Sánchez no contenta a nadie pese a entregar la cabeza de la directora del CNI para cerrar la crisis de Pegasus


Feijóo acusa al presidente de consumar un "esperpento" al ofrecer la cabeza de Paz Esteban a los independentistas
Sus socios señalan que no es suficiente con la destitución de la directora del CNI
La decisión refuerza a Robles, que coloca a su número dos
Tres semanas después del estallido de la crisis por el espionaje a sesenta independentistas catalanes con el software Pegasus, el Gobierno daba este martes una respuesta a medias a sus socios: la destitución de la directora del CNI, Paz Esteban. Desde el minuto uno, los socios de Sánchez -de investidura y de Gobierno- han pedido que se depuraran responsabilidades al más alto nivel, en referencia a Margarita Robles, la ministra de Defensa, pero la que ha caído ha sido Esteban, algo que no ha convencido ni a la Generalitat de Cataluña ni a Podemos, que quieren más.
El gesto de Pedro Sánchez le crea, además, un nuevo enfrentamiento con la derecha, que se ha encontrado con nueva munición para sus críticas. PP y Vox se habían dado por satisfechos con la intervención de Paz Esteban en la Comisión de Asuntos Reservados del Congreso, reprochan al presidente haber cedido a las pretensiones de los nacionalistas. Para el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, la decisión es un "esperpento" "injustificable".
Sánchez consuma el esperpento y ofrece la cabeza de la directora del CNI a los independentistas, debilitando una vez más al Estado para buscar su supervivencia. Es una auténtica afrenta a nuestro país. Injustificable.
— Alberto Núñez Feijóo (@NunezFeijoo) 10 de mayo de 2022
Junqueras y Rufián rebajan el tono
Así que ni uno, ni otro. Eso sí, mientras el Govern de Pere Aragonés, víctima de espionaje por parte del CNI, asegura que el cese de Esteban no es suficiente, desde la misma ERC, dos de sus caras más representativas rebajaban el tono. Oriol Junqueras y Gabriel Rufián ya no exigen la dimisión de la ministra, que se ha salvado en detrimento de la que fuera jefa de los Servicios de Inteligencia durante los últimos dos años, tras cuatro décadas en la casa.
Rufián, que ha considerado "lógica" la destitución de Paz Esteban, ha hecho suyo el argumento del Gobierno para cesarla: el agujero de seguridad provocado por el espionaje a los móviles del presidente del Gobierno, la propia Margarita Robles, y el ministro del Interior, más allá de los pinchazos a los teléfonos de independentistas con que empezó este escándalo.
La asunción de responsabilidades es una cuestión básica de salud democrática. Para recuperar la confianza de la ciudadanía es necesario, también, dar garantías de que algo así no vuelva a ocurrir. La regeneración democrática en el Estado sigue pendiente.
— Ione Belarra (@ionebelarra) 10 de mayo de 2022
Más dura ha sido la líder de Podemos y ministra Ione Belarra, que ha tenido sonados enfrentamientos públicos con Robles. Este martes, a través de Twitter dejaba claro que no está satisfecha y que la "regeneración democrática" sigue pendiente, porque "la asunción de responsabilidades es una cuestión básica de salud democrática". Esta vez, Belarra no ha nombrado a Robles, pero no hay duda de que se refería a la que seguirá siendo su compañera de Consejo de Ministros.
La asunción de responsabilidades es una cuestión básica de salud democrática. Para recuperar la confianza de la ciudadanía es necesario, también, dar garantías de que algo así no vuelva a ocurrir. La regeneración democrática en el Estado sigue pendiente.
— Ione Belarra (@ionebelarra) 10 de mayo de 2022
Pero si algo queda claro, es que el presidente del Gobierno no está pensando en prescindir de Robles. No sólo eso, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Margarita Robles vino a asumir como propia la destitución de Paz Esteban. Le dedicó palabras de agradecimiento, alabó su profesionalidad, pero todo sin excesos. Mucho más efusiva fue con la nueva directora, Esperanza Casteleiro, que hasta ahora era secretaria de Estado de Defensa, es decir, mano derecha de la ministra.
Robles, más fuerte, coloca a su número dos como directora del CNI
Más allá de invocar un deseo de mejora y un nuevo impulso, la ministra de Defensa, Margarita Robles, no ha explicitado las razones para la destitución -ella lo ha calificado de "sustitución- de la directora del CNI. “Hay que dar un paso adelante, de la mayor eficacia posible, es una prioridad velar por la ciberseguridad y que el CNI tenga la fuerza y el empuje necesario que le dan sus hombres y mujeres”, ha dicho sin aclarar ni siquiera aclarar si el cese tenía que ver con el espionaje al independentismo catalán o el realizado con Pegasus al presidente y a ella misma.
Preguntada por la autoría intelectual de la destitución de Esteban, la ministra señalaba que el hecho de que se hubiera designado a su número dos, su mano derecha, despejaba esa pregunta. Hacía así Robles suya la decisión para tratar de despejar cualquier atisbo de debilitamiento de su posición en el Gobierno. Todo lo contrario, se ha presentado como ministra fuerte de Sánchez, al haber sido la que ha dirigido la salida de esta crisis, que todavía no se sabe si está definitivamente cerrada.
Estar en el Gobierno es un "regalo de la vida" que le ha hecho Pedro Sánchez, afirmaba la ministra de Defensa en a misma rueda de prensa en la que reafirmaba su lealtad al presidente del Gobierno, que cierra filas con ella, una de sus colaboradoras más estrechas que dentro de un mes estará al frente de la Cumbre de la OTAN que se va a celebrar en nuestro país.
Esteban no quiso dimitir
Hasta la saciedad se han pedido dimisiones por el caso Pegasus, aunque esta vez la oposición de la derecha ha defendido tanto a Paz Esteban como a Margarita Robles (la ministra favorita de la derecha según Podemos). Pero ni una, ni otra. Si la ya exdirectora del CNI hubiera querido dimitir, lo habría hecho, pero eso no ha ocurrido.
En un intento de quitar hierro al asunto, su hasta ahora jefa ha intentado suavizar a salida de Esteban cambiando el término "destitución" por el de "sustitución" de una funcionaria por otra.
Para la oposición, lo que ha sustituido Robles es "su dignidad" por un "sillón" al que ni va a renunciar ni del que nadie le va a pedir que se levante, a no ser que se precipiten los acontecimientos.