de ahora, una vez superada la investidura, "sea posible despejar el clima tóxico" de las últimos días y apostar por la convivencia.
Iglesias pide a Sánchez firmeza democrática y "el mejor tono" frente a los "provocadores"
Su futuro vicepresidente, Pablo Iglesias, subió a la tribuna entre aplausos de los socialistas y finalizó con un llamamiento a Sánchez dirigiéndose a él con un cómplice "Pedro": "No nos van a atacar por lo que hagamos sino por lo que somos". Le pidió al líder socialista el "mejor tono" frente a "los intolerantes y provocadores" y "la mayor firmeza democrática".
Iglesias protagonizó el momento más emotivo de la sesión. Dio las gracias a Aina Vidal, la diputada de En Comú Podem que el pasado domingo no pudo votar porque, como ella mismo hizo público, le han diagnosticado un cáncer. La votación definitiva no se la quiso perder y su presencia provocó un aplauso casi unánime de la Cámara. Solo los diputados de Vox se quedaron en silencio.
Iglesias también quiso leer un mensaje de una víctima del terrorismo, Rosa LLuch, la hija del ministro socialista Ernest Lluch asesinado por ETA. Un mensaje dirigido a la bancada de la derecha: "Basta ya de usar nuestro dolor en su beneficio", leyó.
El PNV advierte a la derecha que hace "un flaco favor al rey" al "expandir" que este Gobierno es ilegítimo
En un pleno donde PP y Vox volvieron a gritar "¡vivas al rey!", el portavoz del PNV, Aitor Esteban, les acusó de "expandir la idea de que este Gobierno es ilegítimo" y según él, eso es "un flaco favor al rey". Les recordó que fue Felipe VI quien encargó a Sánchez someterse a la sesión de investidura. "Según su lógica, ¡qué irresponsabilidad la del monarca!", ironizó Esteban mirando a Casado y Abascal.
167 síes y 18 abstenciones de ERC y Bildu. La decisión de los independentistas catalanes y vascos de facilitar el Gobierno y sus discursos agitaron al máximo el debate durante los dos primeros días. Este martes, Gabriel Rufián se quedó en su escaño y subió a la tribuna por parte de los republicanos catalanes Montserrat Bassa, hermana de Dolors Bassa, una de las presas independentistas tras la sentencia del procés.
Me importa un comino la gobernabilidad de España (Montserrat Bassa)
Hizo un discurso muy duro contra el PSOE al que acusó de ser cómplice de la situación que se vive en Cataluña y que están sufriendo los presos. Bassa recordó a su hermana, el "dolor" que la cárcel ha provocado en su familia y espetó a Sánchez: "Me importa un comino la gobernabilidad de España". Aún así, apostó por la abstención "desde la rabia y con gran escepticismo", para darle una oportunidad al dialogo.
Tampoco intervino la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, que tanta polémica provocó en la sesión del domingo. El diputado vasco Oscar Matute defendió los argumentos abertzales sin la presencia de los diputados de Vox que abandonaron el hemiciclo para no escucharle.
Casado y Abascal comienzan una dura oposición
Los argumentos también se repitieron desde las filas del "no" y ya auguran la dura oposición que le espera a Sánchez. Pablo Casado, que comenzó su discurso defendiendo al rey y a las víctimas del terrorismo, sostuvo que el nuevo Gobierno es el "más radical de la historia" y calificó a Sánchez como un "ultra" y "un hombre de paja del nacionalismo en vez de un hombre de estado". Le acusó de poner el futuro de España en manos de "golpistas y terroristas" y propuso una "reagrupación de los constitucionalistas".
Santiago Abascal, en la misma línea, habló de "Gobierno ilegítimo" y señaló que "la compañía aseguradora de la investidura se llama ETA".
Con estos mimbres comienza la legislatura. Pasada la prueba de la investidura, ahora comienza otro tiempo, el de un Gobierno de coalición con miembros de dos partidos políticos sentados en la misma mesa del Consejo de Ministros.